La justicia del Reino Unido deniega la inmunidad a Juan Carlos I y abre la puerta al juicio por acoso a Corinna Larsen
Los abogados del rey em¨¦rito intentaron convencer al magistrado de que, por su doble condici¨®n de ¡°soberano¡± y miembro de la Familia Real, gozaba a¨²n de inmunidad
La justicia brit¨¢nica no ha aceptado los argumentos de los abogados del rey em¨¦rito, Juan Carlos I, y rechaza que disfrute de inmunidad ante la demanda por acoso presentada por su examante, Corinna Larsen. El juez Matthew Nicklin concluye que ¡°ninguno de los fundamentos para defender la existencia de inmunidad de Estado ha logrado demostrarse, y, por tanto, la demanda debe seguir adelante¡±, seg¨²n la resoluci¨®n dictada este jueves.
Durante dos intensas sesiones preliminares, a finales de 2021, los abogados del rey em¨¦rito intentaron convencer al magistrado de que, por su doble condici¨®n de ¡°soberano¡± [em¨¦rito] y miembro de la Familia Real, Juan Carlos I gozaba a¨²n de inmunidad. Se aferraban a la Ley de Inmunidad de Estado de 1978 (State Inmunity Act), pensada para los representantes diplom¨¢ticos en pa¨ªses extranjeros, pero que extiende su protecci¨®n a jefes de Estado. Su art¨ªculo 20 establece que se acoger¨¢n a la inmunidad garantizada por la ley ¡°el soberano u otro jefe de Estado¡± y ¡°los miembros de su familia que formen parte de su hogar [household, en el original en ingl¨¦s]¡±. Si el abogado Daniel Bethlehem, en representaci¨®n del rey em¨¦rito, defendi¨® que su cliente manten¨ªa el rango de ¡°soberano¡± y gozaba por tanto de inmunidad, el letrado que actuaban en nombre de Larsen, James Lewis, descartaba esa interpretaci¨®n: ¡°Nadie entiende que Juan Carlos I mantenga el rango de jefe del Estado despu¨¦s de su abdicaci¨®n. Se trata de un t¨ªtulo honor¨ªfico, como el que retienen los expresidentes de Estados Unidos¡±, argumentaba.
El juez Nicklin ha defendido en su sentencia este ¨²ltimo razonamiento, y ha rechazado que la inmunidad persista: ¡°Si aceptara ese argumento, ma?ana el acusado podr¨ªa entrar en una joyer¨ªa de Hatton Garden y robar un anillo de diamantes. Y no deber¨ªa hacer frente a ning¨²n proceso penal o civil en esta jurisdicci¨®n (a no ser que el Estado espa?ol levantara esa inmunidad)¡±, ha explicado el juez.
¡°Me sentir¨ªa mucho m¨¢s c¨®modo si el Estado espa?ol pudiera confirmarme que Juan Carlos I sigue siendo un miembro de la Familia Real. No me gustar¨ªa tener que entrar en un terreno de Derecho Constitucional espa?ol en el que no me siento a gusto¡±, reclam¨® una y otra vez el magistrado durante las dos sesiones preliminares en las que se debati¨® la supuesta inmunidad del rey em¨¦rito. Sugiri¨® incluso la v¨ªa para obtener esa confirmaci¨®n: que fuera la ministra brit¨¢nica de Exteriores, Liz Truss, la que utilizara los canales diplom¨¢ticos adecuados para lograr esos datos. ¡°No ha habido reclamaci¨®n alguna por parte del Estado espa?ol, ni alegaci¨®n, respecto a la inmunidad que el acusado sostiene que a¨²n disfruta. Ni se ha facilitado a esta sala ning¨²n certificado procedente del Ministerio de Exteriores, como establece el art¨ªculo 21 de la Ley de Inmunidad del Estado¡±, ha se?alado Nicklin en su decisi¨®n. Confirmaba de este modo que el asunto forma parte del ¨¢mbito privado. ¡°El acusado no es ni soberano ni jefe del Estado de Espa?a. Desde su abdicaci¨®n, no tiene derecho a inmunidad personal¡±, ha concluido.
