Tr¨¢nsfugas: historias de traici¨®n y venganza
Los bruscos cambios de partido siempre van acompa?ados de acusaciones de corrupci¨®n que pocas veces se prueban
De Eduardo Tamayo a¨²n se conserva memoria m¨¢s o menos reciente y la seguir¨¢ habiendo por mucho tiempo: el diputado socialista madrile?o que traicion¨® a su partido en 2003 ha legado hasta un t¨¦rmino, tamayazo, a la jerga pol¨ªtica nacional. Pero hay otros apellidos ¡ªBarreiro, Pi?eiro, Gom¨¢riz o Berm¨²dez¡ª de los que ya casi nadie se acuerda y que durante unos meses llegaron a ser tambi¨¦n celebridades nacionales por su transfuguismo. Normalmente en el papel de villanos. Algunos hasta huyeron de sus ciudades para enterrar el pasado. Detr¨¢s suelen dejar historias de traiciones, venganzas, extorsiones, espionaje y, sobre todo, acusaciones de presuntos sobornos que dif¨ªcilmente se acaban probando.
El transfuguismo ha formado parte del folclore pol¨ªtico nacional, una especie de novela negra en clave berlanguiana. Los sucesivos pactos de los partidos para acabar con estas pr¨¢cticas ¡ªel ¨²ltimo, ratificado en noviembre¡ª han reducido los casos, sin llegar a nunca a frenarlos. Sobre el transfuguismo se han cimentado carreras como la del popular Eduardo Zaplana, que conquist¨® la alcald¨ªa de Benidorm en 1991 gracias a una disidente del PSOE a la que tildaron de bienpag¨¢. De operaciones as¨ª se han beneficiado en alg¨²n momento todos los principales partidos. Estas han sido algunas de las m¨¢s c¨¦lebres.
El Fel¨®n. Xos¨¦ Luis Barreiro pas¨® a ser oficialmente El Fel¨®n. As¨ª lo marc¨® para mucho tiempo Manuel Fraga, de quien hab¨ªa sido su favorito en Galicia, la primera comunidad en la que Alianza Popular conquistaba el Gobierno. En octubre de 1986, Barreiro era vicepresidente con AP y secretario regional del partido. En septiembre del a?o siguiente, se convert¨ªa en vicepresidente con el PSOE y en l¨ªder de Coalici¨®n Galega. Barreiro hab¨ªa intentado en la Xunta un golpe palaciego para hacer dimitir a su presidente, Xerardo Fern¨¢ndez Albor, que fracas¨® al desautorizarlo Fraga. En solo 11 meses, se fue del partido, fund¨® uno nuevo, lo disolvi¨® para integrarlo en otro y pact¨® una moci¨®n de censura con el PSOE.
El mismo d¨ªa que se debat¨ªa esa moci¨®n, sus antiguos compa?eros de AP ¡ªentre los que estaba un jovenc¨ªsimo Mariano Rajoy, sustituto de Barreiro en la vicepresidencia¡ª encontraron milagrosamente en los archivos de la Xunta un documento que se daba por desaparecido: la firma de El Fel¨®n en una adjudicaci¨®n irregular. La venganza acab¨® en los juzgados. Tras un largo proceso, Barreiro fue inhabilitado por el Supremo. Hoy es un profesor y comentarista pol¨ªtico a¨²n popular en Galicia.
El Impresentable. Al caso Barreiro lo sucedi¨® dos a?os despu¨¦s el caso Pi?eiro. Otro apellido gallego, aunque en este caso de un diputado regional madrile?o, Nicol¨¢s Pi?eiro. De El Fel¨®n se pas¨® a El Impresentable, como lo bautiz¨® Abc con gran ¨¦xito. ¡°La mitad de este pa¨ªs me quer¨ªa ver muerto¡±, recordaba en 2007 en declaraciones a EL PA?S.
En la primavera de 1989, en un movimiento con semejanzas a lo que intentaba ahora Ciudadanos, el CDS de Adolfo Su¨¢rez decidi¨® cambiar de alianzas y pasar de la izquierda a la derecha. El nuevo pacto con los populares implicaba una moci¨®n de censura para sustituir al presidente socialista de Madrid, Joaqu¨ªn Leguina, por Alberto Ruiz-Gallard¨®n. Pi?eiro hab¨ªa abandonado a los populares meses antes y, tras algunos titubeos, se neg¨® a apoyar la moci¨®n. El d¨ªa que se debati¨® en la Asamblea, el derrotado Gallard¨®n llam¨® a Leguina ¡°presunto delincuente¡± y le acus¨® de ¡°comprar al traidor Pi?eiro¡±. Los rumores se prolongaron mucho tiempo, pero nunca se prob¨® nada.
