La exjefa de ETA ¡®Anboto¡¯ acepta una condena de 15 a?os de c¨¢rcel por ordenar el asesinato de Juan Carlos I
Se trata de la sexta pena de la etarra Mar¨ªa Soledad Iparraguirre desde que Francia autoriz¨® su extradici¨®n
La exjefa de ETA Mar¨ªa Soledad Iparraguirre, conocida como Anboto, ha aceptado este martes una condena de 15 a?os de prisi¨®n por dar presuntamente la orden de atentar contra Juan Carlos I, con motivo de su asistencia a la inauguraci¨®n del Museo Guggenheim de Bilbao, el 18 de octubre de 1997. La defensa ha llegado a un acuerdo con la Fiscal¨ªa, que inicialmente solicitaba una pena de 27 a?os de prisi¨®n. Finalmente cumplir¨¢ nueve a?os por un delito contra la Corona con finalidad terrorista, y seis por uno de dep¨®sito de armas de guerra. Adem¨¢s, Anboto estar¨¢ inhabilitada para ocupar un cargo p¨²blico durante el tiempo de cumplimiento de la primera condena y no podr¨¢ presentarse como candidata a ning¨²n proceso electoral durante los siguientes seis a?os. Se trata del octavo juicio de la terrorista desde que fue extraditada desde Francia en septiembre de 2019 y del sexto que acaba con condena.
Tras varios meses suspendido, el juicio ha tenido lugar este martes a la una del mediod¨ªa en la Audiencia Nacional. Seg¨²n el escrito de conclusiones provisionales del fiscal, entre 1993 y, al menos, diciembre de 1997, Anboto asumi¨® la direcci¨®n y coordinaci¨®n de los comandos ¡°legales¡± de la banda terrorista, es decir, aquellos integrados por personas no identificadas por la polic¨ªa. En 1996 se form¨® el comando Katu, integrado por los ya condenados por estos hechos Eneko Gogeaskoetxea Arronategui y Kepa Arronategi Azurmendi, a los que Anboto orden¨® el asesinato del todav¨ªa Rey de Espa?a, seg¨²n la acusaci¨®n fiscal. El asesinato deb¨ªa cometerse ¡°siempre y cuando no implicara el riesgo de afectar a personas ajenas al aparato del Estado, en cuyo caso se limitar¨ªan a atacar el museo con la finalidad de destruirlo por medio del lanzamiento de granadas¡±.
As¨ª, la acusada proporcion¨® a los integrantes del comando Katu 12 granadas autopropulsadas. Dadas las caracter¨ªsticas de estas granadas, habr¨ªan perforado las paredes del museo, accediendo a su interior y matando a las personas que se encontraban dentro o en los aleda?os. El 13 de octubre, ¡°en ejecuci¨®n de las instrucciones dadas por la acusada¡±, Arronategui y Azurmendi cargaron las granadas ocultas en unas jardineras en una furgoneta y se dirigieron hasta las inmediaciones del museo. Tras descargar una de las jardineras, fueron sorprendidos por dos agentes de la Ertzaintza. En su huida, dispararon a uno de los agentes y le causaron la muerte.
Su ¨²ltima condena, que se remonta a este mismo junio, la sentenci¨® a 46 a?os de prisi¨®n por dos asesinatos frustrados y un delito de estragos por la colocaci¨®n, el 21 de mayo de 1987, de una bomba en la puerta de un bar, en la localidad guipuzcoana de Escoriaza. Adem¨¢s, el Tribunal Supremo ya la hab¨ªa condenado antes a 122 a?os por el asesinato de Luciano Cortizo. La Audiencia Nacional, por su parte, la sentenci¨® a otros 50 por un ataque contra polic¨ªas en la oficina DNI de Bilbao, que se sald¨® con un muerto y un herido grave; a 11 por una bomba colocada en el banco Getxo, en 1994; y a 39 por el asesinato, en 1985, a Estanislao Gal¨ªndez Llano, cartero de la Amurrio (?lava) al que la banda terrorista consideraba confidente de las fuerzas de seguridad.
En contraste, los tribunales espa?oles absolvieron a Iparraguirre por el atentado contra una comisar¨ªa en Oviedo, en 1997, y por la colocaci¨®n de un coche bomba junto al estadio de Mendizorroza, en Vitoria, en 1985. Ambas sentencias fueron recurridas por la Fiscal¨ªa al Tribunal Supremo, que a¨²n no ha resuelto.
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