El racismo, el machismo y la lgtbifobia empa?an el auge del baloncesto femenino en EE UU
Las jugadoras de la liga de baloncesto de EE UU, protagonistas de la temporada m¨¢s exitosa en la historia, son v¨ªctimas de ataques racistas y sexistas
La Asociaci¨®n Nacional de Baloncesto Femenino de Estados Unidos (WNBA, por sus siglas en ingl¨¦s) ha tenido una temporada hist¨®rica. Desde su creaci¨®n en 1996, la primera divisi¨®n de esta liga nunca hab¨ªa vendido tantas entradas para sus partidos ni hab¨ªa contado con una audiencia televisiva tan grande. Los focos medi¨¢ticos de las ¨²ltimas semanas, sin embargo, no han estado apuntando hacia este ¨¦xito, sino hacia la ola de ataques racistas de los que han sido v¨ªctima varias de las jugadoras.
En los perfiles de Instagram y otras plataformas de las deportistas ¡ªmuchas de las cuales son negras y miembros de la comunidad LGTBI¡ª se han multiplicado los comentarios de odio, insultos o incluso amenazas contra ellas, hay quienes piensan que esto es una respuesta a la creciente popularidad de la liga femenina. Los ataques llegaron a un punto de inflexi¨®n a finales del pasado septiembre, durante los partidos de eliminatoria entre el Connecticut Sun y el Indiana Fever. Antes del segundo encuentro, la escolta del equipo del Connecticut, DiJonai Carrington, comparti¨® en su cuenta de Instagram un correo electr¨®nico an¨®nimo que recibi¨® con insultos y amenazas expl¨ªcitas de muerte y de agresi¨®n sexual.
El d¨ªa despu¨¦s del partido, la WNBA emiti¨® un comunicado oficial en el que condenaba los comentarios de odio que, como Carrington, hab¨ªan estado recibiendo varias deportistas. Ella no hizo m¨¢s declaraciones sobre las amenazas, pero s¨ª lo hicieron la escolta Caitlin Clark ¡ªjoven estrella de Indiana Fever, blanca y uno de los motivos clave para entender el auge de la competici¨®n este a?o¡ª y su entrenadora, Christie Sides, que ante los periodistas denunciaron la ¡°ret¨®rica racista¡± con la que se est¨¢ martirizando a las jugadoras. Clark, ganadora del premio a la mejor debutante del a?o de la WNBA, dijo que quienes insultan ¡°no son fans, sino trolls que le est¨¢n haciendo da?o a la liga¡±.
Los ataques a las jugadoras no son algo ins¨®lito en el deporte estadounidense. A pesar de que la cultura nacional tiene la m¨¢xima de que este debe ser un espacio apol¨ªtico, con frecuencia termina siendo un campo de batalla m¨¢s de la polarizaci¨®n. Cabe recordar c¨®mo, en 2019, las futbolistas de la selecci¨®n nacional se convirtieron en blanco del expresidente Donald Trump y sus seguidores por sus cr¨ªticas al mandatario y a las pol¨ªticas anti-LGTBI del Partido Republicano, o cuando atletas transg¨¦nero como la nadadora Lia Thomas han sido v¨ªctimas de otras campa?as de odio.
Al contrario de lo que ocurre con el ostracismo al que se suele condenar a los atletas masculinos cuando se posicionan pol¨ªticamente (como el caso del jugador de la NFL Colin Kaepernick, que se arrodillaba durante el himno nacional para condenar el racismo), en los deportes femeninos existe una mayor solidaridad entre las jugadoras. Tras las amenazas a Carrington, jugadoras y exjugadoras de otros equipos salieron en su defensa. La entrenadora de Connecticut Sun, Stephanie White, dijo que en toda su carrera ¡°nunca hab¨ªa visto algo como esto¡±. ¡°Estamos viendo mucho racismo, sexismo, homofobia y transfobia en nuestro pa¨ªs y el deporte no es una excepci¨®n¡±, denunci¨®. En un reportaje reciente, The Athletic apunt¨® que el acoso a las jugadoras de la WNBA les est¨¢ pasando factura en su salud mental. ¡°Algunas han tomado medidas como desactivar sus cuentas en redes sociales o limitar su participaci¨®n en eventos de prensa¡±, se lee en la pieza. La WNBA quiere mostrar un ambiente de normalidad para continuar con su exitosa temporada, sin haber anunciado a¨²n medidas concretas para proteger a las jugadoras.
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