El clima extremo mete presi¨®n en la agenda pol¨ªtica
Los partidos preparan sus programas electorales para las municipales y auton¨®micas tras sentir la emergencia clim¨¢tica: olas de calor e incendios y falta de agua
No es lo mismo leerlo en alguno de los cientos de informes cient¨ªficos que se publican cada mes que sentirlo en carne propia. No es lo mismo que te cuenten lo que vendr¨¢ que padecer d¨ªas y d¨ªas de temperaturas extremas; o no poder dormir en las noches t¨®rridas; o que del grifo no salga agua; o intentar frenar a cubazos las llamas que van a devorar tu casa; o comprobar c¨®mo se desploma el rendimiento de tus cultivos por el calor... El clima extremo y todas sus derivadas han explotado de forma descarnada en Espa?a este verano, que va camino de convertirse en el m¨¢s c¨¢lido que se ha registrado en el pa¨ªs desde que arrancaron las mediciones fiables a principios del siglo XX.
La sucesi¨®n de olas de calor, incendios tremendos y el incremento de las restricciones de agua debido a la escasez en unos embalses que est¨¢n en m¨ªnimos hist¨®ricos ha hecho m¨¢s tangible la emergencia clim¨¢tica. ¡°Donde antes hab¨ªa un peque?o grupo de personas que le¨ªa los informes, ahora hay millones de personas que han sentido que el cambio clim¨¢tico est¨¢ aqu¨ª con una potencia de da?o enorme¡±, sostiene V¨ªctor Vi?uales, soci¨®logo especializado en medio ambiente. ¡°Est¨¢ aqu¨ª y no va a dejar de estar aqu¨ª. Har¨ªan bien en interiorizarlo todos los partidos de todo el espectro¡±, a?ade el tambi¨¦n director de la Fundaci¨®n Ecolog¨ªa y Desarrollo (Ecodes).
Las encuestas llevan a?os mostrando c¨®mo los fen¨®menos extremos contribuyen al aumento de la conciencia sobre este problema alrededor del mundo. Tambi¨¦n en Espa?a. As¨ª lo reflejaba, por ejemplo, el sondeo elaborado por la empresa 40dB para EL PA?S con motivo de la ¨²ltima cumbre del clima, celebrada en noviembre: la mayor¨ªa de los encuestados (65,6%) afirmaba que le preocupaba m¨¢s el cambio clim¨¢tico tras los eventos meteorol¨®gicos extremos del pasado a?o.
¡°No me cabe la menor duda de que la conciencia aumenta cuando en nuestra propia realidad vivimos lo que los cient¨ªficos predijeron¡±, afirma Juan Carlos del Olmo, secretario general de la ONG ecologista WWF. ¡°Lo importante es que todos relacionemos esta situaci¨®n con el problema de fondo, que es nuestro modelo de vida, que debe cambiar¡±, a?ade. Vi?uales, por su parte, advierte de que la ¡°reiteraci¨®n de fen¨®menos extremos est¨¢ causando des¨¢nimo en mucha gente, un da?o emocional¡±. Por eso, en su opini¨®n, los ¡°partidos tienen que traducir lo que ha pasado en medidas¡±. Y la prueba de fuego ser¨¢ el inminente ciclo electoral que arranca y cuya primera parada est¨¢ a la vuelta de la esquina: en mayo habr¨¢ elecciones municipales y en la mayor¨ªa de las comunidades tambi¨¦n comicios auton¨®micos.
En el caso de los socialistas, ¡°ya han empezado los trabajos de los programas marco de las municipales y auton¨®micas, que est¨¢n en fase de borrador¡±, explica Cristina Narbona, presidenta del PSOE y exministra de Medio Ambiente. La pata verde ser¨¢ una de las claves, avanza. En Unidas Podemos, el diputado Juan L¨®pez de Uralde apunta a que los trabajos para la elaboraci¨®n del programa comenzar¨¢n en septiembre. Sumar ¡ªla plataforma de izquierdas que impulsa la vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda D¨ªaz¡ª celebr¨® en plena ola de calor en julio su primer acto sectorial, y lo centr¨® en la juventud y la lucha clim¨¢tica. Hacia el mismo lugar mira el PSOE: ¡°Hay una desafecci¨®n hacia la pol¨ªtica en los j¨®venes, y en ellos el sentimiento de gravedad de la emergencia clim¨¢tica es mayor¡±, afirma Narbona.
Bordeando el negacionismo
Justo en el otro lado, en la extrema derecha, Vox no abandona un discurso que juguetea con el negacionismo y engloba en el t¨¦rmino ¡°fanatismo clim¨¢tico¡± casi cualquier medida medioambiental. La presidenta madrile?a, la popular Isabel D¨ªaz Ayuso, haciendo gui?os a ese electorado, ha criticado lo que llama el ¡°ecologismo prefabricado¡± que, a su juicio, ¡°lo ¨²nico que hace es acabar con la iniciativa privada, con las gentes del campo, con las vidas de aquellos que defienden la tauromaquia, la agricultura, la ganader¨ªa...¡±. Durante la primera parte de la legislatura, el PP mantuvo una postura moderada en los asuntos medioambientales ¡ªse abstuvo en la votaci¨®n de la Ley de Cambio Clim¨¢tico en el Congreso y no bloque¨® la Ley de Residuos¡ª, pero L¨®pez de Uralde, parlamentario de Unidas Podemos y exdirector de Greenpeace en Espa?a, critica que ahora recuperen la idea del fracking para extraer gas: ¡°La derecha espa?ola no es asimilable a la europea, est¨¢ m¨¢s cerca de Trump que de Macron¡±.
