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La experiencia personal
Columna
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Donde la distancia se mantiene por cultura

En Jap¨®n no se ha ordenado cerrar nada, pero recomendar y ordenar es casi lo mismo: la gente obedece

Trabajadores en la estaci¨®n de tren de Tokio (Jap¨®n).
Trabajadores en la estaci¨®n de tren de Tokio (Jap¨®n).CHARLY TRIBALLEAU (AFP)

Hace semanas recib¨ªa mensajes de familiares y amigos que se interesaban por nuestra situaci¨®n aqu¨ª (al fin y al cabo, China y Jap¨®n a veces parecen lo mismo desde Espa?a). Hoy, soy yo quien sigue la situaci¨®n en Madrid a trav¨¦s de internet, noticias, podcasts y grupos de whatsapp con amigos y familiares (algunos afectados ya), y no puedo evitar comparar...

?C¨®mo es posible que un pa¨ªs con casi el triple de poblaci¨®n que nosotros, con una poblaci¨®n de edad muy superior y empezando antes con el problema tenga a d¨ªa de hoy menos fallecimientos que Espa?a?

Viv¨ª mi primera pandemia en Jap¨®n apenas unos meses m¨¢s tarde de casarme con Hitomi y dejar Madrid para venir a vivir a Kobe, all¨¢ por 2009. Era la Gripe A. En la academia en la que entonces estudiaba japon¨¦s nos obligaron a llevar mascarilla, y a utilizar un dispensador de gel desinfectante al entrar al edificio. Reci¨¦n llegado al pa¨ªs, yo pensaba: ¡°qu¨¦ exagerados, no es para tanto¡­¡±.

Hoy, 11 a?os despu¨¦s, estoy completamente seguro de lo contrario. Precisamente comportarse de aquella forma hizo que las cosas no fueran tan graves como podr¨ªan haber sido. Al fin y al cabo, desde entonces hemos vivido terremotos, tsunamis, tifones¡­ y, aunque en otras cosas les podr¨ªamos dar lecciones, este pa¨ªs se maneja admirablemente en las emergencias.

En Jap¨®n no se ha ordenado cerrar nada (de momento, aunque esta semana la gobernadora de Tokio ha apuntado la posibilidad de poner a ciudad en cuarentena), pero recomendar y ordenar es casi lo mismo: la gente obedece. Los centros educativos cerraron a primeros del mes de marzo, se alert¨® de los riesgos, se pidi¨® teletrabajar en la medida de lo posible¡­ y ya est¨¢. En un pa¨ªs en el que la distancia se mantiene por cultura (se saluda con una reverencia), con un nivel de higiene muy alto, con un amplio uso de mascarillas (por consideraci¨®n si te sientes algo enfermo, por aprensi¨®n, por protecci¨®n contra el polen u otras alergias...), est¨¢ siendo suficiente. Salimos menos, pero la gente sigue yendo a trabajar, sigue usando el transporte p¨²blico, los bares y restaurantes siguen abiertos¡­ incluso he tenido una peque?a intervenci¨®n hospitalaria la semana pasada. Tambi¨¦n aqu¨ª hubo compras exageradas, como el famoso papel higi¨¦nico. La econom¨ªa se debe de estar resintiendo, claro, pero no se ha detenido.

En Espa?a, pese al ejemplo de Italia, muchos dieron la espalda al problema. Los pol¨ªticos hicieron actos y solicitaron la asistencia a manifestaciones, algunas noticias en los medios infravaloraron el problema (pero esas son precisamente las que m¨¢s queremos creer) y otros fueron al f¨²tbol, a remontar partidos contra rivales ¡°imposibles¡± (grande mi Atleti) y fundirse en abrazos de gol con los compa?eros de grada.

Pero no estoy decepcionado. Hemos tardado, pero ya lo tenemos claro. Ahora remamos juntos, y vamos en serio¡­ ?lo recordaremos para la pr¨®xima vez?

Guillermo Garc¨ªa es un espa?ol que vive en Jap¨®n. Esta tribuna pertenece a la serie La Experiencia Personal, que EL PA?S Madrid publica a diario durante la cuarentena por coronavirus. Puedes leer aqu¨ª la experiencia personal de Celia Blanco (Funeral Malasa?ero), Esther Arroyo (¡°Liberar espacio: a mi abuela de 93 a?os la sacan de paliativos¡±), de Miguel del Arco (?C¨®mo estar tranquilo cuando sabes que tienes una plantilla?), de Mariah Oliver (¡°Dos meses sin cobrar el sueldo¡±), de Victoria Torres (La tribu se pone en marcha) , de Juan Jos¨¦ Mateo (Ojo, que tiene 38?) o de la Doctora Mar¨ªa Sainz Mart¨ªn (Ponerse al d¨ªa).

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