¡°En un mundo en que todo se radicaliza, prefiero tender puentes¡±
Miguel Poveda regresa con tres conciertos a Madrid mientras graba ¡®Diverso¡¯, una nueva proclama de su eclecticismo
Tarde pl¨¢cida de abril en un rec¨®ndito estudio de grabaci¨®n de Boadilla del Monte. Mientras su padre hace un alto para pegar la hebra con el periodista, el hijo de Miguel Poveda se queda absorto en un cuartito, pertrechado de l¨¢piz y papel, para afanarse en la mayor de sus fascinaciones: dibujar planetas. El mundo puede ser as¨ª de puro, plet¨®rico e ilusionante cuando se tienen seis a?os y un progenitor acostumbrado a contravenir todos los t¨®picos y prejuicios hasta convertirse en uno de los artistas m¨¢s ilustres e internacionales de este pa¨ªs.
Charnego en su patria chica de Badalona, payo en la exigente escena flamenca, ecl¨¦ctico a rabiar en un territorio tan dado a las ortodoxias y homosexual sin tapujos: desde los 20 a?os, solo utiliza los armarios para organizar trajes y camisas, que para eso el prurito de ser ¡°coqueto y presumido¡± no se lo va a quitar nadie. As¨ª es Miguel, este hombre de 48 primaveras que aparenta bastantes menos y pisa a fondo el acelerador porque se sabe insaciable en su hambre de aprender y descubrir. Le fastidia sentir que ha sobrepasado el ecuador de la existencia, as¨ª que no quiere perderse ¡°ning¨²n color de la paleta¡± en esta loca aventura que supone estar vivo.
Apasionado. Hiperactivo. Resuelto. En su oficina le imploran que no anuncie todav¨ªa c¨®mo se titular¨¢ ese nuevo ¨¢lbum que va cobrando forma al fondo del pasillo, mientras su peque?o ?ngel le dibuja a Saturno unos anillos la mar de orondos. Pero a ¨¦l le ¡°arde en la boca¡± la informaci¨®n, as¨ª que materializa, imparable, el anuncio. ¡°Se llamar¨¢ Diverso porque as¨ª es como soy yo. Flamenco hasta los tu¨¦tanos, pero tambi¨¦n un poco mexicano, brasile?o o argentino. Enamorado de tangos y rancheras, aunque no sea el mejor int¨¦rprete en esos g¨¦neros. Y necesitado de cantar en espa?ol o en catal¨¢n, a Caetano o a Serrat¡±. Incluso de rescatar la memoria de un transexual paname?o que falleci¨® en los a?os ochenta, v¨ªctima del sida y repudiado por sus padres, en El gran var¨®n: un original ins¨®lito, valiente y poco difundido de Omar Alfanno, genio de la salsa centroamericana, que Miguel descubri¨® a trav¨¦s de Pitingo.
Pregunta. Por lo que cuenta, no va a renunciar a esa querencia suya por picotear de aqu¨ª y all¨¢.
Respuesta. Habr¨¢ quien diga que mi m¨²sica es un batiburrillo, pero ?qu¨¦ le voy a hacer yo? No puedo ir en contra de mi naturaleza. Me han enriquecido muchas m¨²sicas y lugares, y no me parece mala idea esto de tender puentes en un mundo en el que todo se est¨¢ radicalizando tanto.
P. ?Hay alguna bandera que ondear¨ªa con gusto?
R. No tengo ninguna en casa. ?Miento! Una de Estados Unidos que le compr¨¦ a mi ni?o en Los ?ngeles, a juego con unas zapatillas de la NASA. ?l naci¨® all¨ª [por gestaci¨®n subrogada], conoce a la familia que lo tuvo, a sus hijos. Lo comprende todo con naturalidad. Somos felices todos: mi pareja, yo, el ni?o y el perro. Si el mundo viese c¨®mo son las cosas en la realidad, se dir¨ªan muchas menos estupideces.
