Los socios endurecen sus demandas a Pedro S¨¢nchez ante el a?o electoral
ERC exige reciprocidad y que los socialistas apoyen los Presupuestos catalanes
La sensaci¨®n llevaba ya un buen rato flotando sobre el hemiciclo hasta que Gabriel Rufi¨¢n, portavoz de ERC, la explicit¨® con todas las letras dirigi¨¦ndose al presidente del Gobierno: ¡°Estamos en a?o de elecciones y todos sabemos que eso dificulta enormemente las cosas¡±. Pedro S¨¢nchez abri¨® este martes el a?o parlamentario con la certeza de que tiene garantizado el final de la legislatura y al mismo tiempo que la sucesi¨®n de elecciones ¡ªauton¨®micas y municipales en mayo, generales en diciembre¡ª va a encarecer el apoyo de los socios que han sostenido la legislatura. Con unas u otras palabras, cada uno a su manera, todos le dejaron el aviso durante la comparecencia del presidente para dar cuenta de las ¨²ltimas cumbres europeas y de las medidas para aliviar la espiral inflacionista.
Tan contundente o m¨¢s que Rufi¨¢n fue Aitor Esteban, portavoz del PNV, el otro gran pilar que ha contribuido a sostener durante tres a?os al primer Ejecutivo de coalici¨®n de la historia reciente de Espa?a, sobre cuyo plazo de supervivencia muy pocos se atrev¨ªan a hacer grandes apuestas cuando se form¨®, a comienzos de 2020. ¡°Usted tiene baraka [¡±suerte¡±], eso es un don, pero no se conf¨ªe¡±, aleccion¨® Esteban a S¨¢nchez. Si ha podido llegar hasta aqu¨ª es por la colaboraci¨®n de algunos partidos. Este a?o le toca cuidar a sus socios. No tense m¨¢s las costuras del circunstancial traje de la alianza gubernamental¡±. El portavoz del PNV dej¨® para el final un mensaje a medias optimista y a medias inquietante para S¨¢nchez. Esteban casi dio por hecho que la actual mayor¨ªa se repetir¨¢, pero con un aviso muy claro: ¡°Si no abona las relaciones, esta legislatura le va a parecer un camino de rosas comparada con la siguiente¡±.
S¨¢nchez se hab¨ªa presentado con un discurso de una hora en el que resumi¨® sus logros en pol¨ªtica europea e insisti¨® machaconamente en la idea de que su Gobierno ha encarado las sucesivas crisis pensando en proteger a la mayor¨ªa y no a una ¡°minor¨ªa privilegiada¡± como, seg¨²n ¨¦l, hicieron los Ejecutivos del PP. Desde el flanco izquierdo, a S¨¢nchez lo acariciaron los elogios por su en¨¦rgica denuncia de la desigualdad en el mundo durante el discurso ante la ¨¦lite global reunida en el Foro Econ¨®mico de Davos. Ant¨®n G¨®mez-Reino, de Unidas Podemos, hasta dijo que su grupo lo podr¨ªa suscribir ¨ªntegramente. Mertxe Aizpurua, de EH Bildu, apunt¨® que S¨¢nchez se hab¨ªa presentado como el ¡°faro de la transformaci¨®n del sistema¡±. Rufi¨¢n no pudo evitar introducir en las alabanzas uno de esos toques de mordacidad: ¡°Parec¨ªa usted el Che Guevara de corbata¡±. ??igo Errej¨®n, de M¨¢s Pa¨ªs, se sum¨® al aplauso a las palabras de Davos, aunque para extraer una conclusi¨®n en la que coincidieron todos los socios de izquierda del Gobierno: ¡°De ese discurso se derivan importantes deberes e importantes tareas¡±.
