El Gobierno se toma un respiro rodeado de incertidumbres
Junts aprieta pero no rompe, mientras el Ejecutivo reparte gestos para contentar a todos sus aliados
Un veterano funcionario que ha ocupado importantes cargos en el Congreso recordaba recientemente, a prop¨®sito de los apuros parlamentarios del Gobierno, una vieja frase de Alfredo P¨¦rez Rubalcaba: ¡°A m¨ª no me importa perder los martes si s¨¦ que voy a ganar los jueves¡±, comentaba el desaparecido dirigente en la ¨¦poca en que fue ministro en otro Ejecutivo socialista en minor¨ªa, el de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero. Los martes es el d¨ªa en que se votan las iniciativas sin m¨¢s consecuencias pr¨¢cticas ni obligaci¨®n para el Gobierno que un pronunciamiento de la C¨¢mara: las mociones y las proposiciones no de ley, esas sobre las que algunos diputados bromean que la ¨²nica palabra verdadera que contienen es el ¡°no¡±. Los jueves, el ¨²ltimo d¨ªa del pleno semanal, se vota lo m¨¢s trascendente, las propuestas legislativas, ¡°lo que va a Bolet¨ªn¡±, como suele decir el portavoz del PNV, Aitor Esteban.
Visto as¨ª, la estad¨ªstica puede ayudar al Gobierno a relativizar el alcance de sus penurias parlamentarias. Desde que comenz¨® la legislatura, se han celebrado en el pleno del Congreso 572 votaciones, seg¨²n la contabilizaci¨®n de este peri¨®dico, y el Ejecutivo ¡ªcomo tal o a trav¨¦s de las formaciones que lo integran¡ª ha perdido 34, menos del 6% del total. Se puede a?adir una m¨¢s, la de la ley del Suelo, retirada en el ¨²ltimo momento para evitar otro rev¨¦s. Las derrotas en propuestas con contenido legislativo real no suman m¨¢s de una decena, frente a las 17 aprobadas o puestas en marcha desde el Ejecutivo.
Pero esos patinazos parlamentarios, por mucho que se reduzcan a lo simb¨®lico, dejan huella. El Gobierno llevaba dos semanas encaden¨¢ndolos y de manera no muy honrosa. Y el PP acopiaba munici¨®n para su relato: que Pedro S¨¢nchez carece de sustento parlamentario. En estas condiciones, el Ejecutivo ha decidido tomarse un respiro, evitar otro rev¨¦s seguro y retirar de momento la llamada senda de estabilidad, que fija los l¨ªmites del d¨¦ficit p¨²blico ante la elaboraci¨®n de los Presupuestos. Con eso, PSOE y Sumar pudieron salir indemnes de las 11 votaciones del pleno de esta semana.
Desde el retorno de las vacaciones, el Gobierno daba pr¨¢cticamente por descontada tanto esa derrota ¡ªque Junts ya hab¨ªa provocado en una primera votaci¨®n en julio¡ª como la subsiguiente con los Presupuestos. El plan era seguir adelante pese a todo. Elaborar las cuentas a partir del l¨ªmite de d¨¦ficit vigente, el del a?o pasado, y llevarlas al Congreso aun a riesgo de que el partido de Carles Puigdemont las tumbara. Ahora se ha abierto un peque?o resquicio para torcer un desenlace que se antojaba inexorable.
¡°Parece que el PSOE lo empieza a entender¡±, se vanagloriaba una sonriente Miriam Nogueras, portavoz de Junts, tras conocer el gesto del Gobierno. ?Entender qu¨¦? Que el Ejecutivo se encuentra en minor¨ªa y est¨¢ obligado a negociar cada una de sus propuestas con la formaci¨®n de Puigdemont, ¡°carpeta a carpeta¡±, seg¨²n dicen en el grupo parlamentario. Su diputado Josep Maria Cruset lo expres¨® sin dulzuras diplom¨¢ticas desde el atril del hemiciclo: ¡°Nosotros no estamos aqu¨ª para engordar ning¨²n bloque. Cuanto antes lo entiendan, antes dejar¨¢n de sufrir y de hacer el rid¨ªculo retirando iniciativas en el ¨²ltimo momento¡±.
