En vivienda hace falta m¨¢s: una combinaci¨®n del plan de S¨¢nchez y el de Feij¨®o
La crisis de acceso a la vivienda es tan grande que no nos basta con planes planteados desde estrechas miras ideol¨®gicas. Necesitamos mucha m¨¢s ambici¨®n, m¨¢s mestizaje, y menos desencuentros artificiales
El mejor programa posible de vivienda para Espa?a es una combinaci¨®n de lo que Pedro S¨¢nchez y Alberto N¨²?ez Feij¨®o han anunciado en las ¨²ltimas 48 horas. Acomp¨¢?enme en este viaje a trav¨¦s de las trincheras ideol¨®gicas para defenderlo. De hecho, hay un acuerdo impl¨ªcito: incrementar oferta necesaria que a¨²n no est¨¢ construida. La propuesta del PP de reducir los plazos de respuesta a informes urban¨ªsticos de nueve a tres meses supondr¨ªa una mejora enorme en la que bastar¨ªa con cumplir los plazos ya definidos sobre el papel. Pero agilizar tr¨¢mites no es suficiente para un sector que, seg¨²n BBVA Research, ha perdido un 25% de productividad en los ¨²ltimos a?os. Para recuperarla es fundamental invertir: como el gobierno propone, por ejemplo, usando fondos europeos para impulsar la construcci¨®n industrializada y modular.
La oferta se completar¨ªa con la intenci¨®n del gobierno de dar prioridad y recursos a la nueva Empresa P¨²blica de Vivienda. Calibraremos si arranca gracias a casos concretos, como el definido como primera meta por la ministra: los terrenos del antiguo cuartel de ingenieros de Valencia, que los vecinos han sufrido en desuso desde los a?os noventa y donde se anuncian nuevas viviendas p¨²blicas desde hace m¨¢s de media d¨¦cada.
De hecho, el gobierno no podr¨¢ cumplir sus propios objetivos si antes no desbloquea otros cuellos de botella regulatorios. Feij¨®o habl¨® el domingo de la necesidad de reformar la Ley del Suelo, y en 2024 el PSOE puso en marcha un anteproyecto: buscaba limitar la capacidad de paralizar desarrollos urban¨ªsticos y reducir los requisitos previos al inicio de obras, especialmente en vivienda protegida. El extremo izquierdo se opone porque no quiere restar poder a exigencias locales y porque ve una puerta para la especulaci¨®n. Pero cuando permitimos que cualquier otro objetivo se anteponga localmente a la construcci¨®n de vivienda, estamos priorizando otras cosas que no son la vivienda. El verdadero poder de mercado para el sector p¨²blico estar¨¢ en disponer de pisos propios, no en decretar ni prohibir. La izquierda parece entenderlo cuando propone que la nueva vivienda p¨²blica no sea como las VPO, que pasan al mercado libre al cabo de cierto tiempo. No cuando cuestiona cambios que agilizar¨ªan desarrollos.
Aunque las mayores contradicciones de la izquierda aparecen al querer sobre-regular el parque existente. Las restricciones ¡ªdesde los l¨ªmites a compradores extranjeros que sugiere ahora S¨¢nchez hasta el control de alquileres facilitado desde 2023¡ª desincentivan precisamente lo que necesitamos: m¨¢s inversi¨®n, por ejemplo, en construcci¨®n o rehabilitaci¨®n para alquiler.
Para redondear el periplo, podemos combinar enfoques en materia fiscal de izquierda y derecha para que la vivienda existente se vuelva accesible. S¨¢nchez propone exenciones de IRPF si se alquila a un precio marcado por ¨ªndice. Tambi¨¦n, desde la ley de 2023, los ayuntamientos pueden penalizar con recargos en el IBI a las viviendas vac¨ªas. Por ¨²ltimo, el PSOE sugiere m¨¢s presi¨®n fiscal a quien tiene varios alquileres tur¨ªsticos. Deber¨ªamos unir las tres piezas en un solo dise?o coherente: quien alquile de manera asequible y a largo plazo paga menos; y quien lo haga a corto o m¨¢s caro, m¨¢s. El PP, por su parte, propone reducir al 4% el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales para menores de 40 a?os. Vayamos m¨¢s all¨¢: exenciones a rentas bajas adquiriendo primera vivienda; y tambi¨¦n bonificaci¨®n del impuesto si quien compra despu¨¦s mantiene el inmueble durante a?os alquilado a precios asequibles.
Y, como guinda: S¨¢nchez plantea un sistema de avales p¨²blicos; Feij¨®o propone que las comunidades aut¨®nomas aseguren los pagos. Aunque diferentes, ambas ideas apuntan a lo mismo: facilitar un mercado de alquiler m¨¢s equitativo, en el que sea el Estado quien asuma riesgos, en lugar de cargarlos sobre propietarios o inquilinos vulnerables.
Moraleja: la crisis de acceso a la vivienda es tan grande que no nos basta con planes planteados desde estrechas miras ideol¨®gicas. Necesitamos mucha m¨¢s ambici¨®n, m¨¢s mestizaje, y menos desencuentros artificiales.
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