El ajuar de la memoria de los fusilados de Franco
En el 20 aniversario del movimiento que inici¨® la apertura de fosas, un libro recopila objetos de las v¨ªctimas recuperados entre huesos y balas
El d¨ªa que la mataron, Mar¨ªa Alonso, republicana, de 32 a?os, llevaba un solo pendiente porque ten¨ªa una infecci¨®n en la oreja izquierda. Cuando, en 2008, se abri¨® en Izagre (Le¨®n) la fosa que compart¨ªa con nueve hombres, los forenses se volvieron locos buscando el otro pendiente. Hasta que Josefina Alonso, de 91 a?os, explic¨® que su hermana lo hab¨ªa dejado en casa y mostr¨® la sortija que se hab¨ªa hecho con ¨¦l. ¡°No me la he quitado nunca¡±.
Ampelio Ant¨®n recorr¨ªa en 2006 una cordillera de esqueletos en Lerma (Burgos) buscando uno con reloj. En el ¨²ltimo recuerdo que conserva de su padre, cuando fue a darle una caricia antes de que lo metieran en una camioneta, lo llevaba. ¡°Era de esfera luminosa, precioso¡±.
En 2006, Toru Arakawa, japon¨¦s, 68 a?os, rompi¨® a llorar como un ni?o cuando, ayudando a desenterrar una historia con la que nada ten¨ªa que ver, entre los huesos de una familia fusilada ¡ªun matrimonio y sus dos hijos¡ª vio una alianza de boda y pens¨® en la desconcertada esposa que hab¨ªa dejado en la otra punta del mundo despu¨¦s de explicarle que quer¨ªa ayudar a recuperar los restos de v¨ªctimas del franquismo. Unos veranos despu¨¦s, convertido en uno de los voluntarios m¨¢s queridos de la Asociaci¨®n para la Recuperaci¨®n de la Memoria Hist¨®rica (ARMH), dijo: ¡°Al ver el anillo entend¨ª todo aquel dolor¡±.
El movimiento para la recuperaci¨®n de la memoria hist¨®rica surgi¨® hace 20 a?os, cuando el cazo de la excavadora extrajo unas botas sobre las que hab¨ªan llovido casi siete d¨¦cadas, y familiares de otros fusilados se acercaron al nieto que abr¨ªa aquella cuneta, Emilio Silva, pidi¨¦ndole ayuda para recuperar tambi¨¦n los restos de sus seres queridos. As¨ª naci¨® la ARMH. Con motivo del aniversario de la que fue la primera exhumaci¨®n realizada con t¨¦cnicas cient¨ªficas, la editorial Alkibla publica Las voces de la tierra, un libro que recoge las fotograf¨ªas de 39 objetos recuperados en fosas comunes descritos por poetas como Antonio Gamoneda, actores como Juan Diego Botto o cantantes como Rozal¨¦n y Miguel R¨ªos.
¡°Las im¨¢genes de pateras, de los huesos de una fosa¡ al principio causan mucho impacto, pero con el tiempo van perdiendo fuerza, la gente se acostumbra. Por eso decid¨ª fotografiar los objetos para que hablaran por s¨ª mismos, para que quien los viera pudiera ponerse en la piel de las v¨ªctimas¡±, explica Jos¨¦ Antonio Rob¨¦s, autor de las im¨¢genes que ilustran el libro.
En las exhumaciones aparecen casquillos y balas, prueba de c¨®mo murieron, pero tambi¨¦n alianzas, l¨¢pices de carpintero o llaves, evidencia de que existieron, amaron, trabajaron y ten¨ªan lugares y personas a las que volver. Los objetos ¡ªel pendiente y las gafas de Mar¨ªa, el sonajero de Mart¨ªn, las horquillas de Lina...¡ª fueron cedidos al fot¨®grafo para que pudieran hablar a otros de sus due?os: de sus afectos, rutinas, oficios y aficiones; de qui¨¦nes eran antes de que los sacaran de madrugada de sus casas para matarlos por sus ideas. ¡°Son el sagrario de quienes pusieron la primera piedra de la democracia¡±, explica Clemente Bernad, editor de Alkibla. Algunos, como Perfecto de Dios, de 19 a?os, apenas hab¨ªan empezado a vivir. Todos, como recuerda Silva, eran ¡°civiles¡± y fueron acribillados ¡°lejos de trincheras y de ej¨¦rcitos enfrentados¡±.
