Un cuartel para ganar la guerra a la despoblaci¨®n
La promesa de recuperaci¨®n del campamento de Monte la Reina, en Toro (Zamora), ilusiona a la provincia m¨¢s castigada demogr¨¢ficamente
Un cuarto de siglo de abandono asola los accesos al viejo cuartel de Monte la Reina, en Toro (Zamora, 8.800 habitantes). Un r¨®tulo colgado de una verja oxidada advierte de que los terrenos son propiedad del Ministerio de Defensa y que est¨¢ prohibido el paso. Sin embargo, basta con agacharse un poco para sortear un alambre de espino en un lateral y conquistar pac¨ªficamente este antiguo campamento militar. Las letras de hierro del ¡°Todo por la Patria¡± que preside todos los cuarteles en Espa?a se han convertido, por efecto del tiempo y la dejadez, en una frase un tanto chusca: ¡°Todo o la Patri¡±. Sobre estas ruinas, cada vez m¨¢s ocultas bajo un bosque de vegetaci¨®n salvaje, pasa el futuro de una comarca y de una provincia.
El 10 de octubre, el presidente del Gobierno, Pedro S¨¢nchez, retom¨® una promesa electoral de 2019 y asegur¨® que los pr¨®ximos Presupuestos Generales del Estado destinar¨¢n 20 millones de euros para reformar el cuartel y reubicar en ¨¦l batallones del Ej¨¦rcito de Tierra. Esa partida figura en las Cuentas estatales para 2022 presentadas esta semana. Seg¨²n las previsiones del Ministerio de Defensa, en las instalaciones, a 10 kil¨®metros de Toro, la tercera poblaci¨®n de la provincia tras la capital y Benavente, trabajar¨ªan directamente unos 1.100 militares, lo que podr¨ªa atraer una poblaci¨®n de 3.900 personas.
Esta inyecci¨®n de sangre joven es casi una fantas¨ªa para una provincia con 171.000 habitantes y que desde 1950 ha perdido al 40% de su poblaci¨®n. En lo que va de siglo se han ido ya 30.000 zamoranos, una cifra que el INE anticipa que seguir¨¢ al alza hasta 2033. Por eso, estos militares y sus familias, que supondr¨ªan el 2,2% del censo provincial y un impacto econ¨®mico de unos 43 millones de euros al a?o, ilusionan a estas comarcas que han perdido la guerra contra la despoblaci¨®n.
La inversi¨®n para poner el viejo cuartel al d¨ªa se estima en unos 85 millones, 15 de los cuales ha anunciado la Junta de Castilla y Le¨®n despu¨¦s de conocer las intenciones de S¨¢nchez. Las ¨²ltimas cuentas auton¨®micas fijaban una partida de 700.000 euros, cifra conseguida tras una moci¨®n entre PSOE y Ciudadanos, que gobierna junto al PP, pues el primer proyecto no inclu¨ªa este gasto. Portavoces del Ejecutivo de la comunidad insisten en que el presidente, Alfonso Fern¨¢ndez Ma?ueco, lleva tiempo pidiendo reunirse con S¨¢nchez para abordar esta rehabilitaci¨®n.
El alcalde de Toro, Tom¨¢s del Bien, independiente tras dejar las filas socialistas, pasea con maleza hasta las rodillas por esas destartaladas construcciones y ense?a la piscina ol¨ªmpica, pasto del avance de la naturaleza. El regidor recela del compromiso del presidente: hasta que no lo vea, no confiar¨¢ en esta oportunidad de rejuvenecer la zona. Zamora es la provincia con la media de edad m¨¢s alta de Espa?a: 51,06 a?os frente a los 43,81 a?os de la media nacional.
Las instalaciones, inauguradas en 1942, llevan abandonadas desde 1997 y apenas han servido desde entonces para acoger un campeonato europeo de cross, algunos talleres de rehabilitaci¨®n y pr¨¢cticas militares de orientaci¨®n. Los ¨¢rboles se cuelan por antiguas cocinas, duchas, letrinas, almacenes o viviendas en las que lo ¨²nico que queda es el guano del suelo, hojas ca¨ªdas y restos de todo lo expoliado estos a?os. El legado castrense se aprecia garabateado en paredes al borde del colapso. ¡°39 d¨ªas a por la blanca¡± (documento que acreditaba el fin del servicio militar), escribieron algunos miembros del regimiento Almansa n¨²mero 5, autoproclamados ¡°wisas¡±, o sea, ¡°bisabuelos¡±: integrantes de la promoci¨®n a punto de licenciarse de la mili. Una pintada en un viejo almac¨¦n alude a un tal ¡°coronel Cebollino¡±, qui¨¦n sabe si en honor al coronel de Caballer¨ªa Joaqu¨ªn Cebollino von Lindeman, militar de la guerra de Marruecos y golpista en 1936, o el mote de un mando con pocos amigos.