El ¡®gomarcazo¡¯. Emilio Gom¨¢riz, un antiguo cura que hab¨ªa dejado los h¨¢bitos por el matrimonio y la ense?anza de psicolog¨ªa en Zaragoza, fue carne de telediario y de primera p¨¢gina durante algunas semanas de 1993. Cuando se cumplieron 25 a?os de su caso, excompa?eros del PP todav¨ªa sosten¨ªan en declaraciones a la prensa aragonesa que hab¨ªa sido comprado para apoyar la moci¨®n de censura que hizo presidente auton¨®mico al socialista Jos¨¦ Marco. Una vez m¨¢s, nunca aparecieron las pruebas, aunque la maniobra acab¨® con su carrera pol¨ªtica.
?D¨®nde est¨¢ Susana Berm¨²dez? Una de las mayores exclusivas con que pod¨ªa so?ar un periodista en agosto de 1999 era encontrar a Susana Berm¨²dez, diputada socialista de Ceuta. Nadie sab¨ªa nada de ella desde que se empez¨® a airear que esta hija de un veterano militante del PSOE y UGT hab¨ªa sucumbido a las tentaciones de Jes¨²s Gil. El entonces alcalde de Marbella, que quer¨ªa colocar a un hombre suyo al frente de Ceuta, se hab¨ªa llevado a Berm¨²dez a buen recaudo. La tuvo unos d¨ªas en una lujosa vivienda en la Costa del Sol y luego le pag¨® un viaje a Euro Disney [actual Disneyland Paris]. Jes¨²s Gil la traslad¨® en un barco furtivamente de vuelta a Ceuta y el d¨ªa que hab¨ªa que elegir presidente, ¨¦l mismo la condujo de la mano hasta la entrada de la Asamblea en medio de una multitud que la insultaba.
Berm¨²dez y su marido llegaron a ser juzgados por presuntos sobornos, pero acabaron absueltos. Ella se fue de la ciudad y hasta se retoc¨® ligeramente el rostro para iniciar una nueva vida. El a?o pasado rompi¨® su silencio para Ceuta TV: ¡°Si volviera atr¨¢s, no lo har¨ªa de nuevo¡±.
El enigma Tamayo. El estupor se apoder¨® de la Asamblea de Madrid y los medios lo expandieron muy pronto por todo el pa¨ªs. Ese 10 de junio de 2003 se constitu¨ªa la C¨¢mara en la que la izquierda, por un solo esca?o, recuperaba la mayor¨ªa perdida ocho a?os antes. Pero dos oscuros diputados socialistas, Eduardo Tamayo y Mar¨ªa Teresa S¨¢ez, no se hab¨ªan presentado. En los d¨ªas siguientes no se supo de su paradero y, cuando hablaron ¡ªTamayo, en realidad; S¨¢ez apenas dec¨ªa nada¡ª fue para explicar que rechazaban los acuerdos de su partido ¡°con los comunistas de IU¡±.
El socialista Rafael Simancas denunci¨® una conspiraci¨®n ¡°golpista¡± y sigui¨® adelante con su investidura. Los d¨ªas anteriores al pleno en que deb¨ªa votarse, Tamayo y S¨¢ez se refugiaron en un hotel pagado por dos constructores bien relacionados con el PP. El episodio acab¨® con nuevas elecciones que en noviembre de ese a?o llevaron a Esperanza Aguirre a la presidencia. Desde entonces, los populares no han vuelto a perder Madrid.
Si Tamayo y S¨¢ez recibieron algo a cambio, contin¨²a siendo un enigma. Se cre¨® una comisi¨®n de investigaci¨®n en la Asamblea que aflor¨® sospechas sin esclarecer nada. De Tamayo volvi¨® a haber noticias hace unos meses. Un empresario gallego le denunci¨® por extorsi¨®n. El juzgado acaba de archivar el caso.
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