Sobrevivir al fuego
Los habitantes de la sierra de la Culebra en Zamora, arrasada el a?o pasado, siguen a la espera de que la Junta de Castilla y Le¨®n cumpla sus promesas mientras aguantan gracias a la solidaridad vecinal, las donaciones y su coraje
Han pasado nueve meses desde que el fuego arras¨® la sierra de la Culebra: dos incendios sucesivos, uno descontrolado y otro devastador, m¨¢s de 70.000 hect¨¢reas quemadas y cuatro muertos. La vida ha seguido a trompicones entre cenizas en estas tierras zamoranas protegidas (como LIC, Lugar de Importancia Comunitaria), donde F¨¦lix Rodr¨ªguez de la Fuente estudi¨® al lobo. Una tierra trabajada por sus gentes recias, pocas (son 167.000 habitantes en toda la provincia de Zamora y bajando), pero tan arraigadas como los casta?os, los robles y los pinos que ardieron. Gentes directas en el trato y habituadas a que nunca nadie se acuerde de ellos: ¡°Estamos acostumbrados a que no nos hagan caso¡±, se oye de pueblo en pueblo. Desde que el verano pasado los fuegos serpentearon caprichosamente por sus montes, al albur de los vientos y los rayos de las tormentas secas, todos viven inmersos en un mundo de carboncillo. Ganaderos, apicultores, pastores, bomberos e ingenieros forestales, alcaldes, panaderos, hoteleros o arquitectos, todos son supervivientes tiznados por el traum¨¢tico recuerdo del espanto de las llamas. Hasta las vacas blancas y las ovejas se han vuelto grises en este lugar, de rozarse en sus paseos con los arbustos y los troncos quemados.
¡°No he vuelto a escuchar m¨²sica, el otro d¨ªa me compr¨¦ el ¨²ltimo disco de Luis Antonio Pedraza, pero no he sido capaz de ponerlo, no me encuentro en condiciones, no me apetece todav¨ªa la alegr¨ªa¡±, dice Mar¨ªa Jes¨²s Blanco Rat¨®n, tabaresa de 54 a?os y prima hermana de Eugenio Rat¨®n, a quien el fuego sorprendi¨® escapando con su padre centenario de Sesn¨¢ndez hacia T¨¢bara, la poblaci¨®n vecina, cabeza de comarca y uno de los epicentros de los incendios. ¡°Se quemaron las torres de tel¨¦fono, se cayeron las comunicaciones, no pude avisarles de que ya no podr¨ªan salir por donde minutos antes lo hab¨ªamos hecho mi marido y yo¡±, se lamenta recordando aquella tarde del 17 de julio. Una mancha oscura en la carretera marca el punto donde el coche qued¨® envuelto en llamas y derriti¨® el asfalto.
Ahora hay torres nuevas, de acero, pero algo se ha quebrado en el ¨¢nimo de estos paisanos que se quedaron para salvar sus casas, sus naves, sus animales, su entorno, sus montes, su le?a, sus setas, sus abejas, sus plantaciones¡ y perdieron mucho. ¡°Creo que a¨²n estamos en shock, no hemos interiorizado que no volveremos a vivir donde viv¨ªamos, ni a ver lo que ve¨ªamos, ni a tener lo que ten¨ªamos¡±, dice Antonio Ju¨¢rez, ingeniero de montes, alcalde de T¨¢bara (PSOE) y t¨¦cnico en la Consejer¨ªa de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y Le¨®n (PP). Tampoco ¨¦l ¡ªconfiesa¡ª ha sido capaz de volver a su finca de casta?os, m¨¢s de 2.000, arrasada.
A la espera de las ayudas de la Junta, Administraci¨®n competente en materia de incendios y tremendamente cuestionada y criticada por la gesti¨®n que hizo (y ha hecho) del desastre, desde su Ayuntamiento de T¨¢bara, Ju¨¢rez ha hecho de intermediario para distribuir donaciones y ayudar a damnificados, han tenido que subastar la madera de los pinares e incluso hacer los lotes ¡°para sacarla r¨¢pido y que no se formen plagas¡±. Y, en lo que se refiere a la restauraci¨®n de la comarca, ¡°de momento nos hemos quedado en reuniones entre alcaldes y algunas con la Junta, que nos ha dado 80.000 euros para el museo de c¨®dices, para callarnos la boca¡±, suelta, y asegura que en otros municipios han dado semejantes cantidades para ¡°la restauraci¨®n de corrales antiguos, por ejemplo¡±.