Guillermo Mariscal, secretario general del Grupo Popular en el Congreso y especialista del partido en temas de energ¨ªa, explica que el PP pide ¡°paralizar¡± el articulado de la Ley de Cambio Clim¨¢tico referido a ¡°la prohibici¨®n radical de cualquier tipo de exploraci¨®n de minerales¡± para ¡°conocer los minerales de los que dispone Espa?a, fundamentalmente, uranio y litio¡±. ¡°Nosotros estamos alineados con la llamada neutralidad tecnol¨®gica, es decir, dar uso a todas las disponibles, sin el sectarismo del Gobierno. El cierre de la nuclear en 2035 hoy es una entelequia¡±, afirma. Los populares critican ¡°la escasa presencia de biog¨¢s¡±, y ¡°los retrasos administrativos para el crecimiento de las renovables¡±.
Los grandes desaf¨ªos: movilidad y agua
Los programas municipales del PSOE y los de los partidos de izquierda se llenar¨¢n de propuestas de rehabilitaci¨®n energ¨¦tica de edificios, de promesas de m¨¢s espacios verdes, de refugios clim¨¢ticos o de m¨¢s tejados verdes y solares, como adelanta Narbona. El PP comparte la necesidad de ¡°mejorar el aislamiento de viviendas y de edificios p¨²blicos para ahorrar energ¨ªa¡±.
Todos los expertos consultados para este reportaje sit¨²an las ciudades como punto clave de la crisis clim¨¢tica, de ah¨ª la importancia de las elecciones municipales y las propuestas que presenten los partidos. ¡°Las ciudades deben dejar de contribuir al problema y adaptarse a lo que viene¡±, resume Del Olmo. En la misma l¨ªnea, Vi?uales apuesta por ¡°repensar¡± las urbes para prepararlas ¡°para el pr¨®ximo verano¡±. Y sit¨²a como prioridad la ¡°despavimentaci¨®n¡±. ¡°Las ciudades se han convertido en los lugares en los que las pol¨ªticas clim¨¢ticas son imprescindibles, son las que m¨¢s sufren los impactos y las que m¨¢s pueden evitarlos. Y esto ser¨¢ clave en la campa?a electoral¡±, sostiene el parlamentario L¨®pez de Uralde.
Las pol¨ªticas de reordenaci¨®n de la movilidad, las limitaciones a los veh¨ªculos de combusti¨®n ¡ªel transporte es el principal sector en emisiones de gases de efecto invernadero y sustancias nocivas¡ª y el impulso a otras formas de desplazarse, como el transporte p¨²blico o la bicicleta, se espera que est¨¦n en un lugar destacado de la campa?a para los comicios de mayo. ¡°Va a ser un elemento de debate pol¨ªtico y de confrontaci¨®n electoral¡±, augura Narbona.
Del Olmo a?ade: ¡°En las grandes ciudades vamos a ver qui¨¦n se lo toma realmente en serio. Hay algunas que arrastran los pies y otras que est¨¢n empleando bien los fondos p¨²blicos europeos¡±. Las competencias en este asunto son principalmente municipales, pero hay tambi¨¦n obligaciones de lucha contra la contaminaci¨®n que se fijan desde Europa y medidas concretas que se impulsan desde el Gobierno central. Por ejemplo, para combatir la poluci¨®n y las emisiones de efecto invernadero, la Ley de Cambio Clim¨¢tico establece que antes del 1 de enero de 2023 todas las ciudades espa?olas de m¨¢s de 50.000 habitantes, unas 150, deber¨¢n contar con zonas de bajas emisiones en las que se restrinja la circulaci¨®n de los veh¨ªculos m¨¢s contaminantes.
Algunas ciudades ya se han puesto a ello, pero, como ocurri¨® con Madrid y Barcelona, el proceso no est¨¢ siendo pac¨ªfico y est¨¢ acabando en los tribunales en muchas ocasiones con recursos presentados por la derecha, que emplea como argumento los supuestos ataques a la ¡°libertad individual¡± que implican las restricciones. Mariscal, del PP, afirma que su partido est¨¢ a favor de las zonas de bajas emisiones en las ciudades, ¡°pero siempre que no dificulten la vida cotidiana de los vecinos o la actividad econ¨®mica¡±. ¡°Hay que acomodar la econom¨ªa, hacer una transici¨®n y ser comprensivo con la sociedad. No todas las familias o empresas pueden permitirse transformaciones inmediatas. Exigir esos cambios de motorizaci¨®n cuando tenemos el parque automovil¨ªstico probablemente m¨¢s envejecido de Europa no es la soluci¨®n. Ser¨ªa conveniente impulsar los sistemas de recarga para el coche el¨¦ctrico y que antes de que la gente salte al coche el¨¦ctrico, tenga la posibilidad de comprarse un veh¨ªculo m¨¢s barato y que emita mucho menos que los anteriores. Creemos en los incentivos, porque cuando la transici¨®n no es justa, cuando hay perdedores, nacen los adversarios¡±.
