El Athletic pone el coraz¨®n en la campa?a del cerebro
La posibilidad de que el equipo vasco se haga este s¨¢bado con la Copa del Rey trastoca una contienda electoral que arrancaba como un oasis de sosiego en la pol¨ªtica espa?ola
En medio del ruido y la furia que enfangan la pol¨ªtica espa?ola, la campa?a de las elecciones vascas arranca como un remanso de cordura. Aqu¨ª no hay ayusos, ni puigdemonts, ni perros sanxe. Aqu¨ª hay candidatos nuevos, tirando a grises, que hablan de gesti¨®n y eluden el debate identitario en una Euskadi en la que el soberanismo se precipita por la escala de intereses de la ciudadan¨ªa (solo un 13% de los vascos demanda la independencia, seg¨²n una encuesta de 40dB. para EL PA?S y la Cadena SER). Sucede que el aspirante (Bildu), al que en un guion cl¨¢sico le corresponder¨ªa vender cambio y salir al ataque, considera que los suyos ya est¨¢n movilizados y sabe que el fango no le conviene. Es el PNV el que necesita activar a los indecisos y desmotivados. Pero la hip¨¦rbole no es el terreno en el que ha elegido jugar el nacionalismo vasco pos-Ibarretxe y posproc¨¦s. Aunque hasta el propio Arnaldo Otegi vaticin¨® el jueves en una entrevista radiof¨®nica que ¡°sin ninguna duda¡± se va a repetir el Gobierno de coalici¨®n entre PNV y PSE tras las elecciones del 21 de abril, estos son los primeros comicios vascos en mucho tiempo en los que no se sabe qui¨¦n ser¨¢ el ganador. Pero incluso la posible p¨¦rdida de la hegemon¨ªa del PNV, ese hist¨®rico se¨ªsmo social que supondr¨ªa un sorpasso de Bildu, se vive con relativa normalidad. O directamente no se vive.
Es el caso de Bizkaia. La m¨¢s poblada de las provincias vascas est¨¢ a otra cosa. El Athletic, ese club de f¨²tbol ¡°unique in the world¡±, como se lee en las banderolas que adornan todo Bilbao, acaricia esta noche en Sevilla, en la final de la Copa del Rey contra el Mallorca, su primer gran t¨ªtulo en 40 a?os. Palabras mayores. En la uderziana aldea gala de la campa?a cerebral, ha irrumpido la centuria romana de la pasi¨®n. Y nadie tiene la poci¨®n m¨¢gica para adivinar las consecuencias.
Ning¨²n partido osa programar un acto importante este fin de semana en Bizkaia. No solo porque se han desplazado a Sevilla cerca de 70.000 hinchas, un colectivo que supondr¨ªa el cuarto municipio en poblaci¨®n de Bizkaia, por detr¨¢s solo de Bilbao, Barakaldo y Getxo. Es que adem¨¢s, si el Athletic gana, la fiesta se prolongar¨¢ al menos hasta el jueves, cuando los jugadores naveguen al fin la r¨ªa a bordo de la gabarra, esa embarcaci¨®n legendaria que celebra los t¨ªtulos del club y que unos t¨¦cnicos llevan semanas restaurando tras 40 a?os amarrada.
Ahora en Bizkaia todo es Athletic. Las informaciones sobre el arranque de campa?a, relegadas a marginales llamadas en las portadas de la prensa local. Banderas rojiblancas en cada balc¨®n. En un caf¨¦ de Pozas, cuatro se?oras riegan con hielo embolsado los fabulosos manjares que encierran media docena de neveras port¨¢tiles, mientras sus maridos apuran sus txikitos antes de partir hacia Sevilla. El acordeonista rumano de la calle Ledesma ameniza las ca?as alternando el Despacito con el himno del Athletic. La pasi¨®n rojiblanca se cuela incluso en la foto de recuerdo que se lleva de vuelta a su camarote del crucero Richard, jubilado ingl¨¦s de Milton Keynes, que posa en bermudas ante el Puppy del Guggenheim, edificio coronado estos d¨ªas por una insignia rojiblanca y decoradas sus paredes, algo ins¨®lito en la historia del museo, por piezas en honor al club del artista bilba¨ªno Dar¨ªo Urzay. ¡°El Athletic, yes, of course¡±, dice Richard cuando se le pregunta si conoce el significado de las banderas. Del hecho de que acaba de arrancar una campa?a electoral hist¨®rica, por supuesto, ni flowers.
En el PNV reconocen que su campa?a, salga o no la gabarra el jueves, realmente no empezar¨¢ hasta el pr¨®ximo fin de semana. La fecha de las elecciones se eligi¨® para separarla de las europeas y que no se desviara el foco, recuerdan, pero tanto la convocatoria sorpresa de las catalanas como la final copera han difuminado una atenci¨®n que, con cerca de un 20% de indecisos seg¨²n las encuestas, para la formaci¨®n jeltzale es clave. ¡°Nuestro objetivo es una alta participaci¨®n¡±, se?alan fuentes del Euzkadi Buru Batzar. ¡°El foco se ha puesto ah¨ª. Lo que queremos es que la gente se centre en la campa?a, que sepa que hay elecciones vascas. Todo esto nos complica un poco la tarea de movilizar a la gente. Pero benditas sean las distracciones si son por motivos como este¡±.
Desde Bildu coinciden en que la atenci¨®n medi¨¢tica, antes y despu¨¦s del partido, dificulta que los mensajes de los pol¨ªticos lleguen a la gente. ¡°Pero es un error creer que los ciudadanos est¨¢n siempre pendientes de los pol¨ªticos¡±, advierte una fuente de la organizaci¨®n. ¡°La pol¨ªtica, igual que el f¨²tbol, es m¨¢s una cuesti¨®n de emociones y de sentimientos que de mensajes concretos¡±.
