Los rastreadores del Ej¨¦rcito arrancan a medio gas

La incorporaci¨®n de militares expertos en rastrear el coronavirus, la medida estrella del Gobierno para cooperar con las comunidades aut¨®nomas en la contenci¨®n de la pandemia, arranca con lentitud. Transcurridas dos semanas desde que el presidente, Pedro S¨¢nchez, anunci¨® el despliegue de estos profesionales en las comunidades que lo solicitaran, la b¨²squeda de contagios de covid apenas ha comenzado. De las 12 comunidades y las dos ciudades aut¨®nomas que han requerido esta ayuda, solo Melilla tiene ya trabajando en casos reales a los ocho militares asignados. Los tr¨¢mites necesarios y el retraso de algunas administraciones territoriales en dar el visto bueno a la cooperaci¨®n han dilatado el refuerzo de esta labor, que los expertos consideran clave para limitar la expansi¨®n de la enfermedad.

El Ministerio de Defensa alaba la disposici¨®n de las autonom¨ªas y argumenta que en la mayor¨ªa de los casos los rastreadores est¨¢n trabajando ya, aunque de momento adapt¨¢ndose a los diferentes sistemas inform¨¢ticos de salud de las comunidades. ¡°Quiero destacar el esfuerzo de las comunidades de hacerlo lo mejor posible. Los rastreadores ya est¨¢n empezando a trabajar¡±, ha subrayado este mi¨¦rcoles la ministra, Margarita Robles, en Telecinco. Los 2.000 miembros de las fuerzas armadas que el Ejecutivo puso inicialmente a disposici¨®n de las comunidades han recibido formaci¨®n especializada para realizar estas tareas. Adem¨¢s, Defensa cuenta con un sistema propio de rastreo para la detecci¨®n precoz de la enfermedad entre el cuerpo militar.

Hasta el momento han solicitado rastreadores Andaluc¨ªa, Arag¨®n, Asturias, Baleares, Madrid, Canarias, Cantabria, Castilla y Le¨®n, Comunidad Valenciana, Galicia, Murcia y Navarra. Tambi¨¦n las ciudades aut¨®nomas de Ceuta y Melilla, seg¨²n datos oficiales. Castilla-La Mancha, por su parte, ha comunicado informalmente su intenci¨®n de disponer de entre 400 y 600 en reserva. M¨¢s all¨¢ de los ocho que operan en Melilla, los rastreadores est¨¢n ya incorpor¨¢ndose a los sistemas inform¨¢ticos de Murcia, Valencia y Canarias, entre otras. El caso m¨¢s chocante es el de Madrid, que pese a registrar la mayor incidencia de la enfermedad en Espa?a, a¨²n no ha firmado el convenio con Defensa. Fuentes del Gobierno regional aseguran que est¨¢n a punto de formalizarlo. En los ¨²ltimos d¨ªas, los responsables de la Comunidad han esgrimido diversos problemas jur¨ªdicos para incorporar a los profesionales del Ej¨¦rcito, lo que ha retrasado todo el proceso, seg¨²n explican fuentes de las fuerzas armadas.

Cuando detall¨® la medida, el pasado 27 de agosto, la ministra Robles asegur¨® que los despliegues ser¨ªan inmediatos desde el momento en que lo solicitasen las comunidades. Sin embargo, la tramitaci¨®n en dos pasos ¡ªlas administraciones territoriales deben formular sus peticiones a Sanidad, que eval¨²a las necesidades de rastreadores y entonces las transmite a Defensa¡ª y la adecuaci¨®n de los militares a cada una de las plataformas digitales auton¨®micas han ralentizado esta labor en un contexto de crecimiento continuado de los casos de covid en Espa?a. Sanidad comunic¨® ayer casi 9.000 nuevos contagios registrados en las 24 horas anteriores.

M¨¢s all¨¢ de los retrasos en las autonom¨ªas que lo han pedido est¨¢n las que no lo han solicitado. Son Catalu?a, Extremadura, Pa¨ªs Vasco y La Rioja, a pesar de que estas dos ¨²ltimas ¡ªLa Rioja con 392,6 casos por cada 100.000 habitantes y Pa¨ªs Vasco con 372¡ª son, despu¨¦s de Madrid, los dos territorios ahora con mayor incidencia acumulada. La mayor¨ªa argumenta que les bastan sus propios sistemas de detecci¨®n.

Por si la remesa inicial no basta para atender las necesidades sanitarias de los distintos territorios, el Gobierno ha anunciado un incremento en el n¨²mero de rastreadores. De los 2.000 identificados en un principio se ha pasado a 2.795 disponibles, seg¨²n se?al¨® este martes Pedro S¨¢nchez en el Senado. El objetivo es seguir formando a otros profesionales para poder cubrir todas las necesidades sanitarias de las comunidades. El ¨²nico requisito es que lo pidan.

Con informaci¨®n de Juan Jos¨¦ Mateo y Laura J. Varo