Imma Mayol: ¡°Siento orgullo de las pol¨ªticas del agua del Tripartito¡±

Imma Mayol aguarda en una esquina de la calle T¨¢nger, junto los jardines de Can Framis, en Barcelona. Vive en el Poble Nou y explica que disfruta como nunca del silencio y de la calidad de vida. Ser¨¢ o no porque es agosto pero la realidad es que se respira paz en esta zona de la ciudad, junto a una superilla. ¡°No conozco a nadie que viva en una y que quiera irse¡±, dice Mayol, de 64 a?os, con aire juvenil, vestida con un mono de color rosa. Tras ser una relevante teniente de alcalde ecosocialista en Barcelona a principios de siglo, Mayol pasa desapercibida. Y se siente feliz con ese anonimato y el paso atr¨¢s que dio en 2011 en la pol¨ªtica.

Nacida en Palma y psic¨®loga de formaci¨®n, donde trabaj¨® con temas relacionados con la drogodependencia, Mayol milit¨® muy joven en el PSUC y luego en Iniciativa per Catalunya con quien fue primero 10 a?os diputada en el Parlament -¡°El Pujolismo era una ¨¦poca de pensamiento ¨²nico y me ha recordado un poco ahora que Laura Borr¨¤s se ha envuelto en la senyera¡±- y otra d¨¦cada edil. Tras 20 a?os, puso punto final a la pol¨ªtica institucional. ¡°A veces no hace falta ni quemarte. Ten¨ªa 53 a?os y ganas de hacer otras cosas. La exposici¨®n medi¨¢tica cansa. Me gusta pasear y que no se acuerden de m¨ª¡±, dice. Militante de los comunes, no todo el mundo se olvid¨® de ella. Eloi Badia, edil de emergencia clim¨¢tica de Barcelona, la fich¨® en 2019 para asumir el ¨¢rea de ecolog¨ªa del ?rea Metropolitana donde dirige la gesti¨®n de agua, residuos, la transici¨®n energ¨¦tica y educaci¨®n ambiental. El ¨¢rea se ocupa del abastecimiento de 23 de los 36 municipios de la corona barcelonesa y del agua regenerada.

El ciclo parece cerrarse porque dej¨® el Ayuntamiento como regidora del ramo -gestionaba las aguas fre¨¢ticas y el saneamiento del alcantarillado- y se enfrenta ahora a un momento cr¨ªtico por la emergencia clim¨¢tica. Por en medio, queda casi una d¨¦cada en la que trabaj¨® seis meses en Agbar ¡ª¡±No era lo m¨ªo¡±¡ª; en la Fundaci¨®n Esplai y como gerente de 2015 a 2019 de la empresa municipal de agua de Palma tras ficharla la l¨ªder de Mes, Neus Truyol. ¡°Me hab¨ªa ido con 20 a?os y ten¨ªa la asignatura vital pendiente de volver a vivir en mi ciudad¡±, explica. Fueron los a?os ¨¢lgidos del proc¨¦s y celebr¨® estar fuera: ¡°Lo viv¨ª muy mal. Todo se polarizaba. Sent¨ª hartazgo¡±, afirma se?alando que nadie deber¨ªa haber acabado en prisi¨®n y defendiendo el refer¨¦ndum en el que cree que ganar¨ªa el ¡°no¡±. Guarda un grato recuerdo de su paso por Palma por el impulso del saneamiento de la bah¨ªa y de la construcci¨®n de una depuradora. La fiscal no lo ve as¨ª: le pide a ella, a la edil y tres t¨¦cnicos, tres a?os de prisi¨®n por inactividad y da?o medioambiental. No le quita el sue?o: ¡°Hago caso a mi abogado: me dijo que en un proceso penal hay que tener salud mental porque acostumbran a ser largos. Y a acabar bien¡±.

Tiene la sensaci¨®n de que la historia les ha hecho justicia. Con la crisis clim¨¢tica en medio del debate pol¨ªtico, Mayol, con una relaci¨®n fluida con el Departament de Acci¨®n Clim¨¢tica de la Generalitat, reivindica las pol¨ªticas de gesti¨®n del agua del Tripartito que, ahora, recalca, garantizan que no haya restricciones del consumo dom¨¦stico del agua. No duda que en 2008, durante la gran sequ¨ªa, hubo un cambio de paradigma y de concienciaci¨®n ciudadana para no malgastar agua. ¡°Visto con perspectiva, me siento muy orgullosa. El primer tripartito puso las bases y el segundo las ejecut¨®¡±, dice en alusi¨®n a su apuesta por las desaladoras, el aprovechamiento de pozos y evitar fugas en la red frente a la idea del trasvase del R¨®dano defendida por CiU. ¡°Nuestra propuesta era m¨¢s barata y no depend¨ªamos de nadie¡±, recuerda. ¡°Sufrimos mucho esa ¨¦poca. Defendemos lo mismo desde hace 30 a?os. Ten¨ªamos raz¨®n. Ya no hay discursos tan despectivos como aquellos de: ¡®Ah, estos son los de los ocellets¡¯¡±.

Partidaria del modelo de ciudad de Ada Colau, Mayol afirma sentirse un eslab¨®n de m¨¢s de una corriente hist¨®rica de la izquierda en Barcelona, que ha preconizado que el coche no sea el rey del mambo, que ha apostado por peatonalizar la ciudad y por dignificar y el reequilibrio del espacio p¨²blico. ¡°Ya quer¨ªa tener Manhattan el espacio p¨²blico de Barcelona¡±, dice. No todo son flores: el tiempo le ha dejado regustos amargos y tragarse alg¨²n sapo. Por ejemplo, el ¨¢rbol de Navidad a pedales, que cost¨® 240.000 euros ¡ª¡±No fue cosa m¨ªa: fue del PSC y el gerente. Me importaba un r¨¢bano¡±¡ª. O tener que asumir como alcaldesa accidental el desalojo de unos inmigrantes cuando sus socios socialistas no hab¨ªan pactado su reubicaci¨®n. O el tiempo perdido por la consulta, exigida por ERC, por el tranv¨ªa de la Diagonal.

Abuela de cuatro nietos -eso tambi¨¦n la anim¨® a regresar a Barcelona-, Mayol ve cerca la jubilaci¨®n. Echa de menos en los pol¨ªticos coraje y tener la espalda m¨¢s ancha. Dice sin tapujos que los l¨ªderes del proc¨¦s huidos de la justicia espa?ola no son exiliados ¡ª¡±Ni lo son ni tampoco presos pol¨ªticos. Tengo mucho respeto por la gente que sufri¨® el exilio¡±¡ª y que no le desagrad¨® nada que Colau repitiera como alcaldesa por los votos de Manuel Valls ¡ª¡±?l no quer¨ªa un alcalde independentista y tuvo un discurso de estadista franc¨¦s¡±¡ª. Vivi¨® el paso del PSUC a ICV y reivindica la idea de que la pol¨ªtica y la gesti¨®n evolucionan pero que los valores permanecen. Pone como ejemplo la superilla. ¡°?Que dicen que se carga el Plan Cerd¨¤? El pensamiento y la realidad cambian. Tampoco quer¨ªan el bicing impulsado por Jordi Hereu. Dec¨ªan: ¡®?No! ?C¨®mo va a haber bicicletas en Barcelona!¡¯ Y la ciudad respondi¨® al minuto uno¡±.

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