La mayor fosa del franquismo comienza a hablar 87 a?os despu¨¦s: ¡°Quiero saber lo que le pas¨® a mi familia¡±

Encarna Bernal tiene 100 a?os y lleva toda su vida buscando a su padre Jos¨¦. El tiempo le ha cansado la memoria y ya no es consciente de que, si su salud aguanta, podr¨ªa estar a punto de conseguirlo. El 27 de octubre una excavadora empezaba a remover la tierra del cuadro de la Virgen de los Dolores del cementerio cordob¨¦s de La Salud, donde entre julio de 1936 y el 1937 se enterr¨® a los represaliados por los sublevados. 87 a?os despu¨¦s, y tras m¨²ltiples retrasos en el inicio de las exhumaciones, por fin han comenzado los trabajos para localizar y tratar de identificar los restos de las 4.000 v¨ªctimas del franquismo que se calcula que yacen en ese camposanto y en el de San Rafael, ambos en la capital cordobesa.

¡°Ha pasado demasiado tiempo¡±, se lamenta Marga Moyano, la hija de Encarna, en conversaci¨®n telef¨®nica desde Barcelona, donde ambas residen. ¡°Mi abuelo trabajaba en el C¨ªrculo Mercantil, y era el secretario del sindicato de camareros. Lo detuvieron all¨ª el 28 o el 29 de julio y lo fusilaron el 5 de agosto del 36. No tenemos certificado, pero ese fue el d¨ªa en el que le dijeron a mi abuela que no volviera m¨¢s a visitarlo a la c¨¢rcel¡±, explica. Su madre ten¨ªa 12 a?os entonces y participaba como mascota y presentadora de eventos en el movimiento pioneros, organizaciones juveniles comunistas. ¡°Ella siempre quiso saber y nunca nos ocult¨® lo que vivi¨® en la guerra¡±, cuenta. Viv¨ªan cerca del cementerio . ¡°Los tiros se o¨ªan desde casa de mi abuela, hasta es posible que escucharan los que asesinaron a su marido sin saberlo¡±, a?ade.

Las investigaciones apuntan a que bajo la tierra de los cementerios de La Salud y San Rafael se extienden las fosas con m¨¢s represaliados del franquismo, muchos fusiladas en el arranque de la guerra y otros fallecidas despu¨¦s en la c¨¢rcel. ¡°Hemos identificado a 2.203 v¨ªctimas, que son las que aparecen con nombres y apellidos en el archivo provincial. Ahora son los profesionales los que deben hacer su trabajo para saber qui¨¦nes fueron los otros 2.000¡å, explica Antonio Deza, presidente de la asociaci¨®n memorialista Dejadnos llorar, una de las principales impulsoras de los trabajos de exhumaci¨®n . La Salud y San Rafael no solo son notorios por el n¨²mero de asesinados que albergan, sino por su procedencia. Adem¨¢s de toda la provincia de C¨®rdoba y todo el territorio andaluz, tambi¨¦n yacen cuerpos de otras 34 provincias de Espa?a, adem¨¢s de extranjeros de hasta 15 nacionalidades.

Las fosas encierran a v¨ªctimas asesinadas entre el inicio de la guerra y 1945. ¡°C¨®rdoba fue una de las provincias donde la represi¨®n fue m¨¢s cruenta. La mayor parte del territorio cay¨® en manos de los sublevados muy pronto, pero en el norte se mantuvo un frente activo que fue el ¨²ltimo en caer. Eso explica que haya fallecidos de tantas provincias, porque el ej¨¦rcito republicano se nutr¨ªa de soldados que ven¨ªan del resto de Espa?a¡±, explica Francisco Acosta, profesor titular de Historia Contempor¨¢nea de la Universidad de C¨®rdoba.

El presupuesto destinado a las exhumaciones asciende a 1,2 millones de euros, costeados a trav¨¦s de un convenio firmado en 2020 entre el Gobierno de Espa?a, la Junta de Andaluc¨ªa, la Diputaci¨®n y el Ayuntamiento de C¨®rdoba cuya ejecuci¨®n se ha ido demorando. ¡°Que empiecen es muy importante para los familiares, tambi¨¦n para los que han fallecido mientras esperaban a saber en estos a?os ?C¨®mo puede ser que C¨®rdoba pueda tener una de las mayores fosas comunes del mundo y que hayan pasado 87 a?os sin hacer nada?¡±, se?ala Deza.

Familias marcadas por la Guerra Civil

Es lo que le pas¨® al padre de Loli Ram¨ªrez. ¡°Me voy a morir sin saber d¨®nde est¨¢ mi t¨ªo¡±, le dijo una semana antes de fallecer, en 2017, con 89 a?os. Justo una semana despu¨¦s localiz¨® no uno, sino dos certificados de defunci¨®n de su t¨ªo abuelo Germ¨¢n Ram¨ªrez. ¡°Uno dice que lo fusilaron el 13 de junio del 39 y otro afirma que se lo encontraron asfixiado en la c¨¢rcel el 14 de junio de ese mismo a?o, un d¨ªa despu¨¦s¡±, cuenta Ram¨ªrez. La Guerra Civil marc¨® a su familia. ¡°A mi abuelo lo condenaron a muerte, pero lo eximieron despu¨¦s, a uno de sus hermanos lo soltaron cuando se dieron cuenta de que estaba enfermo del coraz¨®n ; otro salt¨® del cami¨®n, se hizo pasar por tonto y huy¨® a Marruecos. A mi t¨ªo Germ¨¢n lo detuvieron con 25 a?os porque ¡®ten¨ªa dudosas ideas marxistas¡¯ y lo condenaron a la pena capital el 27 de abril del 39¡å, relata su sobrina-nieta, que tiene otra t¨ªa abuela por parte de madre enterrada en San Rafael. ¡°Tambi¨¦n la est¨¢n buscando sus nietas¡±, explica.

