S¨¢nchez baja a la batalla cuerpo a cuerpo contra Vox
En el Gobierno hubo dudas sobre si S¨¢nchez deb¨ªa contestar a Abascal. Pero se opt¨® por tomarse en serio a Vox y atacar a la ra¨ªz de sus argumentos. El Gobierno refuerza la unidad de su bloque
En las ¨²ltimas semanas hubo un intenso debate interno en el Gobierno. ?Qu¨¦ hacer con la moci¨®n de Vox? ?Despreciarla o aprovecharla para desmontar los argumentos de la extrema derecha? Es la gran pregunta que se hacen dirigentes europeos desde hace a?os. En cada pa¨ªs se ha resuelto de manera diferente. Desde cordones sanitarios a batallas encendidas. Desde el desprecio total al combate ideol¨®gico cuerpo a cuerpo. Ninguna de ellas ha sido del todo eficaz. En el Ejecutivo algunos incluso pensaron que Pedro S¨¢nchez no deb¨ªa contestar a Santiago Abascal, como forma de menospreciarlo. Incluso se lleg¨® a debatir en las reuniones estrat¨¦gicas de los lunes, con el n¨²cleo duro de la coalici¨®n. Se plante¨® la posibilidad de que fuera Mar¨ªa Jes¨²s Montero, la portavoz, quien diera la r¨¦plica a Abascal. Pero la decisi¨®n de la mayor¨ªa y del propio S¨¢nchez fue muy clara: era la ocasi¨®n ideal para hacer el gran debate sobre los argumentos de la extrema derecha que Espa?a ten¨ªa pendiente y tambi¨¦n para atacar directamente la figura de Abascal, ahora que Vox sigue creciendo en las encuestas y devorando el espacio del PP.
El Gobierno tom¨® as¨ª una decisi¨®n de fondo que ha quedado en evidencia en el debate: tomarse en serio a Vox. Dejar de minimizarlo o despreciarlo. Y mucho menos burlarse. Eso, tom¨¢rselo muy en serio, es exactamente lo que ha hecho S¨¢nchez en un discurso trabajado en La Moncloa para destripar uno a uno los argumentos de Abascal y la extrema derecha espa?ola, con un detallado recorrido por todos los t¨®picos hist¨®ricos del franquismo y la propia historia del l¨ªder de Vox, un pol¨ªtico profesional que ha vivido casi toda su etapa laboral de ese estado de las autonom¨ªas que tanto denuncia.
Despu¨¦s de tres horas aguantando el discurso de Vox en respetuoso silencio ¨Dalgo totalmente preparado y con una orden clara de la direcci¨®n del grupo socialista¨D los ministros y los diputados que apoyan al Gobierno estaban deseando que S¨¢nchez saliera. Al propio presidente se le ve¨ªa ansioso por contestar. Empez¨® tedioso, con un tono muy suave que no hizo vibrar a nadie. Pero poco a poco fue subiendo hasta convertir su primer discurso y su primera r¨¦plica en una andanada directa contra Abascal con un mensaje de fondo: ¡°Usted odia a Espa?a tal y como es. Lo que le interesa es la supresi¨®n de cualquier diferencia. A un patriota no le sobran la mitad de los compatriotas como a usted. Para usted Espa?a es un n¨²mero limitad¨ªsimo de espa?oles que se acomodan a sus prejuicios¡±.
Los ministros consultados estaban satisfechos al ver que S¨¢nchez aprovech¨® la oportunidad para contestar a la extrema derecha y sobre todo para fijar un punto central para los pr¨®ximos meses. El propio PP admite que la moci¨®n es un regalo para el Gobierno porque le sirve para afianzar la idea de que solo hay dos opciones de gobernabilidad en Espa?a para el futuro: una, la actual, con un pacto entre el PSOE, la izquierda y los nacionalistas, y otra, la del PP con Vox. S¨¢nchez exprimi¨® hasta la ¨²ltima gota esta oportunidad de fijar estas dos formas de entender Espa?a, algo que solo tiene ventajas para el Ejecutivo: construye un discurso para su electorado, y sobre todo rearma no solo la coalici¨®n, reforzada frente al ataque de Vox -el propio Pablo Iglesias reforzar¨¢ esa idea al compartir el turno del Gobierno con S¨¢nchez- sino sobre todo al grupo de la mayor¨ªa.
En plena negociaci¨®n de Presupuestos, partidos como ERC, Bildu, BNG o incluso PDeCat, posibles socios para aprobar esas cuentas, tienen un argumento m¨¢s frente a su electorado: si la disyuntiva es entre S¨¢nchez o un Gobierno del PP con Abascal como vicepresidente, la elecci¨®n es m¨¢s sencilla. Por eso el presidente golpe¨® varias veces ese clavo: ¡°Se?or Abascal, usted es imprescindible para que la derecha tradicional regrese al poder¡±, record¨®.
La moci¨®n, que siempre es un momento delicado para cualquier Gobierno, se convierte as¨ª en la ocasi¨®n ideal para reforzar al Ejecutivo en un momento de extrema dificultad, en plena segunda ola y con la devastaci¨®n econ¨®mica llamando ya a la puerta. S¨¢nchez ha trasladado a su entorno en estos d¨ªas que el ambiente que ha visto en la Uni¨®n Europea en el ¨²ltimo Consejo es muy preocupante, porque casi todos los pa¨ªses est¨¢n ya en plena segunda ola y los primeros ministros est¨¢n inquietos. Vienen meses dur¨ªsimos con datos econ¨®micos muy dif¨ªciles de gestionar para cualquier Gobierno. Pero desde el punto de vista pol¨ªtico, el Gobierno va en sentido contrario: su precaria mayor¨ªa se est¨¢ consolidando y va camino de aprobar unos Presupuestos que le dar¨¢n aire para muchos meses. Y la moci¨®n le ha venido en el momento ideal para reforzar ese intento de apalancar su mayor¨ªa. Mientras, el PP sufre para consolidar su liderazgo de la oposici¨®n.
Despu¨¦s de las primeras horas de sesi¨®n, ya casi nadie tiene dudas en el mundo pol¨ªtico de que esta no era una moci¨®n contra el Gobierno, sino contra el PP. El Ejecutivo pod¨ªa haberse quedado como mero observador de esa batalla en la derecha que tanto le puede beneficiar. Pero decidi¨® ir m¨¢s lejos y desarrollar el gran debate contra la extrema derecha que ya han tenido varios pa¨ªses europeos pero a¨²n no se hab¨ªa producido en Espa?a. Ninguna f¨®rmula ha sido del todo eficaz en Europa para tratar de frenar el ascenso de este tipo de opciones. El tiempo dir¨¢ si la que ha elegido S¨¢nchez, que es el combate cuerpo a cuerpo destripando cada uno de sus argumentos, da resultados. Pero este debate, en el que el presidente ha usado incluso una enc¨ªclica del papa Francisco contra Vox, deja claro que el tiempo de ignorar a la extrema derecha se ha acabado en la pol¨ªtica espa?ola.
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