Institutos ahogados por las facturas de la luz: ¡°Sin m¨¢s dinero de la Generalitat no podremos pagar la calefacci¨®n¡±
Los centros de secundaria empiezan a recortar gastos, preocupados por la llegada del invierno
El aumento del coste de la luz afecta a familias, empresas¡ y tambi¨¦n a los centros educativos, especialmente los institutos. Las facturas de las escuelas de primaria las asumen los ayuntamientos, pero en los centros de secundaria las pagan ellos de sus presupuestos, en base a lo que reciben de las administraciones. El problema es que casi se ha triplicado el importe de estas facturas y los centros se est¨¢n quedando sin dinero. Muchos han empezado a recortar gastos e incluso alguno ha dejado de pagar alg¨²n recibo. Y se acerca el temido invierno. ¡°Si no recibimos m¨¢s dinero de la Generalitat no podremos pagar la calefacci¨®n¡±, advierte un director del ¨¢rea de Girona, que prefiere no identificarse.
Los presupuestos de los institutos se nutren, principalmente, de la aportaci¨®n de la Generalitat para cubrir los gastos de mantenimiento y de lo que pagan las familias en forma de cuotas, aunque se trate de centros p¨²blicos. La gran parte de los ingresos, normalmente, se lo come los gastos de limpieza, aunque tambi¨¦n suponen un buen mordisco las facturas de los suministros y las tareas de mantenimiento. El problema ha surgido, como en cualquier otra econom¨ªa dom¨¦stica, cuando los gastos se disparan de golpe, pero no entran nuevos ingresos.
Es lo que le ha sucedido a un instituto de Girona, aunque su ejemplo se repite en muchos otros de cualquier territorio. Su director explica que antes de la gran subida de la luz pagaban una factura de unos 1.500 euros cada dos meses. ¡°Hemos llegado hasta los 4.500, y aunque ahora ha bajado un poco, nos ha ahogado¡±, admite este docente, que tambi¨¦n prefiere no identificarse. Han llegado a tal situaci¨®n que incluso se han visto obligados a devolver alguna de las facturas y, con la mirada puesta en el invierno, los temores crecen. ¡°Actualmente los gastos que tenemos superan la dotaci¨®n que recibimos del departamento. As¨ª que si no nos llega m¨¢s dinero de la Generalitat no podremos pagar el gasoil de la calefacci¨®n¡±, admite.
El instituto se halla en un edificio antiguo y con un deficiente aislamiento t¨¦rmico, cosa que aumenta el consumo energ¨¦tico. Tampoco les ayuda, a?aden, una disminuci¨®n en los ingresos. ¡°El a?o pasado ten¨ªamos una dotaci¨®n de gastos por la covid, pero este a?o tenemos menos dinero, pero m¨¢s gasto¡±, incide el docente. Para atajar la salida de dinero, han tenido que recortar otras partidas. ¡°En mantenimiento vamos a m¨ªnimos. Cosas como la pintura o desperfectos peque?os no se est¨¢n arreglando. Si dura mucho tiempo esta situaci¨®n, entonces habr¨¢ una sensaci¨®n de dejadez del centro¡±, lamenta.
La calefacci¨®n preocupa tambi¨¦n en centros ubicados en zonas de monta?a. Desde uno del Pirineo leridano detallan que cuentan con una dotaci¨®n de 70.000 euros, la mitad de la cual se va a limpieza. Por un problema tras el cambio de proveedor de electricidad les lleg¨® una factura de 18.000 euros, que les trastoc¨® todas las previsiones. Los recibos de la luz llegan cada 15 d¨ªas y su importe se ha triplicado. ¡°Con lo que nos da la Generalitat tenemos solo para pagar las facturas¡±, admite el equipo directivo, quien tambi¨¦n prefiere no identificar el centro. En esta zona, el fr¨ªo empiece a arreciar y en octubre ya acostumbran a encender la calefacci¨®n. ¡°Estamos muy preocupados por la factura del gas¡±, a?ade.
No solo los suministros se han encarecido. Tambi¨¦n el material, desde el papel, los bol¨ªgrafos, los borradores... Hasta ahora, muchos centros hab¨ªan echado mano de los remanentes que les quedaban de a?os anteriores para cuadrar los balances. ¡°Pero ya no nos queda, as¨ª que hemos tenido que cerrar el grifo. El contrato de limpieza no lo podemos pagar, as¨ª que hemos tenido que licitarlo de nuevo para bajar el precio. No encendemos todas las luces, ni podemos comprar ciertas cosas, tampoco los robots para hacer rob¨®tica¡ No s¨¦ c¨®mo lo vamos a hacer¡±, expresan preocupados desde este centro pirenaico.
Un instituto en Tarragona explica que la factura de la luz ¡°cada mes es una sorpresa¡±. ¡°Antes pod¨ªas prever qu¨¦ pagabas, pero ahora no puedes contar con una cifra concreta¡±, lamenta la directora. Como en otros casos, tambi¨¦n est¨¢n subsistiendo con los remanentes y ajustando partidas como la de limpieza. ¡°Hemos tenido que recortar, dejar de comprar cosas, pero tambi¨¦n aprender a reutilizar. Es como una econom¨ªa dom¨¦stica¡±, a?ade. Tambi¨¦n esperan que la factura del gas de la calefacci¨®n se dispare y no descartan ¡°tenerla encendida menos horas¡±, aunque no prev¨¦n cambios respecto a a?os anteriores. ¡°Con la pandemia ten¨ªamos las ventanas abiertas, as¨ª que apag¨¢bamos la calefacci¨®n. Alumnos y profesores ¨ªbamos con chaqueta, esto se puede volver a repetir este a?o¡±, asevera con resignaci¨®n.
Aunque el coste ha aumentado para todos, ciertos institutos lo est¨¢n gestionando con menos preocupaciones. Son los que imparten estudios de FP. Otro centro de Girona, que incorpora esta etapa posobligatoria, detalla sus n¨²meros: ¡°La factura se ha multiplicado por tres. Si en un a?o normal pag¨¢bamos 30.000 euros anuales, ahora ya vamos por los 70.000, pero prevemos llegar a los 90.000 euros¡±, apunta el director. Con todo, est¨¢ logrando capear el temporal jugando con los recursos disponibles. ¡°Los grandes institutos tenemos m¨¢s margen de maniobra porque participamos en actividades y proyectos que nos permiten captar recursos. Adem¨¢s, ahora ha entrado los ingresos por las matr¨ªculas de los ciclos de FP y tenemos m¨¢s liquidez¡±, a?ade.
Por su parte, el Departamento de Educaci¨®n asegura que es ¡°consciente¡± de la situaci¨®n, as¨ª que est¨¢ recalculando los importes que deben recibir los centros en los pr¨®ximos meses.
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