De momento no hay ni proyecto de repoblaci¨®n forestal, ¡°que ya deber¨ªa estar porque se debe hacer antes de que salga el matorral, porque si no habr¨¢ que desbrozarlo despu¨¦s y luego plantar¡±, advierte. Y apostilla: ¡°Aqu¨ª ha fallado una planificaci¨®n pol¨ªtica en toda regla desde el principio y, posteriormente, las ayudas que se han dado han sido insuficientes respecto a las p¨¦rdidas econ¨®micas, se deber¨ªa iniciar un proceso de responsabilidad patrimonial de oficio, la propia Administraci¨®n deber¨ªa reconocer el error y realizar un informe econ¨®mico de todos los da?os que se han producido y proceder al abono a los perjudicados: la p¨¦rdida de la caza, de los aprovechamientos forestales, de la depreciaci¨®n de la madera, el impacto paisaj¨ªstico, el aprovechamiento micol¨®gico, el turismo y el uso recreativo del monte, la miel... todo eso es evaluable econ¨®micamente, aparte de las infraestructuras. Reconocer la culpa tambi¨¦n es de valientes, y no querer cerrar las heridas con conciertos musicales [criticados y cancelados hace unos d¨ªas por su coste], con buenas palabras o con m¨ªnimas ayudas¡±.
Eugenio Rat¨®n, de 65 a?os, muri¨® con el 80% del cuerpo quemado el 16 de agosto en la Unidad de Quemados del hospital de Getafe (Madrid). Su padre, que milagrosamente no se quem¨®, falleci¨® el pasado d¨ªa de Reyes: ¡°Creo que tambi¨¦n yo tragu¨¦ mucho humo, como Eugenio¡±, recuerda Mar¨ªa Jes¨²s que les dec¨ªa quej¨¢ndose de los pulmones. Han gestionado la ayuda para familiares de los fallecidos (¡±unos 18.000 euros¡±), pero no han recibido nada hasta el momento. Como tampoco lo ha hecho la esposa del bombero Daniel Gull¨®n, el manguerista de 63 a?os alcanzado por las llamas cuando trataba de sofocar el fuego de Ferreruela de T¨¢bara el 18 de julio. ¡°No ha habido ninguna indemnizaci¨®n hasta ahora y la ayuda psicol¨®gica que recibe su esposa desde entonces es de familiares y de amigos¡±, cuenta un pariente.
En situaciones similares se encuentran la mujer y la hija de ?ngel Mart¨ªn, de 53 a?os, que se quem¨® tratando de hacer una zanja-cortafuegos con su retroexcavadora en T¨¢bara. Su imagen luchando contra el fuego inund¨® las redes sociales. El hombre muri¨® tres meses m¨¢s tarde en el hospital de Valladolid. Su familia, sumida en el dolor, pidi¨® la retirada de esos v¨ªdeos y se recupera en silencio en el pueblo. A seis kil¨®metros, en Escober de T¨¢bara, muri¨® Victoriano Ant¨®n, de 69 a?os, sorprendido por el fuego junto a sus ovejas. Cuatro muertos.
Han sido la tenacidad de los oriundos, la solidaridad vecinal y las donaciones las que han suplido la lentitud, las escasas ayudas y la ineficiencia de la Administraci¨®n, aseguran en los pueblos ¡ªm¨¢s de 20¡ª asediados por las llamas. La Caja Rural, con gran implantaci¨®n en la zona, cre¨® un fondo solidario y reparti¨® cerca de 600.000 euros en ayudas directas a los afectados. Ha sido principalmente la Cooperativa Bajo Duero (COBADU), la que ha gestionado los repartos. Hasta McDonald¡¯s hizo una ¡°hamburguesa solidaria¡± que permiti¨® distribuir 80.000 euros.
Contestan en la Junta de Castilla y Le¨®n que han preparado 65 millones de euros para compensar las llamas de 2022, en su mayor¨ªa para Zamora. Ofrecen hasta 145.000 euros por vivienda ¡°destruida y afectada¡± y hasta 35.000 por ¡°edificaci¨®n complementaria¡±, pero en los pueblos aseguran que nadie los va a recibir porque los criterios que piden son leoninos: ¡°Nosotros defendimos nuestros pueblos, creo que son solo tres las casas que est¨¢n en ese estado de destrucci¨®n que piden¡±, dice Lucas Ferrero, arquitecto t¨¦cnico de 36 a?os asentado en Villanueva de Valrojo y portavoz de la Asociaci¨®n La Culebra no se calla. Seg¨²n la Junta, de momento cuentan con 11 ¨®rdenes dictadas para inmuebles perjudicados, por valor de un mill¨®n de euros.