A la espera de las negociaciones sobre el reparto del d¨¦ficit, la semana deja algunos atisbos m¨¢s de distensi¨®n. El Gobierno se ha mostrado dispuesto a desclasificar documentos del CNI sobre su relaci¨®n con el antiguo im¨¢n de Ripoll, implicado en los atentados yihadistas de 2017 en Catalu?a. En este asunto, una parte del independentismo sostiene tesis conspiratorias acerca de pretendidas implicaciones del servicio de inteligencia. Junts pact¨® hace un a?o con el PSOE una comisi¨®n de investigaci¨®n que hasta ahora no se hab¨ªa puesto en marcha.
Los de Puigdemont, por su parte, frustraron otro intento del PP de abrir brecha entre los grupos que invistieron a S¨¢nchez. Los populares presentaban una moci¨®n para comprometer al Ejecutivo a llevar un plan fiscal a la C¨¢mara, con un a?adido goloso para los nacionalistas: pedir que el reparto de 18.000 millones de fondos europeos se dejase en manos de las comunidades aut¨®nomas. Nadie mordi¨® el anzuelo. En el debate, Cruset, al tiempo que deslizaba advertencias a los socialistas, repudi¨® con contundencia al PP: ¡°Su catalanofobia huele a kil¨®metros de distancia¡±. Junts tampoco se sum¨® a una enmienda de los populares para rechazar el proyecto de ley de Movilidad Sostenible. Su diputado Isidre Gavin explic¨® que ten¨ªan motivos para ello, pero que se f¨ªan de la palabra del ministro de Transportes, ?scar Puente, de que sus objeciones se incorporar¨¢n mediante enmiendas parciales en la redacci¨®n del texto final.
Si lidiar con Junts es misi¨®n casi tit¨¢nica, el reto se complica m¨¢s por la feroz competencia entre las dos fuerzas del independentismo catal¨¢n. En cuanto se anunci¨® la retirada de la senda de estabilidad, el portavoz de ERC, Gabriel Rufi¨¢n, se apresur¨® a buscar los micr¨®fonos siempre abiertos en los pasillos del Congreso: ¡°Pues entonces habr¨¢ que empezar de cero y negociar con todos, no solo con Junts¡±.
El duelo entre los que fueron compa?eros de viaje durante el proc¨¦s se manten¨ªa en Madrid en el terreno de las insinuaciones m¨¢s o menos veladas. Desde hace algunas semanas, ha ido creciendo y el pasado jueves estall¨® crudamente, con la vicepresidenta primera, Mar¨ªa Jes¨²s Montero, como testigo perplejo. El duelo en el pleno entre Rufi¨¢n y Cruset tuvo momentos brutales. Este ¨²ltimo descalific¨® como ¡°electoralismo barato¡± el acuerdo de los socialistas y Esquerra para dotar a Catalu?a de una ¡°financiaci¨®n singular¡±. Y el portavoz de ERC acus¨® a Junts de creerse los ¡°amos de la finca¡±. Ese grado de enconamiento preocupa en el Gobierno, porque deriva en una competici¨®n sobre qui¨¦n eleva m¨¢s sus exigencias. Por eso, S¨¢nchez ha acabado verbalizando en p¨²blico lo que el Ejecutivo hab¨ªa asumido desde el inicio de curso: que mientras las dos formaciones independentistas no liquiden sus respectivos congresos, el Parlamento seguir¨¢ envuelto en una espesa humareda.
De lo que no hay duda para el Gobierno es de la fiabilidad de los dos grupos nacionalistas vascos. El PNV no ha cesado de ofrecer declaraciones de adhesi¨®n a la causa tras su moment¨¢nea deserci¨®n por el reconocimiento del opositor Edmundo Gonz¨¢lez como presidente de Venezuela. Y el Ejecutivo se esmera por responder con gestos amistosos. Esta semana ha accedido, sin mucho entusiasmo por parte del PSOE, a la iniciativa del PNV para estudiar una reforma en la ley que regula el CNI, asunto que hab¨ªa quedado fuera del plan de regeneraci¨®n de S¨¢nchez. EH Bildu, por su parte, presiona junto a los grupos m¨¢s a la izquierda para ahondar en las pol¨ªticas sociales. En uni¨®n de ERC y BNG ha presentado una solicitud de comparecencia de la ministra de Vivienda, Isabel Rodr¨ªguez, para pedirle cuentas sobre su ¡°inacci¨®n¡± ante los precios disparados. El PSOE se debate ah¨ª en una de sus m¨²ltiples encrucijadas: esos grupos, al igual que Sumar y Podemos, lo aprietan de un lado, mientras Junts se alinea con las demandas de los propietarios. Consecuencias inevitables en la peligrosa vida del presidente S¨¢nchez.
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