La batalla cultural se extiende a la Navidad
Vox y el PP importan una disputa con arraigo en EE UU que presenta la esencia de las fiestas bajo amenaza del laicismo progresista
¡°En estas fechas tan se?aladas, nuestros militares y sus familias cuentan con el afecto de todos [...]. Felices fiestas¡±. Quien as¨ª se dirig¨ªa al Ej¨¦rcito el 23 de diciembre de 2017 no era un laicista radical, ni un adalid del multiculturalismo, ni un negacionista del legado cristiano en Occidente, ni nadie que quepa imaginar entre quienes hoy son se?alados con dedo acusador por el PP y Vox por usar la f¨®rmula ¡°felices fiestas¡±.
?Qui¨¦n era, entonces? Mariano Rajoy, entonces presidente del Gobierno.
Eran otros tiempos. La Navidad no estaba tan metida en la batalla cultural y el ¡°felices fiestas¡± no ten¨ªa tan mala prensa en la derecha espa?ola, cuyos principales partidos, PP y Vox, han convertido ahora su uso en un marcador de falta de esp¨ªritu navide?o. ¡°No son solo fiestas. Feliz Navidad¡±, dice la felicitaci¨®n de este a?o de Vox, donde aparece tachado el ¡°felices fiestas¡±. M¨¢s tajante a¨²n fue en el Parlamento andaluz, el 20 de diciembre, el diputado Ricardo Olea: ¡°El t¨¦rmino felices fiestas no nos gusta¡±. Pero quien ha dado el empuj¨®n m¨¢s fuerte a este empe?o es la presidenta madrile?a, Isabel D¨ªaz Ayuso (PP), que en su discurso prenavide?o de noviembre, entre citas b¨ªblicas y papales, alert¨® de que ¡°cada vez se lee y se oye menos la palabra Navidad¡± e hizo un llamamiento: ¡°No dejemos que nos la censuren, nos la quiten¡±.
El problema seg¨²n Ayuso va mucho m¨¢s all¨¢ de qu¨¦ t¨¦rminos se usan u omiten, lo cual ser¨ªan solo s¨ªntomas de un ¡°odio¡± al cristianismo que se extiende a la Navidad. ¡°Los que la odian ¡ªa?adi¨® en su mensaje¡ª van contra todo lo inocente y todo lo bonito¡±. El PP de Madrid acus¨® recibo del mensaje y el 24 de diciembre afe¨® en X al PSOE una tarjeta navide?a que dec¨ªa ¡°felices fiestas¡±. ¡°Se dice FELIZ NAVIDAD¡±, public¨® el partido como respuesta. En esta misma l¨ªnea, voces de Vox y del PP llevan semanas denunciando que la izquierda evita decir ¡°feliz Navidad¡±, afirmaci¨®n que ignora que es la f¨®rmula que este a?o ha usado en redes ¡ªsola o junto con el ¡°felices fiestas¡±, como hacen muchos dirigentes y cuentas oficiales del PP¡ª M¨¢s Madrid, federaciones socialistas como la andaluza y al menos cuatro ministros ¡ªJos¨¦ Manuel Albares, Pilar Alegr¨ªa, ?scar L¨®pez y Jordi Hereu¡ª, y que en anteriores Navidades han empleado Pedro S¨¢nchez o Yolanda D¨ªaz.
Juan Francisco Albert, director del laboratorio de ideas Al Descubierto, especializado en discursos de extrema derecha, ve esta fijaci¨®n integrada en un prop¨®sito mayor. ¡°El uso de la Navidad dentro de una guerra del bien contra el mal en la que no caben grises sirve para radicalizar a los propios y demonizar a los rivales¡±, explica. Y a?ade: ¡°Esta obsesi¨®n responde a una estrategia ya probada en Estados Unidos y que se ha extendido por Latinoam¨¦rica y Europa, incluida Espa?a, donde la vemos cada vez m¨¢s porque el PP ha entrado al trapo de un tema que normalmente es solo de Vox¡±.
