Cuatro meses de caos en la gesti¨®n migratoria en Canarias
La petici¨®n del Defensor del Pueblo para cerrar el muelle de Arguinegu¨ªn es el ¨²ltimo episodio de una crisis sin precedentes en el archipi¨¦lago desde 2006
El ruido de las ruedas de una maleta vieja arrastrada sobre un asfalto desconchado rompe el silencio de la ma?ana del s¨¢bado en el muelle grancanario de Arguinegu¨ªn. A¨²n quedan all¨ª m¨¢s de 670 personas, hay abogados preparando la asistencia de los reci¨¦n llegados, un equipo sanitario haciendo PCR y un escuadr¨®n de polic¨ªas gallegos entrando y saliendo, pero reina la calma. Es la nueva normalidad despu¨¦s de cuatro meses de caos.
La due?a de la maleta, F¨¢tima, una marroqu¨ª de 50 a?os que no quiere dar su verdadero nombre, entra decidida hasta la barrera policial. Velo, bufanda, abrigo, doble mascarilla, gafas rectangulares ahumadas. Acaba de aterrizar desde Alicante en busca de su sobrino de 23 a?os, un chaval al que cri¨® y cuya primera aventura fuera de casa ha sido subirse a una patera sin cont¨¢rselo a nadie. ¡°Hac¨ªa siete d¨ªas que no sab¨ªamos nada de ¨¦l. Hasta que ayer recib¨ª una llamada dici¨¦ndome que estaba aqu¨ª¡±, cuenta. ¡°Su madre est¨¢ enferma de preocupaci¨®n, solo llora. ?No s¨¦ c¨®mo se le ha podido ocurrir venir as¨ª!¡±, se dice enfadada.
Las islas Canarias contin¨²an recibiendo una presi¨®n migratoria sin precedentes desde que en 2006 se desat¨® la llamada crisis de los cayucos que part¨ªan, sobre todo, de Senegal. En lo que va de a?o, son ya unas 19.000 personas desembarcadas, m¨¢s de la mitad marroqu¨ªes, y se cuentan m¨¢s de 500 muertos. El golpe econ¨®mico de la pandemia y la oportunidad de una ruta abierta, m¨¢s barata y menos vigilada ¡ªaunque la m¨¢s peligrosa para llegar a Europa¡ª, sigue empujando a emigrar a cientos de personas sin expectativas.
El tr¨¢nsito de familiares buscando en los campamentos a sus hermanos, primos, sobrinos o parientes lejanos se ha intensificado esta semana. La polic¨ªa sigue ahora un protocolo y facilita reencuentros que hace unos d¨ªas costaban frustraci¨®n y l¨¢grimas y la red de alerta es enorme y veloz. Todos conocen a alguien que conoce a alguien. Ahmed, un joven temporero que recoge naranjas en Valencia, viaj¨® este viernes a Gran Canaria con una triple misi¨®n: un primo est¨¢ en una de las carpas de Barranco Seco, su hermano confinado en un hotel y otro primo en otro. Cuando cree que, al menos, los tiene localizados a todos, recibe una llamada de su madre alert¨¢ndole de que otro primo est¨¢ retenido en Arguinegu¨ªn. ¡°Me va a explotar la cabeza, llevo desde las tres de la ma?ana en pie, sin comer y con toda mi familia llam¨¢ndome¡±, se queja sonriente.
Aunque el Gobierno ha situado, por fin, el archipi¨¦lago en su mapa de prioridades, la crisis de recepci¨®n y acogida en Canarias sigue sin estar controlada. A¨²n hay cerca de 6.000 personas alojadas en hoteles, munici¨®n de la buena para la propaganda xen¨®foba; la asistencia jur¨ªdica, que lleg¨® a ser inexistente, sigue sin ser individual y se presta de pie; y el muelle de Arguinegu¨ªn, s¨ªmbolo de la gesti¨®n de esta crisis, donde llegaron a amontonarse 2.600 personas, contin¨²a sirviendo de almac¨¦n de personas (incluidas mujeres y menores) que no comen ni duermen adecuadamente y no pueden asearse. El defensor del pueblo, Francisco Fern¨¢ndez Marug¨¢n, que llega a Gran Canaria este lunes para comprobar la situaci¨®n en persona y reunirse con autoridades, ha pedido su ¡°cierre inmediato¡± por vulnerar derechos b¨¢sicos de los inmigrantes, pero el ritmo de las soluciones es m¨¢s lento que el de las pateras.