P. ?Faltan todav¨ªa por impartir muchas lecciones de tolerancia?
R. Yo me quit¨¦ los prejuicios y las mochilas muy pronto, y eso ayuda a sentirse libre. La diversidad no deber¨ªa molestar a nadie, es algo muy limpio. Si aparentas lo que no eres o incluso te mientes a ti mismo, el problema lo tienes t¨², compadre¡
P. Pero en un mundo tan radicalizado como el que usted describ¨ªa, hasta las conquistas m¨¢s asentadas pueden verse en peligro¡
R. Siempre recibes alg¨²n gesto de rechazo, pero ante eso solo puedo sentir compasi¨®n. Incluso mi padre, cuando les expliqu¨¦ mi condici¨®n, reaccion¨® un poco inc¨®modo: ¡°Vale, pero aqu¨ª no te des un beso con tu pareja¡±. Yo le respond¨ª: ¡°Perfecto, pero en ese caso que tampoco se besen mis hermanas con sus novios¡±. Luego todo se normaliza enseguida. Mi madre, que siempre fue muy picantona, dec¨ªa estar enamorada de Chiquetete, as¨ª que yo met¨ªa baza: ¡°Pues claro que est¨¢ bueno. ?Y Don Johnson!¡±.
P. ?Le sorprendi¨®, por ejemplo, el revuelo en torno a Pablo Albor¨¢n?
R. Imagino que estaba harto de verse sometido a la eterna pregunta. Y me alegr¨¦ no solo por ¨¦l, sino porque Pablo tiene muchos fans en pa¨ªses como Israel o Per¨², donde la cosa de la homosexualidad est¨¢ muy jodida.
P. ?Alguna vez se sinti¨® tambi¨¦n v¨ªctima de los intolerantes por no seguir siempre la senda del flamenco puro?
R. Hay gente que vive por y para el flamenco las 24 horas del d¨ªa. Yo soy un enamorado del flamenco hasta los tu¨¦tanos, nada me remueve m¨¢s, pero no puedo prescindir de otras facetas. No solo musicales: cuando viv¨ªa en Madrid, me juntaba con actores y no paraba de ir al teatro. Y ahora me obligo a leer cada vez m¨¢s, porque eso siempre te abre nuevos canales. Soy diverso, como el t¨ªtulo de mi disco, pero no por ello menos flamenco que otros.
P. Usted, siempre tan hambriento de est¨ªmulos, ?c¨®mo sobrellev¨® el confinamiento?
R. Las tres primeras semanas de par¨®n, bien; despu¨¦s ya siento que me marchito. Grabar, ensayar y actuar son un alimento espiritual. No es ego, ambici¨®n o ansias de ganar dinero, sino algo muy parecido a una droga. Cuando acontece esa cosa inexplicable de la inspiraci¨®n o del duende, te enganchas. Por eso siento una vocaci¨®n desmedida por el escenario. Los momentos de silencio son fundamentales, desde luego, pero yo necesito el silencio para hacer luego mucho ruido.
P. ?C¨®mo gestiona la paradoja de saberse a¨²n joven, pero con m¨¢s de tres d¨¦cadas de trayectoria art¨ªstica ya a las espaldas?
R. He ido dejando a muchos migueles atr¨¢s. Los he comprendido, pero no hay nada que me alimente y motive m¨¢s que el crecimiento. Por eso es una putada que nos tengamos que morir justo cuando la cosa se va poniendo cada vez m¨¢s interesante.
P. ?Tan mal lleva el paso de los a?os?
R. Alejandro Sanz me insisti¨® en que cumplir los 50 hab¨ªa sido uno de los mejores momentos de mi vida, pero yo no quiero.
P. Al menos, queda la recompensa de saberse, o sentirse, cada vez un poco m¨¢s sabio¡
R. Eso s¨ª. Yo soy un t¨ªo curioso y me gusta conocerme y formarme como ser humano, aunque en su d¨ªa no me sacara ni el graduado escolar. He superado mis complejos, esos a?os en que descubr¨ªa que hay quien come las gambas con cuchillo y tenedor. Cuando rod¨¦ la peli con Bigas Luna [La teta y la luna, en 1994] me rodeaba gente que utilizaba palabras cult¨ªsimas, pero mis ganas de aprender van m¨¢s deprisa a¨²n que los a?os¡
P. Despu¨¦s de tanta experiencia, ?regresar a Madrid ya va dando un poco menos de v¨¦rtigo?
R. ?Qu¨¦ va! Es cada vez peor, porque Madrid pesa mucho. No es que note mariposas en el est¨®mago, sino los p¨¢jaros de Hitchcock por todo el cuerpo. Fuera del escenario no me siento artista, me atenaza la sensaci¨®n de que no voy a ser capaz de hacer nada, pero el teatro es un templo que te transforma.
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