Las c¨¢rceles se llenan con el verano
La poblaci¨®n reclusa, estabilizada en torno a los 56.000 internos tras una d¨¦cada de descensos, registra sistem¨¢ticamente picos en el segundo trimestre del a?o sobre cuyas causas los expertos no se ponen de acuerdo
El verano es ¨¦poca de vacaciones. La grandes ciudades se vac¨ªan y el consiguiente ¨¦xodo llena los lugares tur¨ªsticos. Sin embargo, estos ¨²ltimos no son los ¨²nicos que registran en estos meses su pico de ocupaci¨®n anual. Las c¨¢rceles espa?olas repiten desde hace a?os un fen¨®meno sobre cuyos motivos los expertos en estad¨ªsticas penitenciarias no se ponen de acuerdo: la poblaci¨®n reclusa crece sistem¨¢ticamente durante la primera mitad del a?o hasta alcanzar su pico en el segundo trimestre y, en la mayor¨ªa de los casos, en junio. Luego, inicia un descenso hasta el final de a?o. ¡°No conocemos la causa, pero evidentemente no es casual¡±, se?alan fuentes de la Secretar¨ªa General de Instituciones Penitenciarias. ¡°Es consecuencia de la menor actividad de la administraci¨®n de justicia en agosto¡±, apuntan desde el Departamento de Justicia de la Generalitat.
El pasado mes de junio hab¨ªa 56.672 presos en Espa?a, seg¨²n los datos de las tres administraciones que gestionan centros penitenciarios (el Ministerio del Interior y los departamentos de Justicia de la Generalitat catalana y el gobierno vasco). La cifra supone, de hecho, 920 reclusos m¨¢s de los que hab¨ªa a finales de 2022, cuando eran 55.752 y, por tanto, supuestamente refleja un repunte en el n¨²mero de presos tras una d¨¦cada de descensos continuados que se estabilizaron tras la pandemia. Sin embargo, los expertos penitenciarios insisten en que sacar cualquier conclusi¨®n con un dato de mitad del a?o lleva a error precisamente por el fen¨®meno de que la poblaci¨®n reclusa se incrementa en el primer semestre para descender, con picos de sierra, en la parte final del a?o.
Desde 2019 ¨Dexceptuado 2020, cuyos datos no se tienen en cuenta a efectos estad¨ªsticos por estar distorsionados por la pandemia y el confinamiento¨D este fen¨®meno se repite, seg¨²n los datos desglosados por meses a los que ha tenido acceso EL PA?S. As¨ª, en las c¨¢rceles dependientes de Interior, aquel a?o el pico se registr¨® en abril, con 51.076 internos, para descender hasta los 50.129 el 31 de diciembre. En 2021 el m¨¢ximo n¨²mero de internos se contabiliz¨® a comienzos de julio, con 46.854, para descender a 45.963 a finales de a?o. Y en 2022, en el inicio del verano hab¨ªa 47.086 internos frente a los 46.468 con los que acab¨® el a?o. A finales de junio de este a?o, las c¨¢rceles dependiente del departamento de Fernando Grande-Marlaska acumulaban 47.086 reclusos dentro de la ya habitual subida del primer semestre del a?o en un nuevo pico.
En las prisiones catalanas el fen¨®meno se reproduce de modo similar en fechas similares. As¨ª, en mayo de 2022 (7.858 internos) y de 2021 (8.004) y en junio de 2019 (8.539) se registraron los picos de reclusos que posteriormente descendieron a final de a?o. En junio de este a?o hab¨ªa 8.039 reclusos, de nuevo una cifra pico. Sin embargo, en Euskadi, cuyo gobierno auton¨®mico asumi¨® la gesti¨®n de los centros penitenciarios en octubre de 2021, el ¨²nico a?o del que hay datos completos, 2022, no se cumpli¨® la norma. En junio de ese a?o hab¨ªa 1.516 reclusos, cifra que aument¨® a 1.571 a final de a?o, aunque entonces se estaban produciendo el traslado de presos de ETA desde las prisiones del resto del Estado, un proceso que culmin¨® el pasado marzo.
Fuentes del Departamento de Justicia de la Generalitat creen que el descenso del n¨²mero de internos que se registra tras el verano ¡°es consecuencia de la menor actividad de los ¨®rganos administrativos¡± y, en concreto, de la justicia, para la que agosto es inh¨¢bil. En este sentido, se?alan que ¡°ese retraso provoca que las altas en el sistema de ejecuci¨®n penal [ingresos en prisi¨®n] se reduzcan mientras que las bajas contin¨²an su ritmo normal. Si se producen m¨¢s bajas que altas, la poblaci¨®n penitenciaria baja y, posteriormente, se recuperan las cifras habituales¡±, concluyen.