En cuanto al efecto espec¨ªfico que pudiera tener en las elecciones una victoria del Athletic, hay literatura cient¨ªfica reveladora. Un estudio de 2018 de la Academia Nacional de las Ciencias estadounidense revel¨® que, cuando un equipo local gana, los votantes tienden a comportarse en las elecciones de manera m¨¢s favorable a los pol¨ªticos gobernantes. Los investigadores estudiaron las victorias y derrotas de 62 equipos de la liga universitaria de f¨²tbol americano entre 1964 y 2008, y hallaron que una victoria del equipo local en los 10 d¨ªas anteriores a unas elecciones generaba al pol¨ªtico en el poder 1,61 puntos porcentuales extra de voto. Pero en el Athletic entran m¨¢s factores en juego.
Se habla en los despachos de la posibilidad de que una victoria del Athletic incentive el voto al PNV y Bildu, dada la recurrente asociaci¨®n del Athletic con el nacionalismo vasco. Al fin y al cabo, el club y el PNV nacieron en Bizkaia con pocos a?os de diferencia a finales del siglo XIX. ¡°Creo que hay suficiente evidencia para vincular el Athletic con el nacionalismo vasco¡±, defiende el soci¨®logo bilba¨ªno de la Universidad de Cantabria I?igo Gonz¨¢lez, autor de diversos trabajos sobre el club rojiblanco. De entrada, recuerda, hay ¡°vasos comunicantes¡± entre el hecho diferencial del Athletic ¡ªcontar solo con jugadores nacidos o formados en los siete territorios de Euskal Herria¡ª y las fronteras del territorio vasco para el nacionalismo. Aunque advierte de que esa identificaci¨®n funcionaba m¨¢s cuando el Athletic era el equipo casi hegem¨®nico en el territorio que ahora, cuando este cuenta con otros clubes muy competitivos. Su compa?ero Fernando Guti¨¦rrez-Chico, le¨®n nacido en Le¨®n e investigador posdoctoral en la Universidad de Salamanca, que dedic¨® su tesis a la afici¨®n del club, destaca no obstante que el Athletic es ¡°seguramente la instituci¨®n m¨¢s transversal que hay en Bizkaia¡±. ¡°Y me atrever¨ªa a decir, con la boca peque?a, que tambi¨¦n en el conjunto del Pa¨ªs Vasco¡±, defiende. ¡°El Athletic tiene la capacidad de abarcar toda ideolog¨ªa, es la ¨²nica instituci¨®n que, durante tanto tiempo, ha logrado abarcar a toda la sociedad¡±
Coincide el periodista deportivo Santiago Segurola, enciclopedia viva de la memoria rojiblanca. ¡°El Athletic dentro del f¨²tbol tiene su rasgo distintivo que es sustancial en su relaci¨®n con la hinchada. Evidentemente hay cierta conexi¨®n nacionalista, pero sobre todo es un lugar de encuentro. Ha logrado mantener algo tan extraordinario en un mundo como el vasco, tan duro, que es ser el lugar de encuentro. Los tiempos pol¨ªticos han cambiado y ahora veo al Athletic m¨¢s liberado de carga pol¨ªtica, m¨¢s festivo. Bilbao es el Athletic. Y nada m¨¢s. El Athletic es un can¨ªbal. Puede con todo. Hist¨®ricamente, dictaba hasta el comportamiento de la ciudad. Si no jugaba, todo cerraba los domingos. Hay una correlaci¨®n absoluta entre el Athletic y lo que vive la ciudad. A nadie se le ocurre pensar si el hecho de que gane el Depor va a influir en unas elecciones. Quiz¨¢ el Bar?a s¨ª. Pero desde luego con el Athletic te haces esa pregunta. Porque va m¨¢s all¨¢ del f¨²tbol¡±.
La identificaci¨®n del Athletic con el nacionalismo no est¨¢ exenta de aristas. No solo por el hecho de que, en los ¨²ltimos 30 a?os, ha habido tres entrenadores del club que han sido seleccionadores nacionales, incluido el actual. Es que el propio mito fundacional de la Furia Espa?ola, como se conoce a la selecci¨®n nacional, hunde sus ra¨ªces en el club. Fue en los Juegos Ol¨ªmpicos de Amberes de 1920, la primera participaci¨®n oficial de la selecci¨®n espa?ola como tal. Jugaban contra Suecia. Una derrota supon¨ªa volverse a casa. En el minuto seis de la segunda parte, Jos¨¦ Mar¨ªa Belauste, mediocentro de imponente envergadura con tendencia a sumarse al ataque, pidi¨® el bal¨®n a su compa?ero en el Athletic Sabino Bilbao. ¡°?A m¨ª el pelot¨®n, Sabino, que los arrollo!¡±, cuentan las cr¨®nicas que le grit¨®, en una frase para la historia que dio t¨ªtulo al m¨ªtico libro sobre el Athletic del periodista Patxo Unzueta. Sabino le lanz¨® el pase. Belauste control¨® con la cabeza o con el pecho (ah¨ª difieren las cr¨®nicas), arroll¨® a tres defensas suecos y al portero, y se meti¨® ¨¦l mismo con el pelot¨®n en la porter¨ªa para anotar el empate. Sucede que Belauste era independentista vasco, exiliado pol¨ªtico en Francia y en M¨¦xico, donde termin¨® sus d¨ªas en 1964.
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