Galicia resucita los olivos que arras¨® el conde duque de Olivares
Investigadores del CSIC descubren 20 variedades ¨²nicas en el mundo que sobrevivieron al desmantelamiento de este cultivo en territorio gallego hace 400 a?os
Cuatro siglos despu¨¦s de que el conde duque de Olivares (1587-1645), valido del rey Felipe IV, gravase con un impuesto de cuatro reales cada olivo cultivado en Galicia con el fin de desmantelarlos para mayor gloria de los que ¨¦l ten¨ªa en Sevilla, la Misi¨®n Biol¨®gica de Galicia -centro del Consejo Superior de Investigaciones Cient¨ªficas (CSIC) en el que se estudia c¨®mo hacer m¨¢s eficiente y sostenible la agricultura local- ha comenzado a recuperarlos. Para sorpresa general, los cient¨ªficos gallegos han descubierto 20 variedades aut¨®ctonas supervivientes de aquella devastaci¨®n. Han registrado de momento 11 de ellas que se proponen expandir para su cultivo y comercializaci¨®n. Si todo va bien, Galicia competir¨¢ en un par de a?os con el resto de las zonas productoras del mundo con un aceite de oliva estrictamente aut¨®ctono y de sabor distinto a cualquiera de los existentes.
Todo comenz¨® como comienzan las grandes gestas: de casualidad, aunque fuese en el empe?o de otra b¨²squeda. Tras m¨¢s de tres d¨¦cadas dedicada a la viticultura, ¨¢rea en la que es una autoridad, Carmen Mart¨ªnez, bi¨®loga y directora de la Misi¨®n Biol¨®gica de Galicia, se embarc¨® con su equipo en el an¨¢lisis de las cualidades del aceite de semilla de uva dentro del proyecto sobre la dieta atl¨¢ntica Galiat 6+7. ¡°Se trataba de aprovechar los recursos de Galicia y las propiedades beneficiosas para la dieta de alimentos como mejillones, grelos, vino¡¡±, cuenta la cient¨ªfica para explicar c¨®mo acabaron introduciendo el aceite de semilla de uva en la investigaci¨®n ¡°por sus interesantes propiedades¡±.
En la b¨²squeda de empresas gallegas que elaborasen aceites encontraron una peque?a, en Santiago de Compostela, actualmente desaparecida, Olei. Los empresarios accedieron a la investigaci¨®n, pero a cambio les pidieron que estudiasen ¡°las variedades de oliva brava y mansa¡±. Los investigadores aceptaron pensando que o no ser¨ªan tal o ser¨ªan portuguesas, pero a los pocos meses comprobaron que eran aut¨®ctonas ¡°y que bajo esos nombres gen¨¦ricos se escond¨ªan m¨¢s variedades¡±.
Finalizado el encargo decidieron abrir una l¨ªnea de investigaci¨®n que, financiada con 300.000 euros durante los ¨²ltimos cinco a?os por la Fundaci¨®n Juana de Vega -dedicada a promover el desarrollo del medio rural de Galicia-, supuso el estudio de 167 olivos, pr¨¢cticamente todos centenarios, en las cuatro provincias gallegas, diferenciando 20 variedades aut¨®ctonas de las que ahora est¨¢n 11 en proceso de registro. ¡°Muchas m¨¢s de las que hay en Andaluc¨ªa o Portugal porque al convertirse Galicia en una zona marginal durante siglos, han permanecido intactas¡±, explica Mart¨ªnez, visiblemente satisfecha por el descubrimiento. Algo similar a lo que le ocurri¨® en los inicios de su carrera, hace 35 a?os, en el sector vitivin¨ªcola cuando consigui¨® resucitar 30 variedades aut¨®ctonas de vid desa?parecidas y descubrir unas cepas de albari?o con caracter¨ªsticas especiales que acabaron removiendo los cimientos del sector y convirtiendo esa variedad en la uva m¨¢s empleada en la Denominaci¨®n de Origen R¨ªas Baixas.
