Rodr¨ªguez Galindo, el general de la Guardia Civil que dilapid¨® su prestigio con la guerra sucia contra ETA
La labor del agente, siempre envuelta en la pol¨¦mica, culmin¨® con su condena a 75 a?os por el ¡®caso Lasa Zabala¡¯
El fallecimiento el s¨¢bado por coronavirus, a los 82 a?os, del exgeneral de la Guardia Civil Enrique Rodr¨ªguez Galindo, condenado por el secuestro y asesinato de los etarras Jos¨¦ Ignacio Zabala y Jos¨¦ Antonio Lasa, ha aflorado la divisi¨®n de opiniones sobre su figura que siempre provoc¨® su actuaci¨®n en la lucha contra ETA en los a?os ochenta y noventa. Mientras que asociaciones profesionales de la Guardia Civil y dirigentes de Vox han lamentado su muerte y destacado sus ¨¦xitos en la lucha antiterrorista, sectores de la sociedad vasca y espa?ola han recordado los oscuros episodios vividos durante sus 14 a?os al frente de la 513 Comandancia de la Guardia Civil, con sede en el cuartel de Intxaurrondo (San Sebasti¨¢n).
El hallazgo en 1985 de los cad¨¢veres de Lasa y Zabala ¡ªque no fueron identificados hasta diez a?os m¨¢s tarde¡ª, enterrados en cal viva y con signos de tortura supuso el principio del fin de su carrera y su posterior ingreso en prisi¨®n, pero tambi¨¦n la constataci¨®n de que en los a?os m¨¢s duros del terrorismo elementos de las fuerzas de seguridad buscaron atajos ilegales y de consecuencias dram¨¢ticas en la lucha contra ETA bajo las siglas de los GAL.
Los que defienden su actuaci¨®n destacan que Rodr¨ªguez Galindo ha sido el agente m¨¢s condecorado en la lucha contra la organizaci¨®n terrorista ¡ª14 medallas¡ª y que su labor permiti¨® desarticular m¨¢s de 90 comandos y detener a cerca de 800 personas vinculadas con la banda armada. ¡°Mir¨® de frente a ETA, la combati¨® y derrot¨® salvando as¨ª la vida a multitud de ciudadanos, guardias civiles y sus familias¡±, destacaba el d¨ªa de su muerte la cuenta en Twitter de la Asociaci¨®n Pro Guardia Civil (Aprogc).
Tambi¨¦n se ha resaltado que fue la labor de los agentes a sus ¨®rdenes la que permiti¨® a la polic¨ªa francesa detener, en marzo de 1992 en la localidad vascofrancesa de Bidart a los entonces integrantes de la c¨²pula etarra Francisco M¨²gica Garmendia, Pakito; Jos¨¦ Luis ?lvarez Santacristina, Txelis, y Joseba Arregi Erostarbe, Fiti, cuando Espa?a se jugaba su prestigio con los Juegos Ol¨ªmpicos de Barcelona y la Expo de Sevilla. ¡°Aquel d¨ªa ETA se sinti¨® por primera vez vulnerable¡±, han recalcado siempre mandos del instituto armado para poner en valor aquella operaci¨®n.
Frente a sus ¨¦xitos, est¨¢ el c¨²mulo de denuncias por torturas y otros delitos que llevaron ante los tribunales a muchos de sus hombres y, finalmente, al propio general. Rodr¨ªguez Galindo neg¨® todas las acusaciones. Durante el juicio en la Audiencia Nacional por el asesinato de Lasa y Zabala presumi¨® de los subordinados que se sentaban con ¨¦l en el banquillo y que tambi¨¦n fueron condenados: ¡°Con seis hombres como ellos se hubiera podido conquistar Am¨¦rica del Sur por completo¡±. Pese a que la justicia consider¨® probada su participaci¨®n en aquellas muertes, lo sigui¨® apoyando una parte de la sociedad ¡ªuna petici¨®n de indulto que no prosper¨® cont¨® con 100.000 firmas¡ª y, sobre todo, sus superiores pol¨ªticos, entre ellos el exministro del Interior Jos¨¦ Barrionuevo y su n¨²mero dos, Rafael Vera, quienes fueron condenados por el secuestro de Segundo Marey, reivindicado por los GAL.
La condena en abril de 2000 por el caso Lasa y Zabala a 71 a?os ¡ªpena que un a?o m¨¢s tarde el Tribunal Supremo elev¨® a 75 a?os y que supuso su expulsi¨®n de la Guardia Civil¡ª y su posterior ingreso en prisi¨®n no fren¨® la pol¨¦mica en torno a su figura, avivada por el escaso tiempo que pas¨® en la c¨¢rcel. En septiembre de 2004, tras cuatro a?os y cuatro meses en prisi¨®n, fue excarcelado por sufrir una dolencia cardiovascular, lo que le permiti¨® seguir cumpliendo la condena en su domicilio bajo vigilancia policial. Meses despu¨¦s, obten¨ªa el tercer grado o semilibertad, y en 2013, acced¨ªa a la libertad condicional. Desde entonces, y hasta su hospitalizaci¨®n hace un mes, el exgeneral hab¨ªa pasado a un discreto segundo plano en Zaragoza, donde resid¨ªa y ha fallecido.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.