El regreso de la ninfa domadora de focas
El TNC estrena una nueva versi¨®n de ¡®Galatea¡¯, de Josep Maria de Sagarra, a cargo de Rafel Duran
Regresa Galatea, la domadora de focas con nombre de ninfa protagonista (y t¨ªtulo) de una de las obras m¨¢s famosas de Josep Maria de Sagarra. Y vuelve, ahora en la piel de M¨ªriam Iscla, para vivir de nuevo sus vicisitudes amargas en un mundo ¨¢spero de posguerra, en el que el arte se contrapone al dinero y el capitalismo, acompa?ada de personajes tan inolvidables como ella (el payaso Jeremies, el carnicero Samson), en un montaje del director Rafel Duran que se estrena en la Sala Petita del Teatre Nacional de Catalunya (TNC) el jueves.
Galatea, obra estrenada en 1948 en el Teatre Vict¨°ria de Barcelona, donde fue mal recibida por la cr¨ªtica que no entendi¨® que Sagarra abandonara el estilo que lo hab¨ªa hecho tan popular para adentrarse, como se?alaba el propio autor, en caminos teatrales nuevos ¡°m¨¢s acordes con el clima espiritual de nuestros tiempos¡±, ya pudo verse anteriormente en 1998 en la Sala Gran del TNC de la etapa de Dom¨¨nec Reixach, donde la encarn¨® nada menos que Anna Lizaran en un montaje de Ariel Garc¨ªa Vald¨¦s con Francesc Orella, Pere Arquillu¨¦, Joan Carreras o Montserrat Salvador. En la nueva versi¨®n, figuran junto a a Iscla Nausicaa Bonn¨ªn (como la hija de Galatea, Eug¨¨nia), Roger Casamajor (Jeremies), Borja Espinosa (Samson) o Jordi Llovet (Gan¨ªmedes). La escenograf¨ªa, ¡°minimal y s¨®rdida¡±, que sugiere la destrucci¨®n y reconstrucci¨®n de Europa con un andamio, es de Rafel Llad¨®, y el vestuario de Nina Pawlowski.
El actual director del TNC, Xavier Albert¨ª, justific¨® la recuperaci¨®n de la obra por su calidad de ¡°obra maestra¡± de Sagarra y por ser ¡°una de las grandes creaciones de la dramaturgia europea del siglo XX¡±. Albert¨ª se?al¨® en la presentaci¨®n del espect¨¢culo c¨®mo a Sagarra ¡°le debemos la segunda gran ola de creaci¨®n de p¨²blico en Catalu?a¡± tras la que supusieron Pitarra y Guimer¨¤, y subray¨® la clar¨ªsima influencia en Galatea no s¨®lo del existencialismo, del realismo teatral estadounidense o de Pirandello, sino de Bertolt Brecht. Realmente la historia de la domadora de focas que vende sus tres pinn¨ªpedas artistas a un ambicioso carnicero al alza para que las convierta en salchichas en medio de las penurias del mundo del circo y los artistas tras la Segunda Guerra Mundial tiene un eco del fundador del Berliner Ensemble.
Galatea, reflexion¨® Albert¨ª, que arranca con la gran devastaci¨®n europea tras la contienda, las ruinas y refugiados, marca un camino que no es el salv¨ªfico del infierno a la redenci¨®n sino el bastante sartreano ¡°del infierno a la aceptaci¨®n del infierno¡±.
Rafel Duran explic¨® que hacer Galatea en estos tiempos de pandemia y falta de confort social les ha permitido acercarse y conectar con un clima de la posguerra que se caracterizaba como el de ahora por ¡°la incerteza, el miedo y las muertes¡±. Record¨® que Josep Maria de Sagarra aboc¨® en la obra vivencias personales relacionadas con su propia experiencia de la guerra y el exilio, y destac¨® las muchas capas de un texto que trata de la decadencia, de la amistad, de la familia como troupe, y en el que se confronta el circo, como s¨ªmbolo del arte total y del idealismo, al capitalismo en su versi¨®n m¨¢s desenfrenada de posguerra. Si al primero lo representan defensores del arte como Galatea o Jeremies, a la ambici¨®n del segundo le dan cuerpo Eug¨¨nia y sobre todo ese H¨¦rcules Hip¨®lito Samson que pasa del mandil sanguinolento de la carnicer¨ªa a la cartera del burgu¨¦s capitalista digno de las pinturas de Grosz. ¡°Sagarra era un gran esc¨¦ptico de la Europa de la posguerra¡±, apunt¨® Duran.
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