Primeros indicios del ¡°apocalipsis¡± de los bares
Ryan Day se prepara para cerrar su popular pub del centro de Madrid tras una negociaci¨®n fallida con el casero
The Village Tap Room no era el t¨ªpico bar americano con un ne¨®n de Budweiser en la pared. Era un lugar con alma donde la comunidad de estadounidenses en Madrid se sent¨ªa como en casa. Los lunes ten¨ªan noche de trivial, los martes micro abierto, los mi¨¦rcoles poes¨ªa, los jueves comedia y los domingos retransmisiones de f¨²tbol americano y sesi¨®n de blue grass y country. Todo eso muy probablemente se acab¨®. Su due?o, Ryan Day, no ha conseguido un acuerdo con el arrendador para que le baje los casi 9.000 euros de alquiler mensuales por el amplio local de 700 metros cuadrados cerca de la Plaza de Espa?a de Madrid. Ya se prepara para echar la persiana y convertirse en una de las primeras v¨ªctimas en Madrid de lo que muchos temen ser¨¢ un ¡°apocalipsis¡± para el sector de la hosteler¨ªa.
El cierre ser¨¢ una p¨¦rdida para Day, para los inmigrantes estadounidenses y para la ciudad de Madrid. Decenas de bares con identidad propia abiertos por peque?os emprendedores han surgido desde la anterior recesi¨®n en la capital. Ahora estos pubs de cerveza artesanal o caf¨¦s-librer¨ªas son algunos de los negocios de hosteler¨ªa m¨¢s vulnerables a la pandemia. Day, de 39 a?os, dice que hab¨ªa surgido una nueva escena en Madrid que le daba una personalidad a la capital de la que carec¨ªa en 2006, cuando ¨¦l lleg¨® como estudiante y "Barcelona era m¨¢s cool¡±.
Caer¨¢n tambi¨¦n los restaurantes y cafeter¨ªas familiares de estilo tradicional, sobre todo los que est¨¦n fuera del centro, seg¨²n ??igo Guti¨¦rrez, asesor senior de la consultora inmobiliaria Catella. A pesar de las ayudas extraordinarias para el alquiler de locales comerciales y los mecanismos de aplazamiento del pago de alquileres, fuentes del sector predicen que al menos uno de cada cinco bares y restaurantes podr¨ªa echar el cierre. Los grandes grupos tienen m¨¢s margen para renegociar sus alquileres o los cr¨¦ditos con el banco.
¡°El fuerte se va a hacer m¨¢s fuerte y el d¨¦bil m¨¢s d¨¦bil¡±, vaticina Guti¨¦rrez.
La supervivencia depender¨¢ en buena parte de las miles de negociaciones que estos d¨ªas sostienen arrendadores y arrendatarios de locales de restauraci¨®n. El alquiler representa entre el 10% y el 15% de los gastos de un bar o restaurante, seg¨²n la asociaci¨®n Hosteler¨ªa Madrid. Los 9.000 euros que pagaba Day por su local en la calle de Mart¨ªn de los Heros 28, parecen calderilla comparados con los 22.000 euros que pagan algunos hosteleros por espacios de superficie similar en calles prime como Ponzano. La cadena Five Guys paga casi 120.000 euros al mes por su local de 800 metros en Gran V¨ªa 44.
The Village Tap Room era el proyecto m¨¢s ambicioso de Day, un restaurante mayor que los otros tres que regenta en Madrid. La gente les dec¨ªa a ¨¦l y a su mujer, la actriz Claudia Ruiz, que estaban locos cuando inauguraron en 2012 su primer local en Madrid en lo profundo de la anterior crisis econ¨®mica. Abrieron m¨¢s restaurantes porque se dieron cuenta de que era imposible que uno solo pudiera tomar vuelo. The Village se uni¨® hace dos a?os a The Toast Caf¨¦, Roll y Slow Mex.
