El relato de Larsen: correos de ¡®Paul Bon¡¯ y un libro amenazante
La examante de Juan Carlos I sostiene que en 2012 el general F¨¦lix Sanz Rold¨¢n coordin¨® ¡°bajo la direcci¨®n o con el consentimiento del rey em¨¦rito¡± una operaci¨®n secreta para entrar y registrar sus propiedades en M¨®naco
Las primeras supuestas pruebas del acoso. Corinna Larsen sostiene que entre abril y junio de 2012 (mes en el que Juan Carlos I le don¨® 65 millones de euros) el general F¨¦lix Sanz Rold¨¢n, exdirector del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), ¡°bajo la direcci¨®n o con el consentimiento del rey em¨¦rito¡±, coordin¨® una operaci¨®n secreta para entrar y registrar sus propiedades en M¨®naco.
Correo de un agente secreto con nombre falso. Larsen afirma que le explicaron que esa operaci¨®n estaba encaminada a protegerla a ella de la presi¨®n de los fot¨®grafos de prensa, pero en realidad permiti¨® eliminar o copiar muchos de los documentos que guardaba en su vivienda de M¨®naco. Larsen sostiene en su demanda por acoso contra Juan Carlos I que el general Sanz Rold¨¢n se comunic¨® con ella a trav¨¦s de un correo electr¨®nico en el que usaba el alias de ¡°Paul Bon¡± y que le dej¨® claro que actuaba bajo las instrucciones del entonces a¨²n Rey de Espa?a.
Viaje a Suiza con llamada an¨®nima. Corinna Larsen viaj¨® el 5 de mayo de 2012 a Suiza para reunirse con su hijo en el apartamento que ten¨ªa en Villars tras mantener una entrevista en Londres con F¨¦lix Sanz Roldan, quien, seg¨²n su versi¨®n, la amenaz¨® con represalias si no cumpl¨ªa con sus recomendaciones. A su llegada a Villars, encontr¨® sobre una mesilla de caf¨¦ en la sala de estar un libro sobre la muerte de la Princesa Diana de Gales que ten¨ªa este t¨ªtulo: ¡°La evidencia oculta: c¨®mo el M16 y la CIA estuvieron involucrados en la muerte de la princesa Diana¡±. Esa noche, Larsen asegura que recibi¨® una llamada telef¨®nica de un desconocido que dijo en espa?ol: ¡°Hay muchos t¨²neles entre M¨®naco y Niza¡±. La mujer considera que el libro que hall¨® en su casa y la llamada telef¨®nica est¨¢n conectados e implicaban una amenaza.
Hostigamiento y rastreos en el autom¨®vil. La demanda civil contra Juan Carlos I tambi¨¦n se?ala un supuesto intento de colocar un dispositivo de rastreo en el autom¨®vil de Corinna Larsen y varios intentos de interceptar o monitorear sus comunicaciones telef¨®nicas.
Propuesta de matrimonio. La demandante asegura que en 2014 el rey em¨¦rito la presion¨® para reiniciar su relaci¨®n y que en mayo de 2014, apenas un mes antes de la abdicaci¨®n de Juan Carlos I, volvi¨® a proponerle matrimonio, lo que ella rechaz¨®. Tras la abdicaci¨®n, el monarca em¨¦rito comenz¨® a viajar con m¨¢s frecuencia a Londres y, seg¨²n Larsen, la amenaz¨® con que su negativa a reiniciar la relaci¨®n tendr¨ªa consecuencias. Mantiene tambi¨¦n que en ese momento la presion¨® para que le devolviera los obsequios anteriores que le hab¨ªa dado y luego comenz¨® a difundir acusaciones falsas de que Corinna Larsen le hab¨ªa robado dinero.
Ataque a los negocios. La demanda civil tambi¨¦n se?ala que Juan Carlos I puso en marcha a partir de octubre de 2014 una campa?a de desprestigio contra los negocios de Corinna Larsen, adem¨¢s de afirmar ¡°falsamente¡± de nuevo que le hab¨ªa robado dinero.
Intoxicaci¨®n informativa. A partir de 2015, y ante las negativas reiteradas por Corinna Larsen de volver a mantener una relaci¨®n con el rey em¨¦rito, este suministr¨®, seg¨²n la demandante, informaci¨®n falsa a los medios de comunicaci¨®n con la intenci¨®n de que fuera publicada para da?ar la reputaci¨®n de la mujer.
Consecuencias f¨ªsicas. Corinna Larsen relata en su demanda que como consecuencia del presunto acoso y hostigamiento de Juan Carlos I desde abril de 2012 hasta algunos a?os despu¨¦s de su abdicaci¨®n como Rey de Espa?a, ella sufri¨® dolor ps¨ªquico, angustia, p¨¦rdida del bienestar y humillaci¨®n. Los abogados del rey em¨¦rito sostuvieron en su recurso que las acusaciones narradas en la demanda son ¡°injustificadas¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.