Para ofrecer una mayor seguridad jur¨ªdica a los alcaldes, el Ministerio para la Transici¨®n Ecol¨®gica est¨¢ elaborando ahora un real decreto en el que se fijan las bases m¨ªnimas para implantar estas zonas de bajas emisiones. El texto sali¨® a informaci¨®n p¨²blica en abril pero, a cuatro meses de que entre en vigor la obligaci¨®n para las ciudades de m¨¢s de 50.000 habitantes, a¨²n no se ha aprobado la norma.
Si la movilidad se perfila como uno de los temas centrales del debate de las municipales, con el agua puede ocurrir algo parecido en las auton¨®micas en un momento de escasez como el que est¨¢ atravesando la Pen¨ªnsula. Para comprender lo que est¨¢ ocurriendo no solo hay que mirar al cielo ¡ªlas lluvias est¨¢n en muchas zonas por debajo de lo normal¡ª sino tambi¨¦n al suelo: al incremento imparable de la superficie de regad¨ªo en Espa?a, que consume alrededor del 80% del agua embalsada del pa¨ªs. ¡°Se est¨¢n abonando los conflictos por el agua y es de locos que en este contexto se pongan m¨¢s regad¨ªos¡±, advierte Vi?uales. Del Olmo a?ade: ¡°El riesgo es que los programas electorales se llenen de falsas soluciones, como m¨¢s trasvases, m¨¢s embalses, m¨¢s desaladoras... La soluci¨®n es un cambio de modelo de agricultura¡±. ¡°Hay que hacer una reconversi¨®n agraria¡±, a?ade Narbona. ¡°Y hay fondos europeos para ello¡±, sostiene la socialista. El PP reclama ¡°un pacto nacional sobre el agua¡± y aprovechar esos fondos ¡°para la necesaria adaptaci¨®n al cambio clim¨¢tico¡±.
Asamblea ciudadana
Durante cinco meses, 100 ciudadanos seleccionados por una empresa demosc¨®pica, de forma que sean una representaci¨®n de la ciudadan¨ªa del pa¨ªs, han participado en la llamada asamblea ciudadana del clima, impulsada por el Gobierno. Guiados por expertos en cambio clim¨¢tico, han debatido en torno a una pregunta: ?C¨®mo debe afrontar Espa?a la crisis clim¨¢tica? Y fruto de este proceso, similar al que se hab¨ªa hecho en asambleas de Francia, Reino Unido o Escocia, surgi¨® un documento con 172 propuestas que en junio fue presentado al presidente Pedro S¨¢nchez. ¡°La mayor parte son de sentido com¨²n y muchas son perfectamente asumibles total o parcialmente por los partidos¡±, sostiene Mar¨ªa Jos¨¦ Sanz, directora cient¨ªfica del Centro Vasco de Cambio Clim¨¢tico, conocido por las siglas BC3, y miembro del equipo de asesores de la asamblea.
¡°Las propuestas de la asamblea son una fuente de inspiraci¨®n y de conexi¨®n con la ciudadan¨ªa m¨¢s joven¡±, opina Narbona. Entre ellas, la exministra destaca las referidas a la agricultura de proximidad y el cambio de modelo agroalimentario. El documento con las propuestas lo trasladar¨¢ oficialmente al Congreso el Ejecutivo. Pero, por su cuenta, los miembros de las asamblea tambi¨¦n est¨¢n enviando sus 172 medidas a los Gobiernos auton¨®micos y a algunos alcaldes, como explica Teresa Arnal, una de los 100 ciudadanos que han formado parte de esta asamblea.
Arnal tambi¨¦n cree que la sucesi¨®n de olas de calor que se han vivido en Espa?a este verano hacen que ¡°el debate¡± sobre el cambio clim¨¢tico se mueva. ¡°Hay mucha urgencia y vamos hacia el desastre, aunque podemos hacer algo todav¨ªa¡±, dice. ¡°La gente est¨¢ concienciada y la mejor manera de actuar es usando nuestro voto¡±, a?ade Del Olmo. ¡°Lo que necesitamos en este momento de crisis es que los partidos se comporten como adultos¡±, subraya Vi?uales. Pero, como advierte Mar¨ªa Jos¨¦ Sanz, el principal peligro reside en que, ¡°cuando se terminen los incendios, se vuelva a producir una desconexi¨®n en la sociedad¡± que lleve a olvidar que ¡°el cambio clim¨¢tico es un s¨ªntoma de un modelo de desarrollo¡±.
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