Adem¨¢s, aseguran que han destinado dos millones para 37 damnificados en ?vila y Burgos. El sector primario, gravemente da?ado, ha obtenido 3.500 toneladas de alimento para 172 explotaciones de Zamora junto a agua y bebederos, explican. Y los apicultores de la provincia, con 3.400 colmenas afectadas, tambi¨¦n recibieron alimento espec¨ªfico.
¡°Hemos sobrevivido porque hemos emigrado a otros pueblos de la zona donde amablemente nos han acogido¡±, cuenta el apicultor Pedro Vega, de 60 a?os y guarda forestal de profesi¨®n. ?l lleg¨® a tener 900 colmenas desde que comenz¨® a hacer miel en 2000. ¡°Aunque el fuego se produjo en julio, todav¨ªa no nos hacemos una idea clara de lo que se nos viene encima, har¨¢n falta decenios para que esto se recupere: el romero, siete-ocho a?os; el cantueso, cinco a?os; el brezo, otros cinco; hemos perdido el 80% de nuestros casta?os, ¨¢rboles altamente mel¨ªfelos con m¨¢s de 200 a?os, hemos perdido encinas de los tiempos del Cid... Millones en madera, en le?a, nos hemos quedado sin setas hasta dentro de medio siglo, la caza no s¨¦ cu¨¢ndo se podr¨¢ recuperar, las ¨¢guilas, los azores, los cern¨ªcalos, gavilanes... Esto era una reserva integral de toda Europa¡±. Una colmena (cajas, cuadros, cera, miel y enjambre) sale por unos 320 euros. La Junta le ha dado 6.000 euros. ¡°Lo peor no es eso, lo peor es que no hay abejas que comprar, se est¨¢n muriendo por enfermedades generadas por la contaminaci¨®n, los pesticidas, los ¨¢caros, ahora la avispa asi¨¢tica...¡±.
Adem¨¢s, desde el Gobierno de Castilla y Le¨®n detallan que repartieron en noviembre un mill¨®n de euros a las 730 explotaciones agrarias afectadas en toda la comunidad. Los aut¨®nomos del medio rural implicado han recibido 560.000 euros repartidos a 112 beneficiarios y Cultura ha otorgado 1,3 millones para recuperar el patrimonio damnificado.
¡°Se me quem¨® el ganado y yo me salv¨¦ a pies¡±, suelta Demetrio Fern¨¢ndez Santos, pastor de Escober de T¨¢bara, con 66 a?os y manos poderosas. ¡°Le pas¨® el fuego por encima, se cubri¨® con la casaca, casi no lo cuenta¡±, apostilla en la puerta de su casa Paquita Guti¨¦rrez, teniente de alcalde de T¨¢bara (PSOE), defensora a ultranza de su municipio. No ha vuelto a salir a caminar sus seis o siete kil¨®metros diarios desde entonces. ¡°Hay que asimilar, qu¨¦ remedio, perd¨ª 210 animales pero me quedaron 40 que estaban en la nave y que han estado cuatro meses sin pasto porque tambi¨¦n se me quem¨® el cereal. Este mes de febrero me dieron el m¨¢ximo de la compensaci¨®n estimada por la Junta: 15.000 euros¡±, dice Demetrio, que ¡ªaseguran los vecinos¡ª se ha vuelto menos hura?o y socializa m¨¢s desde entonces. Todos han cambiado.
El miedo y los bomberos que no vuelven
La campa?a de incendios forestales de este a?o est¨¢ a punto de comenzar. ¡°Sabemos que se va a adelantar, pero no s¨¦ si ser¨¢ a principios o a mediados de junio¡±, dice Alfonso (nombre ficticio), bombero forestal de Villardeciervos, donde se encuentra la base forestal a¨¦rea de la comarca, con 24 operativos (5 hasta que empieza la campa?a), de los que menos de la mitad tienen experiencia de a?os. El resto, llegan pr¨¢cticamente v¨ªrgenes, muchos sin haberse enfrentado al fuego en su vida. Algunos, tras lo vivido el a?o pasado, ya han anunciado que no vuelven. El miedo es libre.
