El PP maniobra para torpedear la elecci¨®n de la presidencia del Constitucional
Los populares est¨¢n dispuestos a buscar apoyos para que sea elegida la progresista Mar¨ªa Luisa Balaguer con tal de que no prospere la candidatura de Conde-Pumpido
El PP se ha lanzado a la ofensiva contra la posibilidad de que la presidencia del Tribunal Constitucional sea ocupada por el magistrado progresista C¨¢ndido Conde-Pumpido, uno de los dos candidatos posibles de este sector (que de forma inminente pasar¨¢ a ser el mayoritario), a quien los populares consideran demasiado pr¨®ximo al Gobierno. La disputa pol¨ªtica que plantea el PP pretende dirimir qui¨¦n se apunta este ¨²ltimo tanto en la batalla judicial por la renovaci¨®n del tribunal de garant¨ªas, resuelta tras la elecci¨®n por parte del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) de los magistrados Cesar Tolosa y Mar¨ªa Luisa Segoviano el martes. Esa elecci¨®n permite desbloquear la renovaci¨®n del Constitucional, que pasar¨¢ a tener durante los pr¨®ximos a?os una mayor¨ªa de magistrados de tendencia progresista (siete frente a cuatro conservadores). Ahora, la derecha pol¨ªtica y judicial busca lograr que sea la progresista Mar¨ªa Luisa Balaguer quien presida el Constitucional. ¡°Si Mar¨ªa Luisa Balaguer quiere, C¨¢ndido Conde Pumpido no ser¨¢ presidente¡±, avisaron el mi¨¦rcoles fuentes de la c¨²pula popular. Su teor¨ªa es que los cuatro magistrados conservadores votar¨¢n a Balaguer, que podr¨ªa sumar adem¨¢s el apoyo de Mar¨ªa Luisa Segoviano, la nueva magistrada progresista aupada por los conservadores.
El Ejecutivo rechaza ese ¨®rdago y defiende que al nuevo presidente lo elegir¨¢n los 11 magistrados del pleno del Tribunal Constitucional, que ahora va a tener una s¨®lida mayor¨ªa progresista. Aunque el Gobierno declara oficialmente que no tiene candidatos para ese puesto, su apuesta desde el primer momento era la de Conde-Pumpido. El PP sabe y asume que la presidencia del Constitucional corresponde ahora a un magistrado progresista, tras los ¨²ltimos nueve a?os en manos conservadoras. Pero Conde-Pumpido es anatemizado en el entorno de Alberto N¨²?ez Feij¨®o como ¡°el brazo pol¨ªtico de La Moncloa y de Pedro S¨¢nchez¡±.
El PSOE y el PP se declaran, en todo caso, triunfadores en esta batalla de poder en el campo de la justicia que tanto ha erosionado su imagen p¨²blica. La ministra de Justicia, Pilar Llop, y varios responsables del Ejecutivo consideraron la votaci¨®n por unanimidad en el CGPJ del martes como un paso hist¨®rico y emplazaron al PP a cumplir su parte: la renovaci¨®n pendiente desde hace m¨¢s de cuatro a?os del ¨®rgano de gobierno de los jueces.
¡°El foco ahora est¨¢ en lograr que no sea Pumpido presidente del Constitucional y evitar as¨ª el control del Gobierno de S¨¢nchez de ese tribunal¡±, recalcan en el equipo de Feij¨®o. Y a?aden: ¡°El primer objetivo se cumpli¨® en el Consejo del Poder Judicial: el Gobierno no pudo imponer a su candidato progresista. Y ahora vamos a intentar lo mismo en el Constitucional; si Balaguer quiere, Pumpido no ser¨¢ presidente y eso puede ocurrir perfectamente, si ella se vota a s¨ª misma y Mar¨ªa Luisa Segoviano, a la que los conservadores respaldaron en el Consejo, tambi¨¦n la apoya¡±.
El PSOE considera ese plan una mera presi¨®n para evitar incluso que Pumpido presente su candidatura, y lo rechazan de plano. La interlocuci¨®n rota en oto?o entre el ministro de Presidencia, F¨¦lix Bola?os, y el negociador institucional del PP, Esteban Gonz¨¢lez Pons, no se ha retomado. No ha habido contactos estos d¨ªas. En el Ejecutivo, en cualquier caso, avisan: ¡°El PP en aquella negociaci¨®n de octubre ya quiso pactar que C¨¢ndido no fuera presidente del Constitucional. Y le dijimos lo mismo que ahora: que eso lo eligen los magistrados del Constitucional. Como siempre¡±.
