Quienes ya dieron el paso de Vinicius: ¡°Hay que denunciar y poner freno al racismo¡±
Las autoridades espa?olas y europeas alertan de que la mayor¨ªa de las v¨ªctimas no comunican los episodios de odio que sufren: cerca del 90%, seg¨²n Interior
Cuando Alexander Betancourt decidi¨® en 2019 montar su escuela de boxeo en el bajo de un edificio de C¨¢ceres no se imaginaba que los ataques racistas de una vecina le obligar¨ªan a cerrar y mudarse a otro local. Este cubano, llegado a Espa?a en 2008, sufri¨® una campa?a de hostigamiento que dur¨® m¨¢s de un a?o por parte de Yolanda G. V., una mujer que viv¨ªa en el mismo edificio. ¡°Empez¨® tir¨¢ndome basura por el patio interior¡±, recuerda Betancourt. ¡°Despu¨¦s, al pasar por la puerta, me insultaba¡±. Y fue a m¨¢s. Como m¨ªnimo, una vez a la semana, se presentaba en la escuela y le increpaba en presencia de sus alumnos (muchos, ni?os) y sus padres. ¡°?Negro de mierda!¡±, ¡°?Negro guarro y asqueroso!¡±, ¡°?Te voy a cerrar el local!¡±, le gritaba, seg¨²n dictamin¨® la justicia, que conden¨® a la vecina en 2022 a un a?o y seis meses de prisi¨®n por un delito de odio.
Betancourt decidi¨® denunciar. Una iniciativa poco habitual en Espa?a. Seg¨²n el informe sobre delitos de odio del Ministerio del Interior, cerca del 90% de v¨ªctimas de delitos de odio no denuncia ¡ªuna gran parte, relativas a agresiones racistas¡ª .
La Fiscal¨ªa General del Estado se?ala que el 38,5% de los 1.824 procedimientos judiciales abiertos en 2021 por delitos de odio se correspondieron con incidentes de racismo y xenofobia. Sin embargo, la inmensa mayor¨ªa de los casos son invisibles en las estad¨ªsticas, coinciden el ministerio p¨²blico, Interior, la Uni¨®n Europea y las organizaciones sociales. La Agencia de los Derechos Fundamentales de la UE recalca en un informe que ¡°la raz¨®n m¨¢s com¨²n para no informar del incidente¡± es que los afectados creen que ¡°nada va a suceder o cambiar¡±. ¡°Al menos, un tercio de los encuestados piensa esto¡±, se?ala el documento, que incide en que ¡°se debe aflorar esta problem¨¢tica, al objeto de intentar reducir la cifra de infradenuncia existente¡±.
?rsula Ruiz, abogada de SOS Racisme Catalunya, expresa su preocupaci¨®n: ¡°La mayor¨ªa de personas que acuden a nosotras, al entrevistarlas, nos cuentan que han sufrido episodios de racismo antes, pero que no lo denunciaron¡±. Las razones, a?ade, son m¨²ltiples: porque en el momento de padecerlos ten¨ªan preocupaciones mayores y no se ve¨ªan con fuerzas para emprender otra lucha m¨¢s; porque, cuando ocurrieron, no los detectaron como racismo; por el miedo a ser revictimizadas ¡ªal futbolista Vinicius Jr. se le ha escrutado tras denunciar el pasado domingo que sufri¨® insultos racistas durante el partido del Real Madrid contra el Valencia en el campo de Mestalla¡ª; el temor a la respuesta que le den las propias instituciones ¡°burocratizadas¡±; o porque se encuentran en situaci¨®n irregular...
Casi una veintena de sentencias analizadas por EL PA?S revelan parte de las din¨¢micas racistas que llegan a los tribunales. Agresiones f¨ªsicas y verbales, referencias al color de la piel, gritos ordenando que los denunciantes se marchen a su supuesto pa¨ªs de origen. Aunque no todas acaban en condena.
Elena (nombre ficticio) trabajaba como cajera en una gran superficie de Alcal¨¢ de Henares (Madrid) y en junio de 2019 un cliente de unos 45 a?os se le acerc¨® para que le cobrara. ¡°En el momento en el que la empleada le devolvi¨® el cambio y le entreg¨® el tique de la compra, este sali¨® volando impulsado por el viento, obligando [al cliente] a correr tras ¨¦l para recuperarlo. Al regresar a la ventanilla de caja, visiblemente enfadado y con la finalidad de ofenderla, le dirigi¨® expresiones como ¡®negra de mierda¡¯, ¡®vete a tu pa¨ªs¡¯, ¡®puta negra¡¯ e ¡®hija de puta¡±, seg¨²n ha considerado probada la justicia.
El tribunal, sin embargo, absolvi¨® al hombre este pasado 21 de marzo. La Audiencia de Madrid descart¨® el delito de odio con estas palabras: ¡°El incidente tuvo una duraci¨®n m¨ªnima, de menos de 10 segundos. Fue un incidente aislado, no dirigido a que fuera presenciado por terceros, ni a incitar al odio o a la violencia, ni a ofender al grupo ¨¦tnico al que pertenece la denunciante. El acusado actu¨® en un rapto de c¨®lera [...] Nos hallamos ante una respuesta iracunda e injustificada de un cliente que reacciona grosera y ofensivamente contra un empleado concreto, no por pertenecer a una raza, sino por el trato recibido del mismo, sin que la conducta llevada a cabo presente diferencias perceptibles con lo que hasta su despenalizaci¨®n ven¨ªamos calificando de injurias leves¡±.
