Festival B, la centralidad de la periferia musical
Sen Senra y Rodrigo Cuevas marcaron la primera jornada del certamen
Festival B, ayer. Una se?ora intenta pagar una cerveza y no puede porque el chip de su pulsera indica que es una menor. ?Enfado? En absoluto, gracias a este error m¨¢s tarde subsanado su jolgorio era total, hac¨ªa eones que no la consideraban joven. Mismo festival bastante m¨¢s tarde, un r¨®tulo en la salida reza ¡°la sortida del recinte no admet retorn¡±. Un trabajador dice ¡°se han liado¡±. Prosa alambicada para salidas que no retornan. M¨¢s, Rodrigo Cuevas adaptando palabras al catal¨¢n mejor que Bob Pop en TV3 al traducir ¡°temazo¡± como ¡°temacle¡±. Sorpresas menores comparadas con la mayor, el Festival B, diez a?os ya, ha pasado de la Fabra i Coats al F¨®rum, donde reside desde hace un par de temporadas. En su primera ubicaci¨®n mostr¨® a Bad Gyal, C Tangana o Dellafuente cuando apenas eran artistas hambrientos de futuro. Su mirada a las m¨²sicas urbanas, ayer nov¨ªsimas, ha resultado premonitoria. Festival local para p¨²blico local y abrumadoramente del pa¨ªs. El viernes ofreci¨® su primera jornada, multitudinaria. Hoy repite con traca final urbana despidiendo el verano festivalero. Y los j¨®venes siempre como protagonistas.
Conclusiones de la primera jornada. La m¨¢s obvia es que hay que vigilar la pulsera. La segunda es que la m¨²sica del festival muestra su porosidad con una absoluta mezcla de ritmos y estilos. Fronteras licuadas. La tercera es que el folk est¨¢ en auge, como demostraron los ¨¦xitos de Rodrigo Cuevas y Baiuca. La cuarta es que ellas crecen, como celebr¨® Jimena Amarillo en su escenario, congratul¨¢ndose de la presencia notable de mujeres en el cartel no s¨®lo para hincharlo porcentualmente. La quinta bien podr¨ªa ser que el festival se abre a nuevas propuestas, Guillem Gisbert fue la del viernes, en busca de renovar p¨²blicos y abrir nuevas v¨ªas de exploraci¨®n. En sexto lugar puede concluirse que el p¨²blico del festival, que en su jornada m¨¢s urbana de hoy se supone ser¨¢ m¨¢s joven, ya no es menor de 20 a?os o situado en la l¨ªnea de los 25, sino que comienza a tener infiltraciones de personas que ya comienzan a pensar que el tiempo pasa. Pero todos, las m¨¢s j¨®venes y los m¨¢s adultos hac¨ªan cara de disfrutar en una jornada que comenz¨® bajo cierto calor y que fue enfri¨¢ndose con la ca¨ªda del sol y el vientecillo.
En lo an¨ªmico ocurri¨® lo contrario, la jornada se fue calentando a medida que pasaban las horas, y eso que abri¨® cartel Rodrigo Cuevas. La naturalidad con la que hace chistes con los heterosexuales (¡°no son de fiar, a veces patinan y se casan por la iglesia¡±), su rapidez mental, aire cabaretero y descaro mueven a la hilaridad. Todo el mundo brind¨® vaso al aire, una escena casi ins¨®lita en conciertos, por una pareja gay que se casaba en breve. Como Baiuca m¨¢s tarde en el mismo escenario, son artistas que toman el folclore (asturiano el primero, gallego el segundo) como punto de partida y por el camino del desprejuicio lo llevan en volandas festivas hasta nuestros d¨ªas. Sin perder la esencia. La tradici¨®n vive. Eso demostr¨® Marina Hein (hija de Felanitx) a la misma hora que Cuevas, unir lenguajes urbanos y digitales con versiones de piezas como Alenar (Mar¨ªa del Mar Bonet) o La dama de Mallorca servidas por su espl¨¦ndida voz. M¨¢s tarde, en la misma l¨ªnea que Cuevas pero defendiendo el amor l¨¦sbico, Jimena Amarillo dej¨® muestras de un romanticismo despeinado que enmarcaba en un cierto autosabotaje humor¨ªstico, ya que cada vez que se pon¨ªa tierna, por ejemplo en la preciosa Billete de amor, tiraba de definiciones como ¡°esta canci¨®n es una ?o?er¨ªa l¨¦sbica¡±. Ante parejas c¨®mplices de mujeres que abierta y felizmente sonre¨ªan y mostraban sus sentimientos.
Besos ante la c¨¢mara
Lo mismo que m¨¢s tarde hicieron todo tipo de parejas en la actuaci¨®n de Cupido, una banda de pop con guitarra en la que canta un trapero, Pimp Flaco, quien solicit¨® que aquellos que fuesen captados por las c¨¢maras de escenario se besasen. Unos acudieron al beso rutinario, como darse la mano en la iglesia en son de paz, otras aplicaron ¨®culos abisales. Y una canci¨®n, rom¨¢ntica tambi¨¦n, para explicar los tiempos. En Milhouse su protagonista vive en un piso con una sola habitaci¨®n. Por su parte Guillem Gisbert, la propuesta m¨¢s adulta de la noche, ofreci¨® un estupendo concierto pese a jugar en campo contrario.
No fue lo que pas¨® con Sen Senra, triunfador de la noche con su mezcla entre pop, electr¨®nica y rhythm and blues. Artista carism¨¢tico, con voz fr¨¢gil hecha para mostrar una sensualidad acariciada digitalmente con ritmos reposados, se hizo con el p¨²blico del escenario grande (solapado parcialmente con Gisbert) en el concierto central de la jornada. Un exitazo cantado por miles de gargantas. Ya en la calle, el espect¨¢culo segu¨ªa para un vecino que en camiseta, pantal¨®n de pijama y zapatillas miraba pasar al personal fumando en su portal. Muchas caras tiene un festival.
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