¡°Los da?os colaterales de la pandemia est¨¢n por venir¡±
El centro de salud del barrio del Bes¨°s de Barcelona sortea la segunda ola haciendo malabares para tratar la covid-19 sin desatender otras patolog¨ªas
Rafael no se quita el sombrero ni en la consulta. Ana, su cuidadora, se lo levanta apenas un momento para que el m¨¦dico le realice un test de ant¨ªgenos. Por la auscultaci¨®n previa, parece una reagudizaci¨®n de su cuadro respiratorio habitual, pero lleva un tiempo con tos y hay que descartar la covid-19. En un consultorio del centro de atenci¨®n primaria (CAP) Bes¨°s de Barcelona, el anciano, de 96 a?os, se revuelve enfadado en la silla de ruedas cuando el doctor Gerard Su¨¢rez le toma una muestra nasofar¨ªngea. ¡°No he tosido en toda la noche. He venido aqu¨ª porque me han tra¨ªdo¡±, protesta contrariado mientras abandona la consulta antitabaco, ahora reconvertida en espacio covid.
La pandemia no ha dado tregua a la atenci¨®n primaria, puerta de entrada al sistema sanitario. Desde los primeros meses, cuando el aluvi¨®n de pacientes con sospecha de covid-19 oblig¨® a frenar la actividad habitual de los CAP, hasta el verano, en el que la atenci¨®n primaria asumi¨® tambi¨¦n el rastreo y control de casos y contactos. La segunda ola ha pillado a los profesionales de los CAP m¨¢s experimentados con la covid-19, pero tambi¨¦n m¨¢s exhaustos. Ahora, hacen encaje de bolillos para llegar a todo: atender el goteo de pacientes con sospecha de infecci¨®n por coronavirus, consultar otras patolog¨ªas y recuperar aquellos enfermos sin covid-19 que la pandemia ha hecho esperar.
¡°Las consecuencias de la pandemia, los da?os colaterales de la covid-19 est¨¢n por venir todav¨ªa¡±, advierte Marisol Mayorga, enfermera y directora del CAP Bes¨°s. La pandemia oblig¨® a dejar de lado a muchos pacientes con otras patolog¨ªas y los profesionales temen el impacto de esas demoras en la atenci¨®n. M¨¢xime en un barrio de alta complejidad como el Bes¨°s, donde la crisis sanitaria confluye con otra econ¨®mica en una tormenta perfecta que pone contra las cuerdas la salud de muchos vecinos.
¡°Ahora que estamos m¨¢s tranquilos, se est¨¢n repescando todos los pacientes diab¨¦ticos. En mi consulta, los an¨¢lisis que estamos haciendo de los pacientes est¨¢n peor que los ¨²ltimos que se hab¨ªan hecho. Realmente s¨ª ha habido un empeoramiento de su situaci¨®n¡±, se?ala Roser Masa, m¨¦dica y adjunta a la direcci¨®n del centro. En un barrio socialmente deprimido, ¡°donde los ERTE han hecho mucho da?o¡±, admiten los sanitarios, la ansiedad es ya el primer motivo de consulta. Nadie se libra de los da?os colaterales de la pandemia. ¡°Y en la poblaci¨®n mayor est¨¢ habiendo un deterioro cognitivo. Estar encerrados, no tener centros c¨ªvicos ad¨®nde ir, no tener relaciones sociales, esa falta de red social al no poder salir a la calle... Todo eso ha implicado que se acelere el deterioro cognitivo¡±, tercia Mayorga.
Encajonada entre varios bloques en pleno centro del barrio, la puerta de entrada del CAP marca el doble circuito de entrada en urgencias: patolog¨ªa respiratoria, a la derecha; otras dolencias, a la izquierda, bajo las escaleras. Hay que prevenir contaminaciones cruzadas y, en el lado covid, el centro ha habilitado una salida de emergencia para que entren por ah¨ª los contactos estrechos de casos positivos a hacerse las pruebas diagn¨®sticas. El CAP Bes¨°s, en el que trabajan 76 profesionales, es el centro de referencia para 26.000 vecinos de un barrio que las ha pasado ¡ªy las pasa¡ª canutas. Si el ¨ªndice de renta medio de Barcelona es 100, el del Bes¨°s es 60,4. El paro es del 11% y un tercio de la poblaci¨®n del vecindario son migrantes.
En la zona no covid, la enfermera Isabel Mart¨ªnez atiende a Joana L¨®pez, de 24 a?os. Tiene una infecci¨®n de orina. ¡°Tampoco hay tanto colapso. Yo he llamado y me han atendido r¨¢pido¡±, asegura la joven. Pero los profesionales temen que, con la pandemia mediante, no est¨¦n llegando a todo el vecindario. Sobre todo, tras meses de atenci¨®n preferentemente telem¨¢tica para reducir los riesgos de contagio. ¡°No hemos sabido transmitirles que estamos abiertos y estamos aqu¨ª. Que pueden venir y los podemos visitar. Hemos apostado por hacer visitas presenciales, pero no se cubren. Por desconocimiento y por el miedo de algunos pacientes, que no consideran que esto sea un espacio seguro¡±, lamenta Mayorga.
La covid-19 no es lo que m¨¢s preocupa en este CAP de Barcelona. Visitan unos 40 pacientes con patolog¨ªa respiratoria y hacen una treintena de pruebas diagn¨®sticas a contactos estrechos cada d¨ªa. Pero los grandes problemas siguen siendo otros. ¡°La covid m¨¢s o menos la tenemos controlada. Nos preocupa m¨¢s el resto de la poblaci¨®n. Que el trabajo que est¨¢bamos haciendo, se pierda¡±, apostilla Masa. Se refiere a la atenci¨®n comunitaria, los programas preventivos como Salut i Escola o las consultas antitabaco. ¡°Si enfocas todo a covid, olvidas todo el resto. Hay que poner ¨¦nfasis en el paciente cr¨®nico, la diabetes, la hipertensi¨®n¡±, insiste Sergi Castell¨¢, referente de gesti¨®n y servicios del centro.
Poder seguir atendiendo correctamente a pacientes complejos, como Rafael, que tiene mucho m¨¢s que una sospecha de covid-19, es clave. Incluso en pandemia. ¡°Ha llegado el momento de que la covid-19 se adapte a nosotros y no nosotros a ella¡±, zanja Mayorga.
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