El AMB propone que los veh¨ªculos con etiqueta amarilla no puedan entrar en Barcelona en 2022

La Zona de Bajas Emisiones (ZBE) de Barcelona veta desde comienzos de este a?o a los coches y motos m¨¢s contaminantes, los que no tienen etiqueta ambiental de la Direcci¨®n General de Tr¨¢fico (DGT). Para dar una vuelta de tuerca en la lucha contra la contaminaci¨®n, el ?rea Metropolitana de Barcelona (AMB), propone en el plan de movilidad que ha aprobado este martes, que a partir de 2022 tampoco puedan entrar a la capital los veh¨ªculos que tienen etiqueta amarilla.

Este distintivo, que clasifica los veh¨ªculos en funci¨®n de sus emisiones, incluye los turismos y furgonetas di¨¦sel matriculados desde enero de 2006 con las normas Euro 4 y 5, considerados contaminantes por el uso de este combustible. El nuevo veto no afectar¨ªa a los coches y motos de los vecinos residentes en la ciudad.

El vicepresidente de Movilidad del AMB, Antoni Poveda, entiende que ser¨ªa sencillo aplicar esta nueva restricci¨®n mientras no se toma la decisi¨®n sobre la creaci¨®n de un peaje de congesti¨®n. Una idea en la que el organismo apuesta por reconvertir los actuales peajes en los accesos a Barcelona cuando finalicen las concesiones vigentes en los pr¨®ximos meses. ¡°El peaje no resolver¨¢ el problema que tenemos, no se har¨¢ en los pr¨®ximos tres a?os y tapa todos los debates. Mientras tanto, podr¨ªamos poner en marcha otras actuaciones¡±, ha afirmado.

El Plan Metropolitano de Movilidad Urbana 2019-2024, aprobado con los votos a favor de todos los grupos y la abstenci¨®n de Ciutadans y Barcelona pel Canvi, tambi¨¦n prev¨¦ desplegar nuevas Zonas de Bajas Emisiones en los municipios metropolitanos. Ahora, de 36 ciudades, solo Barcelona y los cuatro de su entorno vetan la circulaci¨®n de los coches m¨¢s contaminantes. Y solo dos m¨¢s tienen previstas ZBE, Sant Cugat y Sant Joan Desp¨ª.

El plan contempla 120 medidas que buscan conseguir una movilidad m¨¢s saludable, sostenible, eficiente, equitativa y en la que lo p¨²blico tenga un papel importante. El objetivo final es ambicioso: reducir a la mitad la poblaci¨®n expuesta a una contaminaci¨®n superior a la que fija la Uni¨®n Europea. Adem¨¢s prev¨¦ reducir las emisiones de CO2 derivadas de la movilidad un 5% o que el porcentaje de desplazamientos en coche privado en d¨ªa laborable pase del 30% al 27%. Sin embargo, la inmensa mayor¨ªa de acciones no dependen del AMB, sino que deben ejecutarlas de los Ayuntamientos u bien de otras administraciones, como la Generalitat o el Gobierno espa?ol.

Entre las actuaciones que dependen solo del organismo metropolitano figuran la renovaci¨®n de la flota de autobuses, incrementar la red de carriles bici, fomentar la ciclolog¨ªstica para la entrega de ¨²ltima milla de mercanc¨ªas, o impulsar la construcci¨®n de aparcamientos junto a estaciones de tren, se?ala Poveda.

El estrecho margen de actuaci¨®n del AMB se observa al mirar el presupuesto del plan. Su coste a seis a?os vista, sin infraestructuras, es de 1.350 millones, de los que el organismo aportar¨ªa el 27%. El coste del plan con infraestructuras roza los 10.300 millones, de los que el AMB solo aportar¨ªa el 4%.

Ello se explica porque el plan contempla el desarrollo de carriles exclusivos para buses o coches con m¨¢s de dos ocupantes, en la red viaria y ferroviaria de personas y mercanc¨ªas o en la programaci¨®n y gesti¨®n del tr¨¢fico.