Antonia Linde, directora del Grado de Criminolog¨ªa en la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) y una de las mayores expertas internacionales en tendencias de la criminalidad, no ve una ¡°causa clara¡± que explique el fen¨®meno. ¡°Que un interno est¨¦ en prisi¨®n no depende de que haya sido detenido en un mes concreto, ni siquiera de la sentencia, sino que depende de cu¨¢ndo un juez ejecuta la sentencia, es decir, manda la orden de ingreso en prisi¨®n¡±. Por ello, y a falta de un muestreo mayor de datos, Linde relaciona tambi¨¦n este fen¨®meno con ¡°din¨¢micas procesales de los jueces¡±.
Los funcionarios de prisiones tampoco encuentran una ¨²nica explicaci¨®n a que haya m¨¢s reclusos a principio de verano, y apuntan a una multiplicidad de causas. Francisco Llamazares, de la Asociaci¨®n Profesional de Funcionarios de Prisiones (APFP), vincula el aumento de la poblaci¨®n reclusa en verano ¡°por los robos y hurtos a turistas que desembocan en condenas cortas que cumplen en meses y, por tanto, luego baja la poblaci¨®n reclusa¡±. En una l¨ªnea similar, Joaqu¨ªn Leyva, de Acaip-UGT, el sindicato mayoritario entre los funcionarios de prisiones, considera que ¡°en esos meses [de verano] hay un mayor n¨²mero de presos preventivos [sin condena firme] por un incremento tanto de la actividad criminal como judicial para combatirla, que en pocos meses salen en libertad condicional¡±. Jorge Vila, del sindicato CSIF, tambi¨¦n apunta a ¡°m¨¢s excarcelaciones¡± en el segundo semestre, pero sin concretar las causas de ello.
Menos reclusos, m¨¢s funcionarios y un acuerdo
En diciembre de 2009, las cárceles españolas registraron su ocupación más elevada, con 76.073 internos. El endurecimiento del Código Penal en la reforma de 1995 había hecho que de los 48.600 internos que había en 2003 se pasase en solo seis años a esa cifra. Sin embargo, la siguiente reforma, la de 2010, que rebajó de manera notable las penas para, entre otros delitos, los de tráfico de droga en pequeña escala cambió el sentido de la curva. Fueron también los años de la generalización de las condenas a trabajos en beneficio de la comunidad para sustituir las penas de privación de libertad para los delitos leves contra la seguridad vial y de violencia de género. Ese descenso fue continuo hasta 2016 y, tras dos años de estancamiento, la pandemia y el confinamiento provocaron una nueva bajada que hizo que a finales de 2021 hubiera 55.097, el número más bajo. En 2022, el aumento fue de tan solo 655 internos.
En paralelo, el número de trabajadores penitenciarios en las cárceles dependientes de Interior alcanzaba el 30 de junio una cifra récord: 25.345 entre funcionarios y personal laboral. Solo un año, en 2010, hubo un número mayor de trabajadores en las prisiones de Interior, con 25.448, aunque entonces los destinados en las tres prisiones vascas (unas 600) dependían de Interior y ahora son funcionarios del Gobierno vasco.
Los sindicatos observan estas cifras con recelo ya que consideran que las ofertas públicas de empleo que han permitido este aumento no han solventado, en su opinión, las carencias de personal. Jorge Vila, de la CSIF, insiste en que en la actualidad “hay 4.000 vacantes sin ocupar”. Joaquín Leyva, de Acaip-UGT, cree que “el problema [de personal], lejos de solucionarse, sigue estancado”. Pese a ello, la conflictividad laboral en las cárceles ha descendido tras años de enfrentamiento entre sindicatos y administración. El motivo: el acuerdo firmado entre Interior y cuatro organizaciones sindicales en marzo, que supuso una simplificación en la clasificación de los centros penitenciarios de los nueve grupos que había a tan solo tres. Dependiendo del grupo al que pertenezca el centro en el que se trabajaba, los trabajadores recibían cantidades distintas de complemento salarial. El cambio ha permitido actualizar las retribuciones con subidas mensuales que van desde los 130 a los 295 euros mensuales.
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