La abogada de Elena, que incide en que la sentencia ya se ha recurrido, explica la ¡°frustraci¨®n¡± que genera este tipo de respuestas de la justicia, mientras el miedo a¨²n persiste en la v¨ªctima por cruzarse (en la calle o en su trabajo) con el hombre. La Fiscal¨ªa ped¨ªa una condena de ocho meses de prisi¨®n.
?rsula Ruiz, de SOS Racisme Catalunya, a?ade que el est¨¢ndar en Espa?a para condenar por delito de odio es ¡°bastante elevado¡±, lo que se suma a que el trato que se le da a la v¨ªctima resulta algunas veces ¡°brusco¡±, ¡°fr¨ªo¡± y ¡°burocr¨¢tico¡±, desalentando a¨²n m¨¢s a los denunciantes. Seg¨²n la memoria de la Fiscal¨ªa General del Estado, solo hubo 91 condenas por este tipo de conductas en 2021: una tercera parte por racismo y xenofobia. El ministerio p¨²blico a?ade en su memoria que, en dicho a?o, se dictaron en primera instancia un total de 25 sentencias absolutorias.
En 2021, la Audiencia de Madrid tampoco vio delito de odio en una campa?a de Vox contra los menores migrantes, que incluy¨® mensajes contra ellos en su p¨¢gina web, perfiles de redes sociales y en carteles colocados en estaciones de Cercan¨ªas. La Fiscal¨ªa consideraba que se pon¨ªa en riesgo a este colectivo vulnerable, al que se vinculaba con la delincuencia. Pero el tribunal, entre sus argumentos, dijo: ¡°[El tema se encuadra] en la leg¨ªtima lucha ideol¨®gica-partidista en el marco de una contienda electoral, donde constituye una m¨¢xima de la experiencia los excesos verbales que se cometen por unos y otros actores pol¨ªticos [...] El cartel tambi¨¦n puede interpretarse como un mensaje electoral a un colectivo mucho m¨¢s numeroso que el de los ¡®menas¡±.
Betancourt, que pas¨® un a?o y medio esperando la condena, anima a denunciar. No era la primera vez que sufr¨ªa racismo ¡ª¡°cuando llegu¨¦ a Espa?a y trabaj¨¦ en bares y discotecas, el insulto b¨¢sico era ¡®negro de mierda¡±¡ª, pero en este caso se decidi¨® porque la situaci¨®n estaba afectando a su trabajo y a su integridad f¨ªsica, recuerda. ¡°Est¨¢ bien que s¨¦ de voz al caso de Vinicius para que estas cosas no sucedan, no solo en el mundo del deporte. Hay que denunciar y ponerle freno¡±, afirma.
Episodios racistas en el bar, en las tiendas, en el portal de casa...
Los afectados denuncian un racismo cotidiano —consciente o inconsciente, sutil o muy explícito (incluso con agresiones)— que se produce a diario en las calles, en los medios de transporte, en los bares, en las actuaciones policiales, en la Administración...
"China de mierda". Un juzgado de Terrassa (Barcelona) condenó a Christian B. C. a pagar una multa de 1.300 euros por el episodio que protagonizó en un bar de la localidad. Tras entrar en el local, "actuando de forma absolutamente gratuita y movido por el desprecio hacia las personas de origen chino", insultó a quienes se encontraban en el interior al grito de: "¡Chinos de mierda!", "¡Hijos de puta!", "¡A tu país!". A uno le propinó un puñetazo en la cara y cayó inconsciente; a otro, le golpeó en el costado en "repetidas ocasiones".
"Negra inmunda, vete a tu país". Alfonso R. L. insultó durante años a Francisca (nombre ficticio) cuando se cruzaba con ella en la calle o en el portal de casa, en Guadarrama (Madrid). "Negra inmunda, vete a tu país. Negra de mierda, miserable", le dijo, según probó la justicia. También, cuando se la cruzaba en tiendas: "¡Tenías que estar en la selva!". La Audiencia de Madrid lo condenó a un año de prisión en octubre de 2022.
"Nos están estafando, monos". Un tribunal de Valencia consideró probado que Salvador M. G. acudió en enero de 2022 al bar de su víctima a comprar tabaco. Según el agresor, la máquina se quedó un euro y se lo reclamó al dueño del local, que le dijo que tenía que dirigirse a la empresa propietaria de la expendedora. Pero Salvador reaccionó con insultos ("Negro de mierda, te voy a matar"), mientras llamaba a la Policía. En presencia de los agentes, siguió con su ataque: "Negro de mierda, os vamos a tirar del barrio. Nos están estafando, monos", le decía a su víctima, mientras comentaba a los agentes que "cómo le trataban a él así siendo español y aquellos no". El tribunal le impuso seis meses de cárcel.
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