Por qu¨¦ ha perdido Ada Colau
La campa?a electoral hecha por los socialistas en Barcelona intent¨® beneficiarse de las campa?as lanzadas por el poder econ¨®mico pero acab¨® reforzando a la del ganador, Xavier Trias.
Ada Colau ha perdido las elecciones por la feroz campa?a de destrucci¨®n de su imagen personal y pol¨ªtica lanzada por los lobbies econ¨®micos. La acci¨®n de los directamente perjudicados por sus pol¨ªticas, sostenida a lo largo de todo el mandato, ha logrado restarle esos 20.000 votos que la separan de la reelecci¨®n. La ofensiva ha sido a veces a cara descubierta y a veces mediante perfiles an¨®nimos en las redes sociales, a trav¨¦s de panfletos digitales de nombres enga?osos y ha contado con la connivencia, cuando no el apoyo, de pr¨¢cticamente todos los medios de comunicaci¨®n locales.
Este modelo de campa?a destructiva es el mismo que han utilizado contra Pablo Iglesias e Irene Montero en Madrid, contra Carles Puigdemont, contra M¨°nica Oltra y es el los inventores del t¨¦rmino sanchismo ensayan contra el presidente. Cada caso tiene sus variantes, depender¨¢ de los medios que los inductores puedan movilizar, pero el m¨¦todo es el mismo: destrucci¨®n de la imagen personal para desprestigiar la acci¨®n pol¨ªtica. En el caso de Colau, el empe?o ha sido tan intenso que ha llegado a denigrar incluso a la propia ciudad. La Barcelona sucia, intransitable, inaccesible, responde al eslogan goebbelsiano: todo lo negativo ¡°es culpa de la Colau¡±. El insulto coreado por los ultras en La Bonanova no hubiera sido posible sin ese caldo de cultivo.
Son los lobbies del agua, de los servicios del autom¨®vil, los inmobiliarios, los tur¨ªsticos, los de algunos de los restauradores. Son poderes econ¨®micos acostumbrados a obtener un trato preferencial de las administraciones. El ganador de las elecciones en Barcelona, Xavier Trias, lo dice sin filtros. Se trata de poner la Administraci¨®n al servicio de quienes crean actividad econ¨®mica. Eso es: ¡°al servicio de¡±. Los portavoces de las patronales no ocultan estos d¨ªas su satisfacci¨®n.
Ser¨ªa un error, sin embargo, atribuir ¨²nicamente a Trias el aprovechamiento de las acciones contra Colau. Sus socios del PSC compart¨ªan algunas de esas campa?as, las apoyaban con el silencio y aspiraban a beneficiarse de ellas. Los socialistas han considerado durante a?os que el Ayuntamiento era su coto reservado y ha llevado mal tener que aceptar el papel de socio secundario. Con tal de desprestigiar a la alcaldesa, durante la campa?a el PSC ha ido en contra de su obra y pol¨ªticas a pesar de que llevaban tambi¨¦n su firma. Tambi¨¦n para ellos la cuesti¨®n era restar esos 20.000 votos a Colau, no fuera caso que lograra otro mandato. Result¨®, as¨ª, que la campa?a electoral de Jaume Collboni acab¨® reforzando a la de Trias.
La de Junts est¨¢ muy lejos de ser una victoria suficiente. Y no es lo menos sorprendente de todo la naturalidad con la que los creadores de opini¨®n p¨²blica dan por hecho que una ciudad que eligi¨® 24 concejales de partidos de izquierdas deba tener un alcalde de derechas que cuenta solo con 11. Una contradicci¨®n de ese tama?o solo puede explicarla Oriol Junqueras en base a la f¨ªsica cu¨¢ntica.
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