Marruecos recibir¨¢ 500 millones de la UE para que controle sus fronteras
El paquete financiero que prepara Bruselas aumenta casi en un 50% la ayuda a Rabat contra la inmigraci¨®n irregular
Marruecos recibir¨¢ m¨¢s dinero que nunca de la Uni¨®n Europea para controlar sus fronteras. Bruselas ultima un paquete de al menos 500 millones de euros con los que se cubrir¨¢n parte de los esfuerzos de Rabat contra la inmigraci¨®n irregular, seg¨²n fuentes comunitarias. Este nuevo marco de financiaci¨®n, que cubre el periodo 2021-2027, supera con creces (casi en un 50%) los 343 millones de euros del anterior.
Se trata de una se?al del creciente protagonismo de Marruecos como socio ¡°important¨ªsimo¡±, no solo de Espa?a o Francia, sino de todo el club comunitario. ¡°Esta cantidad da una idea del grado de ambici¨®n de Bruselas que desmiente los miedos que ten¨ªa Espa?a de que se descuidase la vecindad del sur¡±, asegura una alta fuente comunitaria.
El pacto est¨¢ cerrado, aunque su aplicaci¨®n terminar¨¢ de concretarse en oto?o. El dinero se distribuir¨¢ en diferentes partidas que cubrir¨¢n proyectos de integraci¨®n y protecci¨®n de los refugiados que viven en Marruecos, pero tambi¨¦n retornos forzosos, cooperaci¨®n policial y lucha contras las mafias, seg¨²n fuentes conocedoras del paquete. Rabat no ser¨¢ el ¨²nico beneficiado de la financiaci¨®n europea ¡ªla UE mantiene planes de acci¨®n en el ¨¢mbito migratorio con todos los pa¨ªses norteafricanos, a excepci¨®n de Argelia¡ª, pero gana peso. Tambi¨¦n a la vuelta del verano debe cerrarse la financiaci¨®n que se destinar¨¢ al resto de pa¨ªses implicados en el control de la inmigraci¨®n irregular hacia Europa, incluidos los principales socios africanos de Espa?a: Gambia, Senegal y Mauritania.
La negociaci¨®n de estos 500 millones se ha prolongado durante meses. Rabat manten¨ªa altas sus expectativas y demandas sobre el reparto de los fondos europeos, mientras que Bruselas quer¨ªa m¨¢s compromisos por parte de Marruecos, concretamente en la readmisi¨®n de sus nacionales entrados irregularmente en el continente. Espa?a ha presionado por tierra, mar y aire para que la lluvia de millones contentase a Rabat, aunque, seg¨²n fuentes diplom¨¢ticas, la Comisi¨®n Europea ten¨ªa claro que Marruecos deb¨ªa ganar protagonismo en el tablero migratorio de la UE (determinado por Libia y Turqu¨ªa). El montante acordado, en cualquier caso, no cubre los gastos que Marruecos asegura que le ocasiona ejercer de gendarme de Europa. Seg¨²n una memoria econ¨®mica de Bruselas, Rabat dice que invierte 435 millones anuales.
El dinero saldr¨¢ del llamado Instrumento de Vecindad, Desarrollo y Cooperaci¨®n Internacional (IVDCI), una herramienta presupuestaria nueva, que cuenta para el periodo con 79.500 millones de euros, un 13% m¨¢s que en el anterior periodo presupuestario (2014-2020). Un 10% del total de este fondo se podr¨¢ vincular a la gesti¨®n migratoria.
El acuerdo no fue sencillo. Los fondos pendieron de un hilo en mayo del a?o pasado, cuando Marruecos permiti¨® la entrada de 10.000 migrantes; entre ellos, m¨¢s de un millar de ni?os, en Ceuta. El episodio, equiparable a las jugadas de Recep Tayyip Erdogan en Turqu¨ªa o Aleksandr Lukashenko en Bielorrusia cuando empujaron hacia Europa a miles de migrantes y refugiados, no gust¨® nada en Bruselas. ¡°Nadie puede chantajear a Europa¡±, sentenci¨® el vicepresidente de la Comisi¨®n Europea, Margaritis Schinas.
Por el contrario, la tragedia de Melilla del pasado 24 de marzo, en la que los agentes marroqu¨ªes actuaron con brutalidad, puede traer financiaci¨®n extra para Marruecos. Una fuente conocedora de la negociaci¨®n afirma que a ra¨ªz de aquel episodio es posible que se incluyan partidas para mejorar y reforzar el sistema de protecci¨®n de migrantes y refugiados que ha hecho de Marruecos pa¨ªs de destino. El principio que rige en Bruselas lo resume una importante fuente comunitaria: ¡°Nuestros vecinos tienen que tener muy claro que en migraciones tienen m¨¢s que ganar trabajando con nosotros que contra nosotros¡±.
