La belleza absoluta de ¡®Pell¨¦as et M¨¦lisande¡¯ se adue?a del Liceo
Josep Pons y ?lex Oll¨¦ firman un fascinante montaje de la genial ¨®pera de Claude Debussy con un reparto de cantantes sin fisuras
El regreso de Pell¨¦as et M¨¦lisande en el mejor montaje que se ha visto en el Gran Teatro del Liceo en muchos a?os -la direcci¨®n musical de Josep Pons es tan fascinante como la on¨ªrica puesta en escena de ?lex Oll¨¦- es un ¨¦xito art¨ªstico de primer orden solo empa?ado por los pobres resultados en taquilla. La genial ¨®pera de Claude Debussy, basada en el drama hom¨®nimo de Maurice Maeterlinck, es una obra de culto que marca un punto y aparte en la moderna historia del g¨¦nero oper¨ªstico. No es de f¨¢cil acceso, y eso explica tanto la floja asistencia como la fuga de espectadores tras el primer acto-, pero cuando conectas con su enigm¨¢tica y po¨¦tica belleza, descubres un nuevo mundo expresivo de inmensa riqueza.
Aunque la huella de Parsifal planea en muchos momentos, Debussy se aleja de la est¨¦tica wagneriana y abre nuevas perspectivas tanto en el tratamiento vocal -una declamaci¨®n cantada sujeta a las inflexiones de la lengua francesa y al servicio de la po¨¦tica simbolista de Maeterlinck- como en el protagonismo de una orquesta de refinados matices, colores y latidos r¨ªtmicos
Es un ¨®pera de belleza absoluta que no se parece a ninguna otra -austera en la forma, exuberante en su caudal po¨¦tico y musical- y no admite median¨ªas, ni en el foso ni en la orquesta y el equipo vocal. Ante semejante reto, la orquesta del Liceo da la talla bajo la transparente, limpia y precisa direcci¨®n de Pons, al frente de una orquesta concentrada y detallista. Al ¨¦xito contribuye un elenco vocal de lujo, con la soprano Julie Fuchs, el tenor Stanislas de Barbeyrac y el bar¨ªtono Simon Keenlyside otorgando carisma y expresividad al tri¨¢ngulo amoroso formado por M¨¦lisande, Pell¨¦as y su celoso hermanastro Golaud.
La puesta en escena de Oll¨¦ es imponente. Se trata de una revisi¨®n de la producci¨®n que estren¨® en 2015 en la Semperoper de Dresde y refuerza la dimensi¨®n on¨ªrica de la ¨®pera. Hay escenas de est¨¦tica af¨ªn al universo cinematogr¨¢fico de David Lynch en la atm¨®sfera oscura y el erotismo latente de una historia de amor y muerte que Oll¨¦ narra en un espacio esc¨¦nico que exalta el car¨¢cter simb¨®lico de la ¨®pera.
La escenograf¨ªa de Alfons Flores es una obra de arte: una caja gigantesca sobre una plataforma giratoria que muta su aspecto, tan pronto muro impenetrable como mansi¨®n cuyas habitaciones se van iluminando -gran trabajo de Marco Filibeck y Lluc Castells en el dise?o de luces y vestuario- en r¨¢pidos cambios de escena.
Los personajes se mueven continuamente, entre aguas g¨¦lidas y un bosque amenazador, como una tela de ara?a en la que M¨¦lisande queda atrapada por su perseguidor, un Golaud violento y maltratador, cegado por los celos, que el bar¨ªtono Simon Keenlyside perfila con imponente presencia esc¨¦nica. Cuando Golaud mata de dos disparos a Pell¨¦as, Oll¨¦ detiene la m¨²sica. La madre descubre el cad¨¢ver y ordena que los sirvientes se lo lleven: el silencio, roto por el chapoteo del agua y el dolor mudo se adue?an del escenario. Un momentazo teatral.
Julie Fuchs triunfa en su primera M¨¦lisande, de pureza vocal y exquisita dicci¨®n, suave e intensa cuando la tensi¨®n po¨¦tica revela su agitaci¨®n interna. Irradia luz, carisma y belleza. A su lado, el tenor Stanislav de Barbeyrac se deja guiar por la musicalidad que respira el texto y la carga po¨¦tica que irradia la m¨²sica.
La mezzosoprano Sarah Connolly y el bajo Franz-Josef Selig otorgan car¨¢cter y emoci¨®n a Genevi¨¨ve y Arkel con notabil¨ªsimos medios vocales. Completan con acierto un reparto sin fisuras la soprano Ruth Gonz¨¢lez, en el dif¨ªcil papel del peque?o y maltratado Yniold, y el bajo Stefano Palatchi como m¨¦dico.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.