El c¨®ctel letal que acecha a los drogadictos
La mezcla de metadona con tranquilizantes mata a los toxic¨®manos. Solo seis comunidades integran sus m¨¦dicos de adicciones en la red sanitaria y as¨ª evitan recetarlas a la vez
Los drogadictos arrastran, entre todos sus graves problemas, un peligro que a veces infligen por accidente los gobiernos auton¨®micos: el c¨®ctel de metadona con tranquilizantes provoca depresi¨®n respiratoria y a menudo la muerte, ya que sus cuerpos padecen ¨®rganos debilitados. La red de 2.400 m¨¦dicos y psic¨®logos que tratan las adicciones en los centros de atenci¨®n a toxic¨®manos son ajenos en su inmensa mayor¨ªa a los 17 sistemas de salud regionales, lo que provoca un problema que a muchos les puede costar la vida.
Solo la Comunidad Valenciana, Pa¨ªs Vasco, Castilla-La Mancha, Asturias, La Rioja y Murcia tienen integrados a estos facultativos en sus servicios sanitarios para asegurarse de que la informaci¨®n de los pacientes fluye entre psiquiatras, psic¨®logos, enfermeros y m¨¦dicos de familia. En ciertas zonas de Catalu?a tambi¨¦n han logrado esta integraci¨®n para lograr un enfoque hol¨ªstico y de paso evitar esa mezcla de metadona y tranquilizantes, que a veces se receta por error en servicios de urgencias o en los centros de salud.
¡°El riesgo es muy elevado. A pesar de que es una temeridad, el sistema se resiste. Los centros de atenci¨®n a toxic¨®manos no est¨¢n a¨²n integrados inform¨¢ticamente, es un agujero negro¡±, critica N¨¦stor Szerman, psiquiatra del Instituto de Psiquiatr¨ªa y Salud Mental del Hospital Gregorio Mara?¨®n de Madrid y presidente de la Fundaci¨®n Patolog¨ªa Dual. Al margen de las seis excepciones, las otras 11 autonom¨ªas tienen el objetivo de integrar a los m¨¦dicos que apoya el Ministerio de Sanidad, pero es un deseo con un retraso de a?os, seg¨²n denuncian las dos sociedades cient¨ªficas sobre adicciones, Socidrogalcohol y Patolog¨ªa Dual.
En los a?os 80 la salud mental se integr¨® en el sistema nacional de salud, pero el Gobierno decidi¨® dejar al margen las adicciones a las drogas y cuatro d¨¦cadas despu¨¦s la decisi¨®n a¨²n afecta a miles de ciudadanos. En Espa?a, 44.770 personas fueron atendidas con metadona durante 2022, ¨²ltimo a?o con cifras del Plan Nacional Sobre Drogas. En las dos ¨²ltimas d¨¦cadas ha habido un claro descenso y los pacientes han ca¨ªdo a la mitad desde el pico en 2002, cuando fueron atendidas 90.488 personas.
Hace ya 26 a?os que la Comunidad Valenciana cre¨® las unidades de conducta adictiva, que a diferencia de otras regiones donde est¨¢n integradas en el ¨¢rea de Salud Mental, en el Levante se opt¨® por incluirlas en la Atenci¨®n Primaria. En cambio, en Arag¨®n, la situaci¨®n es muy distinta: ¡°La red es peque?a y atomizada, con laboratorios propios pero sin historias cl¨ªnicas comunes. Una multired que no se coordina para nada¡±, censura Francisco Pascual, presidente de Socidrogalcohol y coordinador de un centro en Alcoy (Alicante).