Jos¨¦ L¨®pez Tejero tambi¨¦n tiene enterrado a su abuelo en La Salud y a su t¨ªo en San Rafael. Otra familia a la que la Guerra Civil trastoc¨® la vida. ¡°El 41 fue un a?o nefasto porque fue cuando murieron los dos¡±, explica. A su abuelo, Juan L¨®pez Guisado, lo detuvieron en Posadas simplemente por ser el padre de hijos comunistas. ¡°Fue al comienzo de la guerra, luego lo soltaron y despu¨¦s volvieron a meterlo en la c¨¢rcel, donde muri¨® por neumon¨ªa sin ser juzgado¡±, explica. Su t¨ªo, tambi¨¦n Juan, era comisario pol¨ªtico del PCE y fue detenido en Chinchilla (Albacete) en el 39. ¡°Su consejo de guerra dur¨® bastante porque lo confundieron con otro que se llamaba igual. Falleci¨® tambi¨¦n en la c¨¢rcel, pero no sabemos por qu¨¦ o de qu¨¦ porque aparece tachado en el certificado¡±, explica. ¡°Mi abuelo estuvo en un campo de concentraci¨®n tras la Batalla del Ebro¡±, cuenta. Otro de sus t¨ªos escap¨® a Francia y el cuarto fue liberado por tener problemas de salud. ¡°Lo que quiero es saber qu¨¦ le pas¨® a mi familia¡±, pide Tejero.

Esa es la tarea que ahora le corresponde a Daniel Garc¨ªa Quiroga, doctor en Arqueolog¨ªa de la Universidad de Granada y coordinador de los trabajos de exhumaci¨®n en el cementerio de La Salud. ¡°La primera fase del trabajo es delimitar la fosa para despu¨¦s establecer la cronolog¨ªa, buscar los restos y tratar de cotejarlos con los testimonios orales e investigaciones, adem¨¢s de las muestras de ADN, para tratar de darles identidad¡±, explica Garc¨ªa Quiroga. ¡°Entre el 36 y el 37 tenemos unas 1.000 v¨ªctimas con nombres y apellidos, pero la base de la represi¨®n era el ocultamiento por lo que puede haber muchos m¨¢s¡±, abunda el arque¨®logo.

Su colega Carmen Romero va a estar al cargo de los trabajos en San Rafael, de menor envergadura. ¡°Las transformaciones en el cementerio hacen que vayamos a encontrar restos posteriores a 1939. Estamos hablando de una fosa com¨²n de grandes dimensiones con restos pertenecientes a personas que tuvieron un juicio sumar¨ªsimo y fueron condenados a morir fusilados y los que murieron en prisi¨®n. Esos ser¨¢n los m¨¢s dif¨ªciles de identificar¡±, indica. Romero no quiere avanzar cu¨¢ntas v¨ªctimas pueden hallar porque no hay documentaci¨®n espec¨ªfica: ¡°Ser¨ªa aventurar¡±.

Pico Reja como ejemplo

Ram¨ªrez y Tejero asistieron el domingo 22 de octubre al homenaje de las asociaciones memorialistas a las v¨ªctimas en el cementerio de La Salud. Un acto simb¨®lico para poner un punto y final a su larga labor de impulso para abrir las fosas. Pero van a estar vigilantes para que los trabajos no solo se ci?an a la exhumaci¨®n, sino que permitan arrojar luz sobre c¨®mo fue la represi¨®n. ¡°Si esto solo se limita a un trabajo de exhumaci¨®n, la verdad no va a conocerse por completo. Lo que aqu¨ª pas¨® forma parte del patrimonio cordob¨¦s, es una herramienta para evitar que se cometan errores del pasado¡±, afirma Mar T¨¦llez, portavoz del Foro Ciudadano para la Recuperaci¨®n de la Memoria Hist¨®rica en Andaluc¨ªa.

El ejemplo est¨¢ en Pico Reja, la fosa del cementerio de San Fernando en Sevilla que ha permitido certificar la crueldad de los sublevados sobre la poblaci¨®n. Entre las asociaciones memorialistas hay cierto recelo sobre la relevancia hist¨®rica y social que el Ayuntamiento cordob¨¦s, gobernado por el PP, vaya a darle a las exhumaciones de La Salud y San Rafael.En la reuni¨®n que mantuvieron con el consistorio consiguieron arrancar el compromiso para la creaci¨®n de una oficina de la memoria que intermedie con los familiares. ¡°Si el Ayuntamiento no lo hace, nosotros elaboraremos nuestros folletos para explicar lo que pas¨® all¨ª¡±, advierte Luis Naranjo, presidente del Foro por la Memoria Hist¨®rica. ¡°La oficina deber¨ªa estudiar c¨®mo fue la represi¨®n y c¨®mo murieron las v¨ªctimas¡±, sostiene Carmen S¨¢nchez, presidenta de la plataforma Comisi¨®n de la Verdad.

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Ram¨ªrez y Tejero est¨¢n esperando a que se confirme si se levantar¨¢ un columbario para honrar a los represaliados, como en Pico Reja y decidir entonces qu¨¦ hacer si encontraran a sus antepasados. Mayoral ha perdido la esperanza de localizar a su abuelo. ¡° Nos han enga?ado mucho¡±, sostiene, atendiendo a la demora en el arranque de las exhumaciones y en la tardanza en el cotejo de ADN en el caso de otras fosas. Deza piensa en el futuro: ¡°Si con esto se aporta un granito de arena para la paz de las nuevas generaciones, el esfuerzo habr¨¢ merecido la pena¡±.