Las familias los custodian como tesoros. ¡°Nos entregaron los huesos, pero lo que m¨¢s me impresion¨® fueron las botas¡±, recuerda Mari Carmen de Dios, feliz de que su padre pudiera cumplir antes de morir la promesa que le hab¨ªa hecho a su madre: encontrar a Perfecto para enterrarlos juntos. ¡°Sirven para poder contarle a las nuevas generaciones qui¨¦nes eran y por qu¨¦ murieron¡±, a?ade. Mar¨ªa hab¨ªa comprado aquellos pendientes con un premio de loter¨ªa. El dinero tambi¨¦n pag¨® un ¨²ltimo viaje con Josefina. ¡°Fuimos a un museo a Madrid y me cont¨® la historia de todos los cuadros. Le encantaba leer¡±.
Antonio Gamoneda, premio Cervantes, escribe un poema sobre el sonajero: ¡°Retiraron a Mart¨ªn porque a su edad, nueve meses, pod¨ªa ser algo pronto para fusilarle, aunque qui¨¦n sabe...¡±. Miguel R¨ªos habla de un reloj, parecido al de su padre, recuperado en una fosa con 15 mineros en Le¨®n: ¡°Un coraz¨®n se par¨® en medio del campo ...¡±. Con la foto de otro objeto, Juan Diego Botto escribi¨®: ¡°Aprieta el sacapuntas con m¨¢s fuerza. ?Carguen! ¡®Ella seguir¨¢ estudiando y alg¨²n d¨ªa ser¨¢ una mujer que sepa leer y escribir¡¯. ?Apunten! ¡®A ella no le va a alcanzar el hedor del odio y la represi¨®n. Ser¨¢ una mujer libre y alg¨²n d¨ªa, en un pa¨ªs mejor, m¨¢s justo, vendr¨¢ a sacar de entre mis huesos este sacapuntas que es la ¨²nica herencia que pude dejarle¡¯. ?Fuego!¡±.
El papel de la justicia
La justicia no los pide, pero los forenses hacen informes periciales de las fosas del franquismo que abren: ¡°Si ma?ana los reclamara un juez, necesitar¨ªamos una camioneta¡±, explicaba Francisco Etxeberria. Las exhumaciones de la Guerra Civil han tenido poco recorrido en los juzgados pese a los intentos de asociaciones y familiares a lo largo de los a?os de que los jueces trataran aquellos cr¨ªmenes como si hubieran sido cometidos ayer. Sin embargo, empieza a haber cierta jurisprudencia en materia de memoria hist¨®rica. El libro No matar¨¢s, memoria civil (Editorial Catarata) escrito por el abogado Eduardo Ranz y prologado por el expresidente Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, da cuenta de ello.
Tras varios intentos fallidos, Ranz logr¨® en 2016 que un juzgado autorizara por primera vez las exhumaciones de republicanos enterrados sin consentimiento familiar en el Valle de los Ca¨ªdos, aunque la sentencia todav¨ªa no se ha ejecutado. Otro de los frentes de batalla del abogado ha sido la simbolog¨ªa franquista (callejero, t¨ªtulos honor¨ªficos, placas, escudos...) por los que lleg¨® a presentar m¨¢s de 500 reclamaciones por incumplimiento de la ley de memoria hist¨®rica. La Fundaci¨®n Franco le apod¨® ¡°el aprendiz de Robespierre¡± y ofreci¨® por carta a los Ayuntamientos afectados servicios jur¨ªdicos ¡°a bajo coste¡± para responder a las demandas. En otra ocasi¨®n, Ranz relata que le enviaron a su despacho una caja con excrementos y un mensaje que dec¨ªa: ¡°Esta es una peque?a muestra de la mierda que est¨¢ echando usted sobre Espa?a¡±. La fundaci¨®n ya hab¨ªa intentado torpedear la retirada de la estatua ecuestre del dictador ubicada en Madrid en 2005, que Zapatero hizo coincidir con el cumplea?os de Santiago Carrillo, seg¨²n confes¨® al abogado. El Tribunal Supremo rechaz¨® su recurso al estimar que la ley de memoria hist¨®rica ¡°impone a todas las Administraciones P¨²blicas adoptar las medidas oportunas para que se proceda a la retirada de aquellos monumentos conmemorativos que supongan una exaltaci¨®n de la Guerra Civil, con el objeto de dar cumplimiento al esp¨ªritu de reconciliaci¨®n y concordia que permiti¨® el alumbramiento de la Constituci¨®n de 1978¡å. Otros tribunales territoriales se pronunciaron de forma similar, pero sigue habiendo vestigios del franquismo. Ranz recuerda en el libro que ¡°solo se ha conseguido resignificar cinco de los 11 municipios¡± que inclu¨ªan en su denominaci¨®n las palabras ¡°Del Caudillo¡±.
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