¡°Tras los incendios recibimos ayuda psicol¨®gica de voluntarios que nos contactaron por redes sociales, cualquiera podr¨ªamos haber sido Daniel, lo vimos, lo sentimos¡±, dice David Moreno, de 30 a?os y t¨¦cnico jefe de brigada de la base de Villardeciervos, y el ¨²nico brigadista que se ha atrevido a dar la cara. ¡°Estuvieron haciendo terapia y viniendo a la base un tiempo, de manera voluntaria, porque a todo el equipo le afect¨® mucho. Aun as¨ª, muchos no van a volver¡±, asume. Sabe que est¨¢ campa?a tendr¨¢ que dirigir a chavales que vienen de estar en cuadrillas de tierra, haciendo trabajos herb¨ªcolas, sin apenas formaci¨®n en incendios, a los que hay que ense?arles todos los protocolos de seguridad. ¡°Ten en cuenta que a nosotros nos pueden soltar con el helic¨®ptero en cualquier parte¡±, advierte. ?l, hijo de bomberos forestales, ingeniero forestal, con ocho a?os de experiencia apagando fuegos, es uno de los cinco operativos de la base que se ha quedado este invierno, por primera vez, gracias a un proyecto de restauraci¨®n ambiental. Los bomberos forestales siguen ganando 1.080 euros al mes, en campa?as de tres meses, por eso no se asientan: ¡°En cuanto encuentran un trabajo para todo el a?o se van¡±, cuenta David. ?l seguir¨¢: ¡°Nos toca tirar hacia adelante, por lo nuestro y por nosotros, el miedo debe quedar a un lado, al fuego hay que tenerle respeto, seguir los protocolos y saber decirle que no cuando no lo ves claro¡±.
La noche infernal en la que el bombero Daniel Gull¨®n perdi¨® la vida luchando contra el fuego en Ferreras, el ganadero ?scar Puente, tabar¨¦s de 50 a?os, se adentr¨® con sus 200 vacas monte a trav¨¦s hacia la zona quemada por el incendio del mes anterior: ¡°El fuego de junio fue duro, pero nos salv¨® del segundo, que corr¨ªa m¨¢s r¨¢pido que nuestros coches, me la jugu¨¦, pero esas vacas son mi vida, todo mi trabajo de a?os, mi futuro¡¡±, explica. ¡°Hemos recibido m¨¢s de donativos de particulares o empresas que ayudas de la Administraci¨®n¡±, dice. En su caso, percibi¨® en compensaci¨®n 3.300 euros de la Junta, pero gast¨® 21.000 solo en volver a cercar una de las fincas donde tiene las vacas. Adem¨¢s, por perder el pasto, le dieron comida para los animales para un mes y medio.
En Otero recuerdan la visita del presidente del Gobierno aquellos d¨ªas cr¨ªticos y las palabras de Pedro S¨¢nchez cuando le increp¨® un vecino: ¡°Vamos a arreglarlo, vamos a intentarlo...¡±. En Pozuelo de T¨¢bara, no se han olvidado tampoco de los abucheos que recibi¨® el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, tras acudir a la zona devastada. Y en Villanueva de Valrojo rememoran que ¡°casi corren a gorrazos al presidente de la Junta¡±, Alfonso Fern¨¢ndez Ma?ueco (PP), cuando se present¨® all¨ª ¡°vestido de safari¡±. Esas son las visitas oficiales que recuerdan los lugare?os, adem¨¢s de la de la ministra de Defensa, Margarita Robles, la ¨²nica que ¡°se salva¡± de las cr¨ªticas, porque aterriz¨® en el puesto de mando de los incendios con los efectivos de la UME (Unidad Militar de Emergencias).
Ahora, nueve meses despu¨¦s, la berrea de los ciervos y los cantos de los p¨¢jaros han sido sustituidos por el ruido de las motosierras, las excavadoras y los camiones de las empresas madereras que se afanan en sacar la madera de los pinos quemados. Ha sido subastada a 9 euros el metro c¨²bico en lugar de a 60 que costaba, seg¨²n los forestales. Y es necesario retirarla r¨¢pido para evitar plagas. Los hospedajes de la zona est¨¢n casi al completo, ocupados por estos operarios forestales que talan troncos carbonizados, pero el turismo ha ca¨ªdo en picado, en una tradicional zona de paso del Camino de Santiago. ¡°Aparte de todas las cancelaciones que sufrimos ese verano, ahora no llama ni la mitad de la gente¡±, dice Lucas Ferrero, a la puerta del negocio rural de su madre en Villanueva de Valrojo.
La gente teme que ahora, con el auge de las renovables, quieran plantar, ¡°en lugar de ¨¢rboles, macroparques de placas solares¡±, y que le pongan la puntilla a esta sierra. ¡°Renovables s¨ª, pero no as¨ª¡±, dice la teniente de alcalde de T¨¢bara, Paquita Guti¨¦rrez (PSOE): ¡°Es necesario un estudio y un plan, para que esto no acabe siendo la Espa?a vaciada, olvidada, quemada y rematada¡±.
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