Nacer y crecer en Melilla sin los derechos de un espa?ol
Cientos de residentes en las dos ciudades aut¨®nomas viven en un limbo burocr¨¢tico que les priva de prestaciones sociales
Cada vez que Dina (nombre ficticio) sale a la calle, deja su pasaporte caducado en casa, por si acaso, porque en ese documento figura que ella tiene nacionalidad marroqu¨ª, no espa?ola, a pesar de que naci¨® y creci¨® en Melilla. ¡°Muchas veces me ha parado la polic¨ªa, pero nunca me han pedido la documentaci¨®n¡±, comenta aliviada esta joven de 20 a?os. ¡°Nunca han tenido ning¨²n indicio o sospecha de que pueda ser inmigrante¡±, celebra en un perfecto castellano. Ah¨ª acaba su suerte y empieza el resto de problemas, que son ¡°todos, b¨¢sicamente, todos¡±: ¡°No he podido estudiar bien, tampoco voy a poder trabajar, no puedo sacarme el carn¨¦ de conducir¡¡±, enumera.
Cientos de j¨®venes, ni?os y familias enteras de Melilla y Ceuta viven en un limbo burocr¨¢tico que los condena a una espiral de irregularidad y subterfugios para poder llevar a cabo los tr¨¢mites administrativos m¨¢s cotidianos, desde asistir a la escuela hasta alquilar un piso. Algunos, como Dina, no conocen otro hogar que las dos ciudades aut¨®nomas. Nacieron en Melilla o Ceuta, se consideran melillenses o ceut¨ªes a todos los efectos, pero no tienen los derechos de un espa?ol. Para Dina, que no tiene t¨ªtulo de estudios ni permiso de residencia, ni siquiera volante de empadronamiento, su pasaporte marroqu¨ª, el ¨²nico documento legal que acredita su identidad, juega en su contra. ¡°Si yo ahora mismo saliese a Marruecos, no s¨¦ por d¨®nde tirar¡±, lamenta. ¡°?Ni siquiera s¨¦ hablar ¨¢rabe! Estar¨ªa totalmente perdida¡±.
La causa del callej¨®n sin salida en el que se encuentra Dina es compleja. En Espa?a, la nacionalidad se obtiene o de forma autom¨¢tica (cuando se tiene madre espa?ola, algo que muchos ceut¨ªes o melillenses, como Dina, no tienen) o tras acreditar ciertos a?os de residencia legal. Pero para acreditar la residencia primero hay que empadronarse, y en Ceuta y Melilla ese tr¨¢mite del empadronamiento se complica enormemente para muchas familias; entre otras cosas, por la exenci¨®n de visado para ciudadanos marroqu¨ªes que rige en las dos ciudades, una excepci¨®n normativa del Acuerdo de Schengen.
Vecinos de las localidades marroqu¨ªes de Tetu¨¢n y Nador pueden cruzar a Ceuta y Melilla, respectivamente, sin solicitar visado, pero no pueden pernoctar y solo tienen acceso a un permiso de trabajo como transfronterizos. Esta pirueta imposibilita en la pr¨¢ctica, en la mayor¨ªa de casos, el acceso a un permiso de residencia legal y, finalmente, a la nacionalidad espa?ola. ¡°Son (personas) jur¨ªdicamente marroqu¨ªes, pero de facto ap¨¢tridas¡±, advierten desde Solidary Wheels, una organizaci¨®n que trabaja en la ciudad con personas en situaci¨®n irregular.
Reduan (nombre ficticio) est¨¢ a punto de salir de la Pur¨ªsima, el mayor centro de acogida de ni?os tutelados por el Ejecutivo local. Tiene 15 a?os, pero en su documentaci¨®n consta que est¨¢ a punto de cumplir la mayor¨ªa de edad. Como extutelado, ya tiene concedida la residencia legal en Espa?a a efectos administrativos, pero para formalizar el tr¨¢mite y conseguir la Tarjeta de Identificaci¨®n de Extranjero (TIE), debe presentar un certificado de empadronamiento que no puede conseguir. ¡°Y si entro en el Baluarte, ?me empadronan?¡±, pregunta, en referencia al centro de menores infractores de Melilla. La ¨²nica alternativa que contempla para regularizar su situaci¨®n es ser detenido y establecer su domicilio en el reformatorio.
A principios de julio, la Polic¨ªa Nacional detuvo en Melilla a tres personas acusadas de estafar a j¨®venes como Reduan a quienes cobraba entre 300 y 800 euros por un contrato de arrendamiento que, supuestamente, dar¨ªa acceso a inscribirse en el padr¨®n.
Invisible al sistema
Samra ¡ª¡±En mis papeles pone Samira, pero mi nombre es sin i¡±, puntualiza¡ª lleva media vida forj¨¢ndose una identidad en la barriada de la Calle Este de El Pr¨ªncipe al margen de documentos que acrediten su existencia. Samra es invisible al sistema. No tiene pasaporte de Marruecos, donde residi¨® desde que se cas¨® con 17 a?os con un marroqu¨ª que trabajaba en la ciudad aut¨®noma descargando mercanc¨ªa. Tampoco tiene DNI espa?ol, pese a haber nacido y vivido en Ceuta hasta que conoci¨® a su ahora exmarido. Esos a?os de matrimonio le han dejado una separaci¨®n, dos de sus cinco hijos y un vac¨ªo que la tiene rota. ¡°Todos mis hermanos tienen la nacionalidad¡±, protesta. ¡°Yo quiero arreglar ya mis documentos para poder sacar la cartilla del m¨¦dico, la del banco y muchas cosas, para poder sentirme como una ciudadana de Ceuta¡±.
V¨ªctor Fern¨¢ndez, madrile?o afincado en Ceuta, trabaja con la ONG Digmun en la escolarizaci¨®n de menores cuyas familias est¨¢n en situaci¨®n irregular. ¡°Cada vez es m¨¢s complicado para ellas conseguir la residencia¡±, asegura. En la entidad han conseguido escolarizar a decenas de ni?os desde 2016. En Melilla eso tambi¨¦n se ha convertido en un problema, ante la negativa de la administraci¨®n a aceptar documentos alternativos al padr¨®n como prueba de residencia efectiva.
A ello se suma el temor a ser expulsados del territorio espa?ol con la prohibici¨®n de volver a entrar durante, al menos, cinco a?os. El Defensor del Pueblo ya ha protestado ante dos casos de familias a cuyos progenitores se han incoado expedientes de expulsi¨®n tras haber solicitado la escolarizaci¨®n de sus hijos. El abogado Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Candela, especialista de la Asociaci¨®n de Abogados Extranjeristas, ha asegurado a EL PA?S que otras muchas familias est¨¢n siendo amenazadas. ¡°Hay familias que han sido citadas tras la visita para confirmar la residencia efectiva¡±, apunta.
Wasila es una de esas madres. Es la ¨²nica en su familia que no tiene permiso de residencia, pese a que lleva m¨¢s de once a?os viviendo en la ciudad. Sus tres hijos y su ¨²nica hija nacieron en la casa en la que el padre, Mim¨®n, lleva empadronado m¨¢s de 14 y que estaba alquilada por su t¨ªa, fallecida en 2019. El pasado 21 de julio, en plena pascua musulmana, los desahuciaron a todos. Cuando Wasila amenaz¨® con protestar frente al Ayuntamiento para conseguir que les devolviesen a su domicilio, la respuesta fue tajante: ¡°Me dijeron que no tengo ni papeles ni pasaporte, que me iban a quitar los hijos y a expulsarme a Marruecos¡±.
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