Navidad, cristianismo, Espa?a
El fen¨®meno no se limita a monitorizar felicitaciones. Ya en 2018, Teodoro Garc¨ªa Egea, siendo secretario general del PP, dijo a voz en grito en un acto del partido: ¡°Nosotros celebramos la Navidad, ponemos el bel¨¦n, ponemos el ¨¢rbol, celebramos nuestras tradiciones, nuestra Semana Santa y nos sentimos orgullosos. ?Y al que no le guste, que se aguante. ?Porque nosotros somos espa?oles!¡±. La vinculaci¨®n de la Navidad con un acervo cristiano ligado a lo espa?ol del que la izquierda reniega o incluso quiere borrar es una veta usual en este discurso. El partido que m¨¢s lejos lo lleva es Vox. La Navidad pasada, su dirigente Jorge Buxad¨¦ arm¨® un revuelo en las redes al publicar una postal del nacimiento de Cristo en la que una bandera espa?ola envolv¨ªa ¡ªanacr¨®nicamente¡ª al Ni?o Jes¨²s. La imagen, que por otra parte reun¨ªa una virgen con seis dedos, lo que parece un beb¨¦ muerto en una esquina y un sujeto con dos manos saliendo del mismo brazo, es expresi¨®n de la mezcla de motivos motivos navide?o-religiosos y patri¨®ticos que suele hacer Vox, partido que tambi¨¦n aprovecha los hitos navide?os para vincular su programa al cristianismo. Por ejemplo, el 28 diciembre, Santos Inocentes, que conmemora la matanza de ni?os ordenada por Herodes seg¨²n el relato b¨ªblico, ha dado pie a Vox este a?o a presentar ayudas a la maternidad. ¡°Porque queremos que todos los Santos Inocentes nazcan¡±, seg¨²n explic¨® en esa fecha el PP catal¨¢n.
— Jorge Buxad¨¦ (@Jorgebuxade) December 25, 2023
El bel¨¦n prohibido
La consigna m¨¢s repetida es que la izquierda pretende borrar la huella cristiana de estas fechas. Ignacio Garriga, secretario general de Vox, ha alertado en un v¨ªdeo navide?o de que ¡°todos¡± menos su partido ¡°quieren anular¡± sus tradiciones religiosas guiados por el ¡°multiculturalismo¡±. ¡°Nuestra civilizaci¨®n nace en un pesebre donde Dios se hace ni?o. No dejes que te lo arrebaten¡±, a?ade en el v¨ªdeo Garriga, cat¨®lico fervoroso que estudi¨® en una escuela vinculada al Opus Dei.
El primer muro de esa fortaleza navide?a que hay que defender es el bel¨¦n. Si Garc¨ªa Egea lo pon¨ªa en 2018 como ejemplo de espa?olidad, hoy es Vox el que m¨¢s lo presenta como un s¨ªmbolo de identidad nacional y cristiana. Un s¨ªmbolo bajo amenaza. En diversas instituciones Vox exige m¨¢s belenes, en m¨¢s lugares, con m¨¢s proyecci¨®n p¨²blica y m¨¢s tiempo de exposici¨®n. En la ciudad de Madrid su propuesta esta Navidad es ¡°una exposici¨®n permanente¡± de belenes. En Andaluc¨ªa, tras varios a?os de insistencia de Vox, el Parlamento, con mayor¨ªa absoluta del PP, ha montado por primera vez un nacimiento abierto al p¨²blico. Cuando Vox no lo consigue, se rebela contra una supuesta cesi¨®n al multiculturalismo. Un ejemplo: este a?o, el partido ha puesto el grito en el cielo por la colocaci¨®n de una estrella en vez de un nacimiento en la plaza de Sant Jaume de Barcelona. El partido incluso presume de haber desafiado al Ayuntamiento montando un bel¨¦n precisamente en esa plaza.
Isidoro Moreno, catedr¨¢tico em¨¦rito de Antropolog¨ªa de la Universidad de Sevilla, cree que se est¨¢ produciendo un ¡°intento de reactivar el nacionalcatolicismo¡±, ante el cual ¡°la respuesta de la izquierda es en general poco adecuada¡±. ?Por qu¨¦? ¡°En lugar de explicar esto de forma did¨¢ctica, entra en una discusi¨®n est¨¦ril sobre contenidos ideol¨®gicos en lugar de enfatizar los significados culturales. Ello supone jugar a la defensiva en el terreno de las estrategias eclesi¨¢sticas y de los sectores pol¨ªticos reaccionarios¡±, expone. ¡°Adem¨¢s ¡ªa?ade¡ª, no se se?ala de forma suficiente que la sacralidad que hegemoniza hoy las fiestas no es la cristiana sino la del mercado. Muchos laicistas parecen ignorar esto y adoptan posiciones de beligerancia antirreligiosa que a veces rayan tambi¨¦n en el fundamentalismo¡±.
El Grinch y la tradici¨®n perseguida
¡°Dudo que la batalla cultural en torno a la Navidad tenga tanto ¨¦xito en Espa?a como en EE UU, porque all¨ª hay una tradici¨®n mucho m¨¢s arraigada de utilizaci¨®n de la religi¨®n en la disputa pol¨ªtica, mientras aqu¨ª la separaci¨®n de lo religioso y lo pol¨ªtico es vista como un signo de modernidad¡±, se?ala Albert, de Al Descubierto. El Partido Republicano y sus sat¨¦lites en EE UU suelen hablar incluso de una ¡°guerra contra la Navidad¡± que estar¨ªan librando ¡°siniestras fuerzas del pluralismo secular¡±, seg¨²n describi¨® este fen¨®meno el periodista Derek Robertson en un reportaje de 2021 en Politico. Hay hasta un libro de 2006 sobre la supuesta trama para destruir la fiesta de Pap¨¢ Noel: La guerra contra la Navidad: c¨®mo el complot liberal para prohibir la sagrada festividad cristiana es peor de lo que pensabas, del radiofonista conservador John Gibson.
