Limoneros para ocultar el olor de una plantaci¨®n de marihuana
Una organizaci¨®n intenta camuflar entre c¨ªtricos m¨¢s de 12.000 plantas en Monda (M¨¢laga)
El olor que desprenden las plantas de marihuana es uno de los principales dolores de cabeza para quienes trafican con ella. Si solo una desprende un aroma reconocible a distancia, cuando se juntan miles, evitar que sus fuertes emanaciones delaten la plantaci¨®n es un problema para los narcotraficantes. Tambi¨¦n lo es que el cultivo no sea detectado desde el aire, una de las principales armas de la Guardia Civil en zonas de dif¨ªcil acceso, que vigilan con drones o helic¨®pteros. En Monda (2.594 habitantes, M¨¢laga) una organizaci¨®n intent¨® dar soluci¨®n a todas las circunstancias situando una plantaci¨®n entre limoneros. Los ¨¢rboles ayudar¨ªan a que las plantas ilegales pasaran desapercibidas y la fragancia a lim¨®n y azahar servir¨ªa tambi¨¦n para camuflarlas. Sobre el papel era una buena idea, pero no cuaj¨®. El olor ha terminado guiando a los agentes hasta una zona aislada y de dif¨ªcil acceso donde hallaron 12.100 plantas y 15 kilos de cogollos listos para la venta.
Las plantas, cultivadas en filas y con una instalaci¨®n de riego por goteo, ocupaban los espacios vac¨ªos entre los ¨¢rboles, donde recib¨ªan el sol suficiente para crecer mientras pod¨ªan pasar ¨Dvistas desde lejos o el aire¨D como malas hierbas que crecen junto a los frutales. El lugar tambi¨¦n hab¨ªa sido elegido por sus caracter¨ªsticas: un paraje aislado, solo tiene un camino de acceso, que culmina justo en la finca, evitando as¨ª la posibilidad de intrusos o polic¨ªas. Una vez cortadas ¨Dcon la ayuda de operarios del Ayuntamiento de Monda y la Polic¨ªa Local de dicha localidad, debido a las dimensiones del cultivo¨D las plantas han pesado m¨¢s de 4,5 toneladas.
Las provincias de M¨¢laga y Granada son las dos principales productoras de marihuana de Espa?a aunque es un cultivo al alza en buena parte del pa¨ªs: en 2019 se incautaron 32 toneladas y 1,3 millones de plantas de marihuana en toda Espa?a, un 8% y un 62,5% m¨¢s respectivamente que en 2018. ¡°Es una opci¨®n cada vez m¨¢s habitual para personas o familias con problemas econ¨®micos¡±, asegura un especialista.
¡°El aroma en la zona era muy fuerte, es imposible evitarlo cuando hay tantas plantas¡±, explican fuentes de la Guardia Civil de M¨¢laga. Lo saben por experiencia. Dos de sus agentes encontraron a principios de verano una plantaci¨®n con m¨¢s de 10.000 ejemplares en un invernadero de Algarrobo, tambi¨¦n en la provincia malague?a, cuando en realidad estaban acompa?ando a inspectores de trabajo para detectar casos de explotaci¨®n laboral. El cultivo bajo techo es otra opci¨®n para evitar miradas indiscretas y tratar de disimular las emanaciones, pero la necesidad de ventilaci¨®n dificultad el proceso.
Los invernaderos son una opci¨®n al alza, como demuestran algunas operaciones recientes. El pasado mes de junio, la Polic¨ªa Nacional intervino 18.000 plantas en cinco invernaderos de Cajiz (V¨¦lez-M¨¢laga) encubiertas entre tomates cherry. Dos meses antes, en abril, hab¨ªan intervenido otras 9.000, esta vez ocultas en naves industriales en Antequera.
La plantaci¨®n de Monda estaba vigilada por varias personas, que carec¨ªan de las m¨ªnimas condiciones higi¨¦nicas. No ten¨ªan agua potable, electricidad ni cobertura telef¨®nica. Dorm¨ªan en colchones inflables dentro de tres tiendas de campa?a tipo igl¨² y depend¨ªan de los miembros de la organizaci¨®n para que les llevaran comida. Cuando la Guardia Civil lleg¨®, todos huyeron corriendo por los parajes de la zona, aunque uno de ellos fue detenido y se le acusa de un delito de tr¨¢fico de drogas. La operaci¨®n sigue abierta y no se descartan nuevas detenciones.
El olor es tambi¨¦n un problema a la hora de distribuir los cogollos de marihuana, de ah¨ª que generalmente se elaboren paquetes envasados al vac¨ªo, explican agentes de la Guardia Civil. En numerosas ocasiones, la mercanc¨ªa se oculta bajo cargamentos de patatas, cebollas u otros productos alimentarios en grandes camiones. Tambi¨¦n la esconden en cajas de galletas o latas de tomate e incluso en m¨¢rmol y fuentes ornamentales. Todo por evitar un olor demasiado reconocible para las fuerzas policiales.
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