A finales de diciembre de 2020, la examante de Juan Carlos I relat¨® en su reclamaci¨®n de da?os el acoso que, siempre seg¨²n su versi¨®n, hab¨ªa sufrido directamente del padre del Rey o de personas en su nombre, como el exdirector del CNI F¨¦lix Sanz Rold¨¢n, desde 2012. Con la pretensi¨®n, seg¨²n Larsen, de recuperar los casi 65 millones de euros que el rey em¨¦rito le hab¨ªa transferido de manera ¡°irrevocable¡± ese a?o, o de reanudar la relaci¨®n sentimental, la empresaria relata en una extensa demanda las supuestas amenazas, vigilancia electr¨®nica y seguimientos a los que ella y su equipo de asesores se vieron sometidos, as¨ª como las numerosas difamaciones que se vertieron contra ella. Las consecuencias de todo eso son, seg¨²n su escrito, una ansiedad y una angustia que han necesitado de tratamiento m¨¦dico, el deterioro de las relaciones con sus hijos y familiares, y la p¨¦rdida de muchos de sus multimillonarios clientes.
El magistrado no entra a¨²n a valorar la verosimilitud de todas las acusaciones vertidas por Larsen. De hecho, ya advirti¨® en su momento a los abogados de la examante del rey em¨¦rito que ¡°hab¨ªa observado un relato muy difuso en el escrito acusatorio, con mucha narrativa y pocas pruebas¡±. En su decisi¨®n preliminar, Nicklin se?ala que ¡°es terreno com¨²n aceptado por las partes que, con el ¨²nico prop¨®sito de debatir la cuesti¨®n de la inmunidad, este tribunal asume que lo descrito en el escrito de acusaci¨®n es cierto. Pero en esta fase, ni existen pruebas que demuestren los incidentes detallados ni ha habido una investigaci¨®n¡±.
Inmunidad pre-abdicaci¨®n
El magistrado ha logrado descolocar a la defensa del Rey em¨¦rito, porque no niega ¨²nicamente la inmunidad a Juan Carlos I a partir de su abdicaci¨®n. Tampoco la admite para el periodo en el que a¨²n era Jefe de Estado, porque los actos narrados en la demanda de Larsen ¡°no pueden atraer inmunidad funcional¡± (esto es, constituyen actos privados que ¡°no entran en la esfera de actividades gubernamentales o soberanas¡±, seg¨²n matiza el juez). Es decir, en el juicio pueden contemplarse cuestiones como la reuni¨®n del general F¨¦lix Sanz Rold¨¢n con Corinna Larsen, el 5 de mayo de 2012, en el Hotel Connaught, de Londres, en la que, seg¨²n la demandante, el entonces director del CNI amenaz¨® su integridad f¨ªsica; o la aparici¨®n, al d¨ªa siguiente, en el apartamento de Larsen en Villiars (Suiza) de un libro sobre la muerte de Lady Di. Juan Carlos I abdic¨® el 19 de junio de 2014.
¡°La decisi¨®n de este jueves es muestra de que el demandado no puede escudarse tras su posici¨®n, poder o privilegios para esquivar esta demanda. Juan Carlos de Borb¨®n y Borb¨®n deber¨¢ ahora rendir cuentas ante un tribunal por su conducta en tanto que particular. Este es el primer paso en el camino hacia la justicia. Los espantosos hechos de este caso se presentar¨¢n por fin ante un tribunal¡±, ha asegurado Robin Rathmell, del bufete Kobre&Kim, que representa a Larsen. Fuentes de ese mismo despacho han explicado a EL PA?S que se encuentran a la espera de una nueva vista, para la que el juez a¨²n no ha fijado fecha, en la que se decidir¨¢ si deben resolverse otras cuestiones preliminares, como si la jurisdicci¨®n inglesa es la correspondiente, si es de aplicaci¨®n la ley de Protecci¨®n por Acoso de 1997, o si se procede ya con el juicio en s¨ª mismo.
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