El PSOE recupera el ¡°patriotismo de partido¡±

La debacle del PSOE en las elecciones municipales y auton¨®micas del pasado 28 de mayo dej¨® una formaci¨®n abatida que en pocas horas tuvo que activarse de nuevo por la convocatoria de los comicios del 23-J. Ya fueran perdedores o ganadores en la cita de mayo, los barones socialistas dejaron a un lado cualquier reproche y empezaron a movilizar el partido, con el expresidente del Gobierno Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero a la cabeza.

La actitud, las declaraciones y, sobre todo, los nombramientos que hicieron PP y Vox tras aliarse en gobiernos regionales y locales fueron el revulsivo para que dirigentes, cuadros medios y militantes socialistas cambiaran de estado de ¨¢nimo y se lanzaran a la campa?a con m¨¢s fuerza. La Comunidad Valenciana fue el principio del cambio de rumbo en la campa?a para las generales. Y del regreso del ¡°patriotismo de partido¡±.

El propio Pedro S¨¢nchez, despu¨¦s de quedarse bloqueado al inicio de la campa?a en el cara a cara con el l¨ªder del PP, Alberto N¨²?ez Feij¨®o, decidi¨® multiplicar sus apariciones p¨²blicas, reconocer los errores cometidos y no abandonar la bandera del progresismo frente a la alianza entre el PP y Vox, a los que numerosas encuestas daban una mayor¨ªa amplia para gobernar (no fue el caso de 40dB. en sus sondeos para EL PA?S y la SER). En las filas socialistas cal¨® este mensaje: ?c¨®mo puede ser que ya no le preocupe a nadie que vengan la derecha y la ultraderecha? Pero s¨ª preocupa. Y mucho, detectaron en Ferraz, sede federal del PSOE, y en las organizaciones territoriales.

La Comunidad Valenciana fue el revulsivo. La p¨¦rdida electoral del PSPV y, por tanto, la certeza de que su l¨ªder y presidente auton¨®mico, Ximo Puig, no tendr¨ªa opci¨®n de aspirar a su investidura, fue uno de los mazazos m¨¢s severos que el PSOE acus¨® tras el 28-M. Ahora, Puig y muchos socialistas valencianos se congratulan porque su derrota y la aceleraci¨®n con la que los ganadores prepararon la investidura del popular Carlos Maz¨®n pudieron ser la palanca del cambio de la campa?a.

Todos los candidatos socialistas, con Pedro S¨¢nchez a la cabeza, pudieron esgrimir desde entonces mucho m¨¢s que el mero espantajo de que viene la ultraderecha. La Comunidad Valenciana fue la muestra y el revulsivo. As¨ª, la depresi¨®n de los socialistas por las derrotas y, sobre todo, la p¨¦rdida de poder (cuya enorme trascendencia interna a¨²n debe manifestarse), se vio sacudida por las actuaciones de la derecha y la ultraderecha en la formaci¨®n de gobiernos auton¨®micos y municipales. Para disgusto, adem¨¢s, de Feij¨®o y su equipo, deseosos de que antes del 23-J no hubiera prueba alguna de los acuerdos con Vox. Un contratiempo en su camino, que parec¨ªa seguro, hacia la Moncloa.

As¨ª, los gobernantes del PSOE desalojados ¡ªo en v¨ªas de serlo¡ª de sus presidencias asist¨ªan, entre desolados e irritados, a los nuevos tiempos. No estaban dispuestos a aceptar que el PSOE ya no exist¨ªa o que hab¨ªa ¡°dos pesoes¡±. Desde Andaluc¨ªa surgieron los primeros manifiestos para rechazar que los socialistas buenos o cl¨¢sicos se sent¨ªan ajenos a lo que pudiera ocurrir el 23 de julio. En paralelo, 39 exministros socialistas dieron el paso de apoyar las candidaturas del PSOE en toda Espa?a y el proyecto de Pedro S¨¢nchez. Antes, numerosos dirigentes andaluces, incluidos quienes fueron presidentes de esa comunidad (Rafael Escuredo y Manuel Chaves) y decenas de nombres de respeto en el PSOE, como Ana Mar¨ªa Ruiz Tagle, Amparo Rubiales o Rafael Rom¨¢n, actual presidente de la comisi¨®n de ?tica y Garant¨ªas. ¡°?D¨®nde est¨¢ ese PSOE cl¨¢sico frente al actual? Eso no existe,¡± zanja Rom¨¢n.