El nuevo local inspirado en el ambiente de Nueva York de los a?os 60 gan¨® popularidad. Los j¨®venes profesores de ingl¨¦s de Madrid y profesionales inmigrantes se aficionaron al lugar de estilo bohemio. Cuando en Estados Unidos hab¨ªa grandes eventos que transcurr¨ªan de madrugada como la Super Bowl, los ve¨ªan all¨ª juntos en diferido. El candidato multimillonario Michael Bloomberg, exalcalde de Nueva York, hizo una visita en diciembre y en la primera semana de marzo fue el punto de votaci¨®n en Madrid en las primarias del Partido Dem¨®crata para elegir al rival de Donald Trump.
¡°Es una pena que vayamos a perder un lugar que se hab¨ªa convertido en un n¨²cleo para los estadounidenses en Madrid¡±, dice Robbie K. Jones, un m¨²sico que sol¨ªa tocar su banjo con su grupo Track Dogs en las sesiones de ¡°m¨²sica americana¡± de los domingos. ¡°Ryan se interes¨® en crear algo m¨¢s que un local donde sirven hamburguesas. Buscaba un ambiente de comunidad¡±.
La pandemia ha llegado justo despu¨¦s de febrero, el primer mes en que The Village dio beneficio. Day dice que a pesar de las historias que se oyen de caseros que hacen concesiones razonables, ¨¦l no ha tenido esa suerte. El d¨ªa uno de la cuarentena, dos de sus caseros comerciales le llamaron a gritos. Los otros han sido m¨¢s amables pero no han dado su brazo a torcer. ¡°Entiendo que viven de la renta que pagamos. Pero nosotros vivimos de la comida que vendemos. Si no podemos vender comida, no podemos pagar la renta¡±, argumenta ¨¦l. Tiene a¨²n las llaves de The Village y no descarta un milagroso acuerdo de ¨²ltima hora. El propietario del inmueble le dice a este peri¨®dico que ya busca un sustituto o una plantilla para gestionar ¨¦l mismo el negocio.
¡°La escala, pensamos, podr¨ªa salvarnos. No lo har¨¢. Solo haces que escalen tus problemas¡±, dice Ryan. ¡°Pedimos prestados 250.000 euros para poner en marcha este negocio y lo estaremos pagando en el futuro predecible a pesar de que estar¨¢ cerrado". Con los bancos tampoco lo ha tenido f¨¢cil. ¡°Te dicen que esperes, que primero atienden a los negocios sanos¡±.
A pesar de todo, est¨¢ tranquilo. Tiene un salario fijo como profesor de literatura en el campus madrile?o de la Saint Louis University y se toma las cosas con filosof¨ªa. Reabrir¨¢ sus otros tres bares cuando las autoridades lo permitan. No le teme a hablar del fracaso y ya est¨¢ planeando nuevos proyectos, como corresponde a los estadounidenses, seg¨²n el clich¨¦. Se caen y se levantan. ?l dice que la falta de emprendimiento en Espa?a no se debe a un fallo cultural, sino a un problema sist¨¦mico que puede ser corregido. Hace falta incentivar a la gente para que asuma riesgos: ¡°Tengo un amigo profesor que se plante¨® hacer consultor¨ªa como freelancer, pero ni lo intent¨® porque los pocos ingresos adicionales que iba a tener los iba a perder pagando la cuota obligatoria de aut¨®nomo".
Tambi¨¦n ha sacado una lecci¨®n sobre el modelo que deben seguir los restaurantes independientes. No tiene sentido competir bajando precios porque perder¨¢n frente a las grandes cadenas. Pide tambi¨¦n m¨¢s concienciaci¨®n al consumidor madrile?o para que valore a los empresarios que apuestan por la calidad y compran a productores locales de carne, pan o cerveza artesanal. Va a cobrar m¨¢s, para vivir mejor: "Si ese modelo nos conduce a la ruina, quiz¨¢s el mundo tiene grandes problemas¡±.
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