En el caso del aceite, va por el mismo camino. Detalla la investigadora que no es que no se haya seguido produciendo en Galicia tras el desmantelamiento general del siglo XVII, sino que se ha hecho con las variedades for¨¢neas importadas de otras zonas productoras. ¡°La andaluza picual o la catalana arbequina se dan muy bien aqu¨ª¡±, confirma Alfonso Ud¨ªas, presidente de la Asociaci¨®n de Productores de Aceite e Aceituna de Galicia (APAAG), que aglutina a 144 asociados entusiasmados en su mayor¨ªa por comenzar a producir con las variedades aut¨®ctonas porque, afirma Ud¨ªas, ¡°hay mucha demanda social¡±.
Galicia produjo y proces¨® en el ¨²ltimo a?o en torno a 180.000 kilos de oliva, seg¨²n datos de la APAAG, desde donde apuestan firmemente por esta certificaci¨®n de variedades aut¨®ctonas dado que supone ¡°una importante alternativa que complementa la riqueza que ya tenemos¡±, sostiene el presidente del colectivo. Productores y viveristas colaboran activamente con la misi¨®n bi¨®logica del CSIC. Y ya han probado algunas variedades gracias a las microelaboraciones realizadas por los investigadores que les han permitido comprobar que las variedades rescatadas ¡°son de calidad y muy interesantes¡±, indica Mart¨ªnez. Ud¨ªas certifica que tienen ¡°sabores intensos y caracter¨ªsticas organol¨¦pticas singulares, distintas a todas las existentes¡±.
¡°Nos llaman todas las semanas para saber si hay algo para plantar¡±, da cuenta la bi¨®loga del inter¨¦s y se?ala que de momento lo que hay es fundamentalmente brava y mansa, que ya se est¨¢n comercializando, si bien mezcladas con otras. Y en breve, anuncia, podr¨¢n empezar a plantarse las nuevas. Ahora se est¨¢ realizando la multiplicaci¨®n a gran escala. ¡°No es sencillo; son le?osas y algunas se resisten al encauzamiento y el que planta debe esperar entre tres o cuatro a?os¡±, explica.
La mayor parte de la producci¨®n se da en las zonas vitivin¨ªcolas en donde las provincias de Ourense y Pontevedra se llevan la palma, aunque tambi¨¦n hay en el sur de Lugo y de A Coru?a. El equipo dirigido por Mart¨ªnez ha encontrado supervivientes sobre todo en la Ribeira Sacra o en las sierras, porque es, explica, en donde pasaron desapercibidos: ¡°Hay zonas boscosas, por ejemplo en Quiroga (Lugo), en donde est¨¢n mezclados en bosques con madro?os, casta?os y otras especies¡±. Pero tambi¨¦n han sobrevivido aislados, en los entornos de iglesias y de su importante presencia dan cuenta los numerosos restos arqueol¨®gicos distribuidos por la comunidad relacionados con la extracci¨®n de aceite, como el yacimiento romano con una prensa olearia donde se elaboraba aceite que apareci¨® en Teis (Vigo) a mediados del siglo XX. Curiosamente, el lugar donde se encontr¨® era conocido como A Oliveira (La Olivera). Y curiosamente tambi¨¦n, Vigo es conocida como la ¡°ciudad ol¨ªvica¡± y el olivo, emblema de su escudo.
El descubrimiento de las nuevas y numerosas variedades va m¨¢s all¨¢ de lo comercial. ¡°Permite ampliar la diversidad del patrimonio agrario com¨²n y est¨¢n adem¨¢s asociadas a una zona de clima h¨²medo, muy diferente al del resto de zonas olivareras de la pen¨ªnsula Ib¨¦rica y del resto de Europa, lo que sit¨²a a Galicia como la zona olivarera m¨¢s al occidente de nuestro continente¡±, afirma Beatriz Su¨¢rez, directora del ¨¢rea de Desarrollo Rural de la Fundaci¨®n Juana de Vega. Destaca que se abre as¨ª ¡°un enorme campo de investigaci¨®n para otros grupos cient¨ªficos m¨¢s all¨¢ de lo agr¨ªcola y de la instalaci¨®n de peque?as empresas y explotaciones ligadas al territorio y a ¨¢reas geogr¨¢ficas del interior de la Galicia rural m¨¢s despoblada. Cita Su¨¢rez la posibilidad de investigaci¨®n ¡°en temas relacionados con las humanidades: historia agraria, arqueolog¨ªa, o paisajes agrarios¡±; un resurgimiento propiciado por el ¨¢rbol de la vida que se ha resistido a esfumarse de la faz gallega.
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