Qued¨® claro que tampoco pod¨ªan contar con Susana D¨ªaz en un supuesto grupo disidente frente al actual secretario general. Nadie como ella sabe lo que fue el enfrentamiento con S¨¢nchez. Desde entonces, ha habido unas primarias internas, que gan¨® el pol¨ªtico madrile?o; una moci¨®n de censura a Mariano Rajoy; dos victorias electorales y unas terceras elecciones, hace dos semanas, que sin ganarlas pueden permitirle formar una mayor¨ªa parlamentaria.

Pero antes del 23 de julio se produjo una severa p¨¦rdida de poder municipal y auton¨®mico. Los socialistas no pudieron formar mayor¨ªas en Valencia, La Rioja, Baleares y Extremadura. El PSOE gan¨® las elecciones extreme?as pero Guillermo Fern¨¢ndez Vara se qued¨® sin el Gobierno al unirse PP y Vox. Y Extremadura, como antes la Comunidad Valenciana, ayud¨® a que los resquemores y los impulsos de culpar a S¨¢nchez de los males del 28-M se fueran mitigando.

Durante la campa?a de las generales se escuch¨® a candidatos del PP centrar sus ataques en los males que supuestamente ha tra¨ªdo a Espa?a el Gobierno de S¨¢nchez con Unidas Podemos, con el a?adido de haber tenido a ERC y a Bildu como soportes en muchas leyes de la legislatura. Por el relato parec¨ªa que Oriol Junqueras y Arnaldo Otegi estaban sentados en el Consejo de Ministros. A ello se le uni¨® el derrumbe de Unidas Podemos.

Los alica¨ªdos dirigentes territoriales socialistas no parec¨ªan predispuestos, tras la derrota, a dejarse la piel en la cita del 23-J. Pero los movimientos del PP y Vox en toda Espa?a, y de Coalici¨®n Canaria y del PP en Canarias, ayudaron en forma y fondo a los socialistas a salir de la postraci¨®n.

La satisfacci¨®n del PSOE se concentr¨® en Castilla-La Mancha. El presidente Emiliano Garc¨ªa-Page resisti¨® y se alz¨® con la ¨²nica mayor¨ªa absoluta para el partido. Tambi¨¦n en Asturias, con el presidente Adri¨¢n Barb¨®n, que repetir¨¢ con apoyos de su izquierda. En Arag¨®n, el presidente Manuel Lamb¨¢n supo enseguida que no podr¨ªa revalidar su Gobierno. En Navarra, la presidenta en funciones, la socialista Mar¨ªa Chivite, a¨²n negocia para repetir al frente del Ejecutivo foral. Desde Madrid, Juan Lobato, l¨ªder del PSM, y Reyes Maroto tienen la ardua tarea de horadar las mayor¨ªas absolutas del PP en la Comunidad y el Ayuntamiento, respectivamente.

Mitigar la frustraci¨®n

El PSOE no pensaba tras el 28-M que fuera a tener tantos alicientes para mitigar su frustraci¨®n por el poder local y auton¨®mico perdido. Los interlocutores consultados ¡ªl¨ªderes territoriales, presidentes y cuadros medios¡ª reconocen que entre las municipales y auton¨®micas y la convocatoria de las generales empez¨® a bullir la necesidad de reivindicar al PSOE. Algunos interlocutores recuperan la expresi¨®n ¡°patriotismo de partido¡±. La insistencia del PP y de Feij¨®o en que, una vez derogado el sanchismo, empezaba una nueva etapa en la que su interlocutor ser¨ªa ¡°el PSOE¡±, tuvo como reacci¨®n manifiestos de apoyo a todas las candidaturas y a S¨¢nchez. Durante la campa?a, d¨ªa tras d¨ªa, en conversaciones privadas, a¨²n confiaban en que el expresidente Felipe Gonz¨¢lez pidiera el voto para su partido. No ocurri¨®. Pero s¨ª lo hizo la mayor parte de sus ministros.

La paz en el PSOE est¨¢ asegurada si Pedro S¨¢nchez vuelve a gobernar. La b¨²squeda de nuevos liderazgos no se producir¨¢ hasta que el PSOE pase a la oposici¨®n. Antes, tiene que dilucidarse si S¨¢nchez puede formar Gobierno, a la vez que los barones territoriales en la oposici¨®n fijan sus posiciones en el reto de conseguir perfil propio y relevancia desde la oposici¨®n.