Conforme el Partido Republicano se ha ido radicalizando, ha ganado peso la acusaci¨®n contra las fuerzas progresistas de ser antinavide?as. Sarah Palin, la candidata a vicepresidenta en 2008, abanderada del Tea Party, contribuy¨® a empujar a la primera l¨ªnea de la refriega lo que era un tema secundario. Un asunto, la llamada War on Christmas, que ahora Donald Trump recupera cada diciembre, acusando a los dem¨®cratas de decir ¡°happy holidays¡± y no ¡°merry Christmas¡±. Durante la campa?a de las presidenciales, Trump promet¨ªa a sus seguidores que si ganaba ¡°volveremos a decir ¡®Feliz Navidad¡¯¡±. Y ello a pesar de que es justamente eso, ¡°feliz Navidad¡±, lo que siempre ha dicho Joe Biden, al que el Partido Republicano ha llegado a referirse como El Grinch, el villano que odia la Navidad.
Sin llegar a los extremos de EE UU, la pol¨¦mica tambi¨¦n suma enteros en Europa. Una constante: la derecha ¡ªm¨¢s, cuanto m¨¢s escorada est¨¢¡ª anuda la Navidad al cristianismo, y este a la identidad nacional, todo ello bajo amenaza del laicismo progresista. Hermanos de Italia y La Liga compiten en mensajes navide?os de este cariz. El partido de Giorgia Meloni presenta cada caso en que una autoridad se niega a colocar un bel¨¦n como una ofensa a la naci¨®n. ¡°El bel¨¦n no se toca¡±, repet¨ªa ya hace diez a?os La Liga de Matteo Salvini. Hermanos de Italia subi¨® la puja el a?o pasado al anunciar una ley para ¡°salvaguardar¡± la esencia cristiana de la Navidad en los colegios y frenar su deriva en una ¡°inveros¨ªmil fiesta invernal¡±.
El primer ministro h¨²ngaro, Viktor Orb¨¢n, es uno de los pioneros. Su partido, el Fidesz, protagoniz¨® en 2021 una campa?a contra la UE al denunciar una supuesta prohibici¨®n de usar la palabra Navidad en sus felicitaciones. La alerta se basaba en un documento interno de la Comisi¨®n de Igualdad con pautas de lenguaje inclusivo que no era ni una norma ni ten¨ªa oficialidad, lo cual no rebaj¨® la altura de la polvareda.
La disputa sobre los supuestos l¨ªmites a la palabra Navidad es recurrente en Francia. Hace m¨¢s de diez a?os, cuando a¨²n era un polemista de extrema derecha que no hab¨ªa saltado a la pol¨ªtica, Eric Zemmour ya cargaba contra un ¡°multiculturalismo¡± que empujaba a decir ¡°fiestas de diciembre¡±. Pero la cuesti¨®n tambi¨¦n va en Francia m¨¢s all¨¢ de la sem¨¢ntica. Tanto Marine Le Pen como su delf¨ªn en Agrupaci¨®n Nacional, Jordan Bardella, se presentan como protectores de la Navidad tradicional frente a ¡°laicos e islamistas¡±. De nuevo, el bel¨¦n es la joya de la corona. Bardella se ha erigido esta misma Navidad en defensor del derecho a colocar belenes en los ayuntamientos, lo que suscita rechazo de los partidarios de mantener el escr¨²pulo laicista republicano. ¡°?La izquierda hace campa?a para prohibir la identidad y las tradiciones francesas!¡±, ha proclamado.
El joven l¨ªder franc¨¦s ha encontrado en el reciente atentado de Magdeburgo (Alemania) otra oportunidad para defender el car¨¢cter cristiano ¡ªy bajo amenaza¡ª de la Navidad. Pese a la autor¨ªa de un saud¨ª ap¨®stata de la fe musulmana y a su motivaci¨®n a¨²n difusa, Bardella inscribi¨® el ataque en la ¡°guerra¡± del ¡°Islam radical¡± contra las ¡°tradiciones cristianas¡± por haberse producido en un mercadillo navide?o. En el Reino Unido, el brexiter Nigel Farage, que se esmera en mostrarse como el l¨ªder m¨¢s tradicionalista, aun¨® en su valoraci¨®n del atentado el discurso antiinmigraci¨®n y la alusi¨®n navide?a: ¡°Hemos permitido que entren en Europa personas que nos odian a nosotros y a nuestros valores. La Navidad es su objetivo¡±.
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