La entrada masiva en la ciudad aut¨®noma qued¨® atr¨¢s y Espa?a se volc¨® en reconciliarse con su vecino del Sur. La presi¨®n que Marruecos hab¨ªa ejercido para que el Gobierno espa?ol revisase su posici¨®n de neutralidad sobre el S¨¢hara Occidental funcion¨® contra todo pron¨®stico. Y el pasado mes de marzo, Espa?a tomaba partido por Marruecos y respaldaba su propuesta de autonom¨ªa para su excolonia en lugar del refer¨¦ndum de autodeterminaci¨®n que reclaman los saharauis. El giro de Pedro S¨¢nchez le enemist¨® con Argelia, principal aliado del Frente Polisario, el movimiento de liberaci¨®n nacional del S¨¢hara, pero le daba cierta tranquilidad en las fronteras.
Espa?a tiene problemas cuando Marruecos baja la guardia en su territorio, pues depende en exceso de la proactividad de su socio. En 2018, cuando Rabat aspiraba a m¨¢s dinero europeo, m¨¢s de 64.000 migrantes desembarcaron en costas espa?olas, un r¨¦cord hist¨®rico. Entonces, la UE respondi¨® con un paquete de m¨¢s de 140 millones y los n¨²meros de llegadas cayeron a la mitad en 2019. Las salidas desde las costas del norte del pa¨ªs pasaron a estar muy controladas.
Pero la persecuci¨®n de migrantes no los hace desaparecer y la presi¨®n policial les hizo buscar otras rutas: en 2020, en plena pandemia, resucitaba la ruta canaria. M¨¢s de la mitad de las 23.000 personas que llegaron aquel a?o al archipi¨¦lago eran marroqu¨ªes y el S¨¢hara, controlado por Marruecos, era el principal punto de salida. Tras la crisis en las islas, los 27 dejaron por escrito que la relaci¨®n con Marruecos requer¨ªa un replanteamiento global y ¡°objetivos a largo plazo¡±.
La reconciliaci¨®n de Espa?a con Marruecos a¨²n no ha supuesto una ca¨ªda relevante en la llegada de inmigrantes, pero distintas fuentes dedicadas al control de fronteras aseguran que la predisposici¨®n ha cambiado. Se han recuperado y aumentado las patrullas conjuntas entre ambos pa¨ªses y fuentes de seguridad espa?olas aseguran que ¡°la mayor eficacia¡± de la polic¨ªa marroqu¨ª est¨¢ evitando un gran n¨²mero de salidas. Dos fuentes espa?olas aseguran que, en las reuniones conjuntas tras el final de la crisis, Marruecos mostr¨® su disposici¨®n para readmitir m¨¢s inmigrantes. Marroqu¨ªes o de terceros pa¨ªses. En caliente o por avi¨®n.
La mejor prueba de la colaboraci¨®n, la m¨¢s tr¨¢gica, se vio en Melilla el pasado 24 de junio, cuando los agentes marroqu¨ªes contuvieron con violencia el intento de m¨¢s de 1.500 personas de cruzar el puesto fronterizo. Al menos 23 migrantes, la mayor¨ªa refugiados sudaneses, murieron. La Asociaci¨®n Marroqu¨ª de Derechos Humanos eleva a 27 los fallecidos y 64 los desaparecidos. 133 llegaron a Melilla.
La actuaci¨®n de las fuerzas de seguridad de Marruecos en junio contrasta con la vista tan solo cuatro meses antes, cuando Rabat a¨²n manten¨ªa el pulso a Madrid. Los agentes marroqu¨ªes mostraron una actitud muy diferente en la misma valla y ante otro salto a¨²n m¨¢s numeroso ocurrido a principios de marzo. En esa ocasi¨®n, las fuerzas de seguridad tambi¨¦n dejaron llegar al grupo a los pies de la alambrada, pero la contenci¨®n fue otra y 900 personas lograron entrar en Melilla. Tras ese episodio, fuentes policiales y pol¨ªticas espa?olas se plantearon si esa era una nueva medida de presi¨®n. El acuerdo sobre el S¨¢hara vino apenas dos semanas despu¨¦s.
Tras la tragedia, Espa?a alab¨® los esfuerzos de Marruecos e incidi¨® en que hab¨ªa sido un ¡°ataque violento¡± a la frontera, patrocinado por las mafias. ¡°Bien resuelto¡±, lleg¨® a celebrar Pedro S¨¢nchez. La condena vino de organismos internacionales, como las Naciones Unidas, y de forma m¨¢s tibia de la propia Comisi¨®n Europea, que pidi¨® una investigaci¨®n independiente. ¡°En todas las situaciones la gente tiene que ser tratada con dignidad y respeto¡±, dijo la comisaria europea de Interior, Ylva Johansson. En privado, fueron muchas las autoridades que se llevaron las manos a la cabeza al ver los cad¨¢veres amontonados frente a una frontera europea, pero como resume una importante fuente comunitaria, un trato es un trato: ¡°En Melilla se demostr¨® que los marroqu¨ªes tienen disposici¨®n. Fue desproporcionado, pero no podemos decirles que hagan su trabajo y luego reprocharles que se pasaron¡±.
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