Los populares reniegan del perfil tan pol¨ªtico de Pumpido (fue fiscal general del Estado durante los dos mandatos socialistas de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero) y m¨¢s ahora, con una mayor¨ªa progresista entre los componentes de ese tribunal tan amplia, que pasar¨ªa del actual 6-5 en favor de los conservadores a un 7-4 para los progresistas, reparto que s¨ª se ha dado m¨¢s veces en el Constitucional al contrario. El PP se replantear¨ªa, en el caso de que Pumpido fuera al final el presidente, sus relaciones con ese m¨¢ximo ¨®rgano de garant¨ªas hasta el punto de considerar que ¡°quedar¨ªa claramente deslegitimado¡±, y podr¨ªa provocar que ya no acudieran al mismo para presentar recursos contra leyes o decretos aprobados en el futuro por el Gobierno, seg¨²n fuentes jur¨ªdicas pr¨®ximas a ese partido.
Ahora la principal inc¨®gnita es c¨®mo se decantar¨¢ el pleno del Constitucional, si a favor de C¨¢ndido Conde-Pumpido o de Mar¨ªa Luisa Balaguer. Ambos pertenecen al grupo de magistrados que terminar¨¢ su mandato dentro de dos a?os y medio. La tradici¨®n en el Constitucional es que la presidencia la asuma uno de los integrantes que abandonar¨¢n el tribunal en la siguiente renovaci¨®n. Se pretende asegurar as¨ª presidencias relativamente cortas y que no haya enfrentamientos.
Conde-Pumpido y Balaguer mantienen sus respectivas candidaturas. No hace falta que las formalicen. Sus deseos de ocupar la presidencia les constan a todos los magistrados, incluidos los cuatro entrantes. Conde-Pumpido podr¨¢ acceder a la presidencia si el grupo progresista se mantiene unido en torno a su candidatura, ya que va a disponer de siete componentes. En cambio, si Balaguer logra el respaldo de los cuatro integrantes del sector conservador y suma a su voto el de Mar¨ªa Luisa Segoviano, como desea el PP, la correlaci¨®n de fuerzas habr¨¢ pasado a ser de seis votos a cinco a favor de dicha candidata.
Conde-Pumpido, exmagistrado del Supremo, tiene a su favor una dilatada carrera en la que ha ocupado puestos de especial responsabilidad en el aparato del Estado, como la de fiscal general. En virtud de esa larga experiencia, contar¨ªa en principio con el apoyo preferente del Ejecutivo. Balaguer es catedr¨¢tica de Derecho Constitucional y tiene una trayectoria de defensa de la perspectiva de g¨¦nero y el derecho a la igualdad, factores que cuentan con respaldo creciente en la magistratura y en amplios sectores del Gobierno y de la izquierda judicial. De hecho, parte de los apoyos que Segoviano ha tenido para abrirse paso hasta el Constitucional han procedido de estos colectivos en los ¨¢mbitos pol¨ªtico y judicial.
En teor¨ªa, ning¨²n magistrado lleva al pleno mandato de apoyar a uno u otro candidato. En la pr¨¢ctica, ha habido no pocas ocasiones en las que la elecci¨®n del presidente ven¨ªa predeterminada por el previo proceso de elecci¨®n de los nuevos magistrados. Un pacto entre el PP, entonces en el Gobierno, y el PSOE impidi¨® que el magistrado conservador Andr¨¦s Ollero, exdiputado popular, fuera elegido presidente en 2017. En su lugar fue designado Juan Jos¨¦ Gonz¨¢lez Rivas, exmagistrado del Supremo y tambi¨¦n integrante del sector conservador.
La entonces vicepresidenta del Gobierno, Soraya S¨¢enz de Santamar¨ªa, y Alfredo P¨¦rez Rubalcaba acordaron que no fuera Ollero sobre todo para evitar que el tribunal reabriera el debate sobre la constitucionalidad de la ley del aborto, dado que eran conocidas las convicciones religiosas de este magistrado y su oposici¨®n al derecho a la interrupci¨®n voluntaria del embarazo dentro de determinados plazos. S¨¢enz de Santamar¨ªa expuso directamente a varios magistrados conservadores el pacto alcanzado.
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