La ¨²nica vida actual de este campamento, explica Del Bien, la aportan los vecinos que acuden ¡°a por esp¨¢rragos o n¨ªscalos¡± y manadas de jabal¨ªes. La presi¨®n popular impidi¨® que el Gobierno de Rajoy subastara estos campos por apenas cinco millones de euros. La esperanza de que rebrote vida en estos terrenos, acompa?ados por unas 1.300 hect¨¢reas dedicadas a las pr¨¢cticas militares, ilumina a un pueblo tan importante en el pasado como decadente hoy. El sinf¨ªn de carteles de ¡°Se vende¡± o ¡°Se alquila¡± contrasta con la imponente colegiata de Santa Mar¨ªa, una joya rom¨¢nico-g¨®tica a los pies del Duero, que riega a las vi?as de la Denominaci¨®n de Origen Toro. All¨ª se libr¨® en 1476 la batalla entre las fuerzas de la reina Juana La Beltraneja contra las tropas de Isabel de Castilla, que sali¨® vencedora y propici¨® la uni¨®n posterior con la corona de Arag¨®n. Pasado glorioso de una tierra con futuro hipotecado: solo uno de cada ocho zamoranos tiene menos de 20 a?os y casi un tercio supera los 65, seg¨²n el INE.
Miguel Salgado, de 91 a?os enga?osos ¡ª¡°Es que los militares nos cuidamos¡±¡ª conoce bien Monte la Reina. Este exmec¨¢nico de vuelo del Ej¨¦rcito celebra la noticia de la recuperaci¨®n del cuartel y el dinero que acarrear¨ªa. En el pasado puente del Pilar, su plan era tomarse unos vinos con la veterana pandilla: ¡°Me quedan pocos amigos porque muchos ya se han muerto¡±, lamenta. Dos familias sevillanas, turistas por Zamora y Salamanca, toman caf¨¦ con churros al sol junto a un mercado medieval. ¡°Es bonito, distinto¡±, comentan cuatro j¨®venes andaluzas cuyas madres admiten que notan la despoblaci¨®n.
El hostelero David Garc¨ªa regenta el bar La esquina de Col¨¢s, que lleva abierto 58 a?os. Este hombre, de 30, bromea con la creencia de que la tercera generaci¨®n de quien regenta un negocio lo acaba arruinando: esa taberna creada por su abuelo se enfrenta ahora a la falta de clientela. La reapertura del cuartel entra?a una posibilidad de supervivencia del negocio. El patriarca sol¨ªa pregonar que ¡°es mejor muchos pocos que pocos muchos¡±, en referencia a los d¨ªas de gran clientela, algo que su nieto espera recuperar con esos militares y allegados.
De esa ¨¦poca con el campamento operativo hablan Pilar ?lvarez, de 45 a?os, y Jos¨¦ Dom¨ªnguez, de 48, en un bar que se traspasa. Ella dirigi¨® uno de los 23 clubes que ten¨ªa el pueblo; ahora solo quedan tres. ?l, que hizo maniobras en Monte la Reina, anhela que vuelva el ambientillo. ?lvarez bromea con que entonces las chicas se rifaban a los militares: ¡°Un uniforme tira mucho, ¨ªbamos a ver qui¨¦n cazaba un militar¡±. Peor recuerdo alberga Dom¨ªnguez, pues los lugare?os sufr¨ªan una cruel ¡°competencia¡± con aquellos forasteros con tan buena percha. El pelirrojo Daniel Melgar, de 19 a?os y que purga una notable resaca, espera que a ra¨ªz de esta apuesta por el cuartel ¨¦l y los pocos chicos y chicas que quedan en Toro encuentren por fin oportunidades. Diurnas y nocturnas.
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