Los distintos portavoces fueron enunciando esas tareas, casi las mismas en boca de todos: medidas m¨¢s contundentes para frenar los precios de los alimentos y recortar los beneficios de las grandes distribuidoras, desbloquear la ley de vivienda para poner l¨ªmites a los alquileres o cumplir la promesa sobre la derogaci¨®n de la ley mordaza, asuntos sobre los que est¨¢n empantanadas las negociaciones entre el PSOE y sus socios por la izquierda. El coro de peticiones fue tal que el portavoz de la confluencia catalana de Unidas Podemos, Jaume Asens, compareci¨® con una inusitada dureza contra el presidente. Asens exigi¨® la reforma de la ley de vivienda e hizo enarcar las cejas de asombro a S¨¢nchez cuando lo conmin¨® a ¡°escuchar m¨¢s a la gente y menos a los fondos buitre¡±. La sombra electoral se evidenci¨® sin disimulo cuando Asens aprovech¨® para elogiar la pol¨ªtica de vivienda de su compa?era Ada Colau, alcaldesa de Barcelona.
En el caso de ERC, Rufi¨¢n puso sobre la mesa otra exigencia muy clara: avis¨® al presidente que si los socialistas catalanes no se avienen a pactar los Presupuestos de la Generalitat, eso tendr¨¢ consecuencias sobre su relaci¨®n con el Gobierno. ¡°Que la Generalitat no tenga Presupuestos afecta a ERC y afecta al Gobierno, pero a quien m¨¢s afecta es a la gente¡±, advirti¨®.
El discurso inicial de S¨¢nchez estuvo trufado de comparaciones entre su modo de afrontar la crisis y lo que hicieron los gobiernos de Mariano Rajoy. Y aprovech¨® para defenderse de los que le acusan de antipatriota: ¡°No hay mayor patriotismo que combatir la brecha social y territorial¡±. El presidente habl¨® mucho de econom¨ªa, pero, cuando llegaron las r¨¦plicas, el PP cambi¨® el tercio. Su portavoz, Cuca Gamarra, arranc¨® la rebaja de penas a agresores sexuales en aplicaci¨®n de la ley del solo s¨ª es s¨ª. ¡°?Cu¨¢ndo va a hacer algo para parar este esc¨¢ndalo?¡±, atac¨®, tras concluir: ¡°Su feminismo es mentira¡±. Gamarra enlaz¨® r¨¢pidamente con la reforma del C¨®digo Penal para eliminar el delito de sedici¨®n y rebajar el de malversaci¨®n. Y de ah¨ª dedujo: ¡°Los delincuentes siempre ganan con usted¡±. Tanto se extendi¨® en estos temas que la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, la reprendi¨® para que se atuviese al tema del orden del d¨ªa.
El l¨ªder de Vox, Santiago Abascal, tambi¨¦n percuti¨® por ah¨ª y por la cumbre de Davos, aunque en un sentido muy diferente al de la izquierda. Abascal se erigi¨® en defensor de las clases populares frente a un S¨¢nchez que ¡°se codea con billonarios¡±. ¡°?Qu¨¦ le han dicho?, ?que hay que comer m¨¢s grillos?, ?que hay que cerrar m¨¢s industrias¡±, lo inquiri¨®. La mayor ovaci¨®n que le dispensaron sus diputados lleg¨® al reivindicar la fallida iniciativa de su partido en Castilla y Le¨®n para ofrecer a las mujeres en trance de abortar que escuchen el latido de su feto.
El PP apenas se extendi¨® esta vez en ese discurso que acusa a S¨¢nchez de poner en peligro el Estado de derecho. Pero el presidente fue por ah¨ª en su r¨¦plica y se recre¨®. Tomando algunas de las afirmaciones vertidas el pasado domingo en la manifestaci¨®n contra ¨¦l en Madrid, fue deslizando una pregunta tras otra: ¡°?Creen que yo soy un dictador?, ?que estoy montando un r¨¦gimen bolivariano?¡±. Los diputados de Vox contestaban con un s¨ª, mientras los populares se sonre¨ªan sin decir nada. Uno de ellos se anim¨® de repente: ¡°Esto es el club de la comedia¡±. ¡°Pues, s¨ª, el club de la comedia¡±, ratific¨® S¨¢nchez. El presidente se mof¨® de que Abascal no confirmase su ¡°salv¨ªfica moci¨®n de censura¡± anunciada semanas atr¨¢s. Y respecto a la acusaci¨®n de la derecha de que tiene un plan oculto para socavar la Constituci¨®n, redobl¨® la burla: ¡°Es tan oculto que solo lo conocen ellos¡±.
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