Tras a?os de ninguneo por parte de la Junta, hace dos semanas 60 m¨¦dicos andaluces de adicciones dieron un pu?etazo sobre la mesa y alertaron p¨²blicamente del riesgo tan elevado que corren los drogadictos que reciben metadona en esa comunidad. ¡°Los datos no se cruzan y hay redes separadas. Son drogas dispensadas en redes paralelas y hasta ahora la Junta nos ha dado dos respuestas: la incompatibilidad de los dos sistemas inform¨¢ticos y la protecci¨®n de datos¡±, acusa Bartolom¨¦ Baena, presidente de la Sociedad M¨¦dica Andaluza de Adicciones y Patolog¨ªas Asociadas (SOMAPA). Estos doctores denuncian el agravio comparativo que padecen ante los m¨¦dicos de centros privados sanitarios con conciertos completos, como el grupo Pascual, que tienen acceso a los historiales cl¨ªnicos de los pacientes sin traba alguna. Los profesionales sanitarios que atienden las adicciones en esta comunidad dependen de Diputaciones, Ayuntamientos y ONG.
El Ejecutivo auton¨®mico (PP) avanza que trabaja para unir ambas redes inform¨¢ticas, Diraya y Sipasda, y limita el problema a un inconveniente normativo por protecci¨®n de datos, aunque reconoce que viene de lejos. ¡°Inform¨¢ticamente, se puede hacer, hay que ver c¨®mo hacerlo normativamente. Nuestra idea es ver con los m¨¦dicos de adicciones la f¨®rmula m¨¢s inmediata para solucionarlo¡±, afirma una portavoz de la Consejer¨ªa andaluza de Salud y Consumo. Sin embargo, la sociedad m¨¦dica Somapa solo ha recibido largas a sus peticiones de reuni¨®n por parte de la Junta.
Hace ya seis a?os que el Gobierno de La Rioja (PP) solucion¨® el obst¨¢culo inform¨¢tico y normativo que plantea Andaluc¨ªa. ¡°Hicimos un convenio para que nuestro sistema inform¨¢tico Selene pudiera compartir su informaci¨®n de pacientes con las asociaciones que tratan los adictos. Con dos puntos fundamentales: el consentimiento informado del paciente y el l¨ªmite temporal para que los datos solo sean compartidos durante el tiempo que tratan al paciente¡±, ilustra Carlos Piserra, subdirector de Estrategia de Salud Mental y Emocional del Ejecutivo riojano. Al margen de los convenios firmados con la Asociaci¨®n Arad y Proyecto Hombre que atendieron a 116 toxic¨®manos el a?o pasado, esta regi¨®n identific¨® el problema de compartir informaci¨®n cl¨ªnica con los m¨¦dicos de las residencias de ancianos y la traba fue asimismo resuelta.
En Galicia, por ejemplo, los m¨¦dicos de adicciones no est¨¢n integrados en el servicio de salud de forma org¨¢nica, pero s¨ª integral, por lo que tienen acceso al sistema inform¨¢tico del Sergas y pueden acceder a las historias cl¨ªnicas electr¨®nicas, a las recetas y a las peticiones de pruebas. En Baleares, a excepci¨®n de Palma, la integraci¨®n de los facultativos es igualmente parcial.
¡°El abordaje integral de las adicciones evita indicaciones contradictorias al paciente, problemas de salud mental y fen¨®menos asociados a la abstinencia como cuadros psic¨®ticos. Adem¨¢s de ayudar a las familias, que est¨¢n agotadas y frustradas¡±, recuerda Carlos Roncero, psiquiatra y presidente de la Sociedad de Patolog¨ªa Dual.
El colectivo vulnerable de 44.770 personas que consume metadona en Espa?a sufre un riesgo a?adido por las disfunciones de los sistemas inform¨¢ticos sanitarios auton¨®micos. Por ejemplo, cuando un paciente cambia de m¨¦dico y este le receta benzodiacepinas ¡ªtranquilizantes¡ª sin que el adicto recuerde en la consulta que toma metadona. ¡°Cuando el enfermo acude a su m¨¦dico de cabecera, la metadona no est¨¢ reflejada en el sistema Diraya y este no puede estar avisado porque no hay comunicaci¨®n directa¡±, alerta Edmundo Cartagena, m¨¦dico en la barriada del Pol¨ªgono Sur de Sevilla. Baena remacha al respecto: ¡°En teor¨ªa el m¨¦dico de familia puede buscar un m¨®dulo [del sistema inform¨¢tico] que le permite ver nuestro programa [de adicciones] pero eso no lo hace ninguno porque est¨¢n muy mal de tiempo y no es operativo¡±.
