Aturdidos por Bruckner en la Sagrada Familia
La Filarm¨®nica de Viena y Christian Thielemann interpretaron su ¡®Cuarta Sinfon¨ªa¡¯ en dura lucha contra la ac¨²stica del templo de Gaud¨ª en Barcelona
Ni fue un concierto normal, ni pod¨ªa serlo. Interpretar la Cuarta Sinfon¨ªa, Rom¨¢ntica, de Anton Bruckner, en la bas¨ªlica de la Sagrada Familia es, ante todo, un desaf¨ªo musical de primer orden, pero, tambi¨¦n, un evento formidable. As¨ª lo afrontaron la Orquesta Filarm¨®nica de Viena y el gran director alem¨¢n Christian Thielemann, un t¨¢ndem de lujo en el circuito internacional, con especial relevancia en la interpretaci¨®n bruckneriana. En dura lucha contra las condiciones ac¨²sticas del monumental templo modernista, se dejaron la piel ante un p¨²blico tan aturdido como ellos ante las dimensiones y la fantas¨ªa arquitect¨®nica de Antoni Gaud¨ª.
Con la amenaza constante de lluvias intensas, el p¨²blico que acced¨ªa de forma escalonada a la bas¨ªlica ¡ªalrededor de mil invitados¡ª no dejaba de mirar al cielo con el paraguas a punto. Nada m¨¢s pisar el interior del sacro recinto, segu¨ªan mirando al cielo, esta vez al cielo arquitect¨®nico de Gaud¨ª, un derroche de fantas¨ªa que tambi¨¦n dej¨® anonadados a los filarm¨®nicos vieneses ¡ªen sus filas, como m¨²sico invitado, se encontraba el trombonista espa?ol Alberto Bonillo¡ª y al cotizado director alem¨¢n.
Nunca deja de sorprender Thielemann, bregado en mil batallas brucknerianas y fascinado por el simbolismo del universo gaudiniano. Contemplaba las dimensiones de ese bosque misterioso de columnas, ba?ado por la luz a trav¨¦s de sus vidrieras y cargado de s¨ªmbolos apost¨®licos. Pero le preocupaban la ac¨²stica y sus efectos letales para la m¨²sica sinf¨®nica, pues la reverberaci¨®n se prolonga hasta 13 segundos y el eco tapa, difumina y distorsiona cualquier atisbo de transparencia sonora.
Antes de lanzarse al mundo bruckneriano, ofrecieron el estreno mundial de Elysium, una pieza del compositor canadiense Samy Moussa (Montreal, 1984) de factura muy cinematogr¨¢fica y artificiosa orquestaci¨®n que calde¨® el ambiente sin dejar profunda huella.
En un auditorio, probablemente Thielemann y la Filarm¨®nica de Viena habr¨ªan conmocionado al p¨²blico por la belleza y la calidad del sonido desde el m¨¢gico inicio de la sinfon¨ªa, con la transparencia en el tr¨¦molo de las cuerdas que, desde el silencio absoluto, crea la atm¨®sfera adecuada para la entrada de la trompa, la clave que prefigura el final de la partitura, seg¨²n manifestaba Sergiu Celibidache. Sin este s¨®lido fundamento, dec¨ªa el gran director rumano, toda la catedral sonora construida por Bruckner se hunde. Curiosamente, Thielemann apost¨® por acelerar los tempi en lugar de ralentizarlos. A?adi¨® tensi¨®n interna y la potencia sonora nos dej¨® aturdidos.
En directo se vivi¨® una experiencia singular, un ins¨®lito punto de uni¨®n entre la m¨²sica rom¨¢ntica de Bruckner ¡ªla Filarm¨®nica de Viena estren¨® la Cuarta Sinfon¨ªa en 1881 bajo la direcci¨®n del wagneriano Hans Richter¡ª y la arquitectura modernista de Gaud¨ª, que iniciaba en 1882 el proyecto de una bas¨ªlica que sigue en construcci¨®n.
Bruckner y Gaud¨ª fueron coet¨¢neos y cat¨®licos fervorosos, austeros ambos en su vida diaria y lejos de fastos y vanidades. Nada que ver con la pasi¨®n por el lujo y el brillo social de Richard Wagner, al que Bruckner veneraba y cuya influencia en su obra es manifiesta. Fueron dos genios solitarios, obsesionados por el deseo de servir a Dios a trav¨¦s de un arte cargado de misticismo, espiritualidad y amor por la naturaleza.
Entre las distintas ediciones de la Cuarta ¡ªBruckner, siempre inseguro, revisaba y retocaba sus partituras¡ª optaron por la segunda versi¨®n de 1878-1880 en la Edici¨®n Robert Haas para este concierto, que forma parte de los proyectos medi¨¢ticos de la Filarm¨®nica de Viena concebidos para la difusi¨®n masiva por radio y televisi¨®n.
Tras el emblem¨¢tico y muy rentable Concierto de A?o Nuevo, la orquesta organiza un concierto de verano en los jardines del Palacio de Sch?nbrunn de la capital austriaca y, desde 2018, un ciclo patrocinado por la Fondazione Pro Musica e Arte Sacra de Roma en el que interpreta las nueve sinfon¨ªas del compositor de Ansfelden en emblem¨¢ticas catedrales y bas¨ªlicas europeas. El ciclo concluir¨¢ en 2024 con la Novena en la Bas¨ªlica de San Pedro en el Vaticano.
Como espect¨¢culo televisivo, Radiotelevisi¨®n Espa?ola (RTVE) retransmiti¨® el evento ¡ªla presentaci¨®n en directo en la bas¨ªlica estuvo a cargo de la periodista Marga Lluch en un acto previo al concierto en el que el obispo Sergio Gordo pronunci¨® un discurso¡ª en una producci¨®n para la Uni¨®n Europea de Radiodifusi¨®n (UER) que emitir¨¢n m¨¢s de 40 televisiones de todo el mundo.
Trat¨¢ndose de un evento que supone para Barcelona una extraordinaria promoci¨®n despu¨¦s del par¨®n de la covid-19, result¨® muy decepcionante la tibia representaci¨®n institucional, con la asistencia de la consejera de Justicia, Lourdes Ciur¨®, y el primer teniente de alcalde, Jaume Collboni, como representantes del Govern de la Generalitat y el Ayuntamiento de Barcelona.
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