El Gobierno conf¨ªa en que el escenario mejore en las dos pr¨®ximas semanas. La expectativa, seg¨²n fuentes policiales, es desmantelar el campamento de Arguinegu¨ªn la semana que viene y est¨¢ en marcha y a un ritmo fren¨¦tico la log¨ªstica para el despliegue de carpas en cuarteles y otros espacios en Gran Canaria, Fuerteventura y Tenerife, para alojar a 7.000 personas y vaciar as¨ª los complejos hoteleros. La maquinaria de expulsiones a Senegal y Marruecos ya est¨¢ prepar¨¢ndose y fuentes conocedoras de estas conversaciones bilaterales conf¨ªan en que en breve se iniciar¨¢n deportaciones de grandes grupos de inmigrantes.
Mientras tanto, los reci¨¦n llegados buscan c¨®mo salir de las islas, convertidas en los ¨²ltimos meses en una barrera de contenci¨®n de la inmigraci¨®n irregular hacia el continente. A pesar de las peticiones del Gobierno canario, del Ministerio de Inclusi¨®n, Seguridad Social y Migraciones, y del propio vicepresidente segundo Pablo Iglesias, las derivaciones a la Pen¨ªnsula ¡ªunas 1.800 en lo que va de a?o¨C siguen siendo puntuales, restringidas a perfiles muy concretos y tema tab¨². La solidaridad que Espa?a demanda a sus socios europeos para que compartan el peso de la gesti¨®n de las llegadas, no se aplica en su propio territorio. Hay, sin embargo, una llave que abre el tr¨¢nsito en territorio Schengen: un pasaporte.
Los subsaharianos suelen venir sin documentaci¨®n y sin recursos y, aunque son la mayor¨ªa de los beneficiarios de las derivaciones a la Pen¨ªnsula, enfrentan muchas m¨¢s dificultades para marcharse por su cuenta. El caso de los marroqu¨ªes, que este mes han sido m¨¢s del 80% de los 6.300 desembarcados solo en Gran Canaria, seg¨²n Salvamento Mar¨ªtimo, es diferente. Muchos han aprovechado el fin del confinamiento en Marruecos para hacerse su pasaporte antes de embarcar, pero otros peregrinan a su consulado en Las Palmas de Gran Canaria. All¨ª intentan tramitar el documento porque, aunque est¨¢n en situaci¨®n irregular, han pasado el tiempo m¨¢ximo de 72 horas de custodia policial y, mientras no est¨¦n retenidos en un centro de internamiento de extranjeros, pueden moverse con relativa libertad. Para conseguir el pasaporte es indispensable estar empadronado en las islas y esa requisito es ahora otra oportunidad para los aprovechadores, que cobran a los migrantes 200 euros por un tr¨¢mite gratuito.
Una hora despu¨¦s de su llegada, F¨¢tima sale del puerto con la maleta en una mano y su sobrino en otra. Es un chico alto con cara de bonach¨®n. Lleva cinco d¨ªas metido en el muelle y la barba negra le asoma por la mascarilla. A su t¨ªa, que es empleada dom¨¦stica, le ha cambiado la cara y le mira afectuosa, pero ya le advierte de que despu¨¦s del caluroso reencuentro la va a escuchar. ¡°?Es que no soy capaz de entender c¨®mo ha podido hacer esto! ?Si nunca hab¨ªa salido de casa!¡±. ?l, que plane¨® todo en secreto, se encoge de hombros.
Un nuevo r¨¦cord en noviembre
El mes de noviembre suma ya aproximadamente 7.000 desembarcos en las islas Canarias, lo que supone un nuevo r¨¦cord hist¨®rico mensual que ya se hab¨ªa alcanzado en octubre con 5.300 llegadas. Seg¨²n fuentes de Frontex, la agencia europea de fronteras, se prev¨¦ que la presi¨®n migratoria se mantenga al alza en el archipi¨¦lago. La informaci¨®n, recogida en un informe de los analistas de la agencia, sit¨²a el inicio del repunte de las llegadas que han desembocado en esta crisis en agosto de 2019 con un pico de 700 desembarcos en enero de 2020. ¡°Debido al empeoramiento de las condiciones meteorol¨®gicas y las restricciones derivadas de la Covid-19, el n¨²mero de entradas irregulares se redujo y se mantuvo estable hasta julio¡±, se?ala la agencia. Desde entonces, apunta Frontex, las islas experimentaron un ¡°crecimiento exponencial¡± de los desembarcos.
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