Ese riesgo latente parece m¨¢s probable en las ciudades que en los pueblos, donde los sanitarios conocen bien las caras de los adictos. ¡°La combinaci¨®n [tranquilizantes y metadona] puede pasar, aunque no soy consciente de que haya pasado. Por defecto no revisamos si tienen metadona prescrita, aunque de manera gen¨¦rica negamos los tranquilizantes¡±, relata Ana G¨®mez, m¨¦dica de urgencias en centros de salud sevillanos y vicepresidenta quinta del Colegio de M¨¦dicos de la capital andaluza. En Tarifa la situaci¨®n es otra: ¡°Si necesitamos informaci¨®n tenemos sus historiales y a todos los de metadona no se les da absolutamente nada, a veces placebo. Est¨¢n muy controlados¡±, asegura ?ngel Carlos Manzano, coordinador de cuidados del centro de salud de esa localidad gaditana.
En Andaluc¨ªa en 2022 fallecieron 313 personas por mezcla de psicotr¨®picos, de los cuales 98 consum¨ªan metadona, seg¨²n el ¨²ltimo informe de la Junta al respecto publicado este verano. Este diario ha pedido al Gobierno el detalle de cu¨¢ntos combinaron metadona y tranquilizantes, pero no ha obtenido el dato bajo el pretexto de que ya no lo publica. Eso s¨ª, las estad¨ªsticas antiguas s¨ª revelan que este c¨®ctel letal mat¨® en Andaluc¨ªa a 59 personas en 2015 y fue la combinaci¨®n m¨¢s frecuente (el 31%) en los informes de las autopsias. Todas esas muertes no son imputables a las administraciones. Los adictos consumen metadona al margen de los circuitos oficiales porque otros no se la toman y la venden. Hoy, en las autopsias hay unas 35 muertes al a?o por policonsumo de drogas, seg¨²n las cifras de los servicios de patolog¨ªa forense de los Institutos de Medicina Legal (IML) andaluces.
¡°Ya que no existe una especialidad reconocida de adiciones, resulta absolutamente incre¨ªble que al menos no exista un comit¨¦ superior integrado, como en oncolog¨ªa, que se ocupe del protocolo de tratamiento y decidir qui¨¦n act¨²a antes cuando existan comorbilidades. Es decir, cuando coinciden el alcohol, la coca¨ªna, la depresi¨®n y problemas de h¨ªgado y coraz¨®n; complicaciones de adicciones, m¨¦dicas y mentales. Los pacientes se encuentran con que hay tres puertas a las que llamar. Y a esto se a?ade el gran problema del estigma. Al final todo funciona en base a programas de buena voluntad. Ya es hora de que las autonom¨ªas pasen de las buenas palabras a los actos y den recursos para coordinarse¡±, apremia Fernando Rodr¨ªguez, investigador del Instituto Ibima de M¨¢laga y excoordinador de la Red de Trastornos Adictivos.
La promesa de la Administraci¨®n andaluza para dar un vuelco a la atenci¨®n de las adicciones viene de lejos. En 2019 la Junta garantiz¨® ¡°una integraci¨®n efectiva¡± de la atenci¨®n a los 53.000 toxic¨®manos que hay en la regi¨®n en el cat¨¢logo del Servicio Andaluz de Salud. ¡°El adicto no es el vicioso, sino que es un enfermo cr¨®nico y esta patolog¨ªa tiene que estar integrada dentro del SAS, como cualquier otra (¡) Es un tema que tengo clar¨ªsimo¡±, afirm¨® el exconsejero de Salud y Familias Jes¨²s Aguirre, hoy presidente del Parlamento andaluz. Est¨¢ por ver si un lustro despu¨¦s la actual consejera, Roc¨ªo Hern¨¢ndez, lo ve turbio o tan transparente como Aguirre y si se traduce en hechos.
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