El difuso l¨ªmite entre el delito de odio y la libertad de expresi¨®n que enreda a la Audiencia de Madrid
Las diferencias entre la Fiscal¨ªa y los jueces sobre la prevalencia del il¨ªcito o del derecho devuelven peri¨®dicamente el debate a la opini¨®n p¨²blica, como el de la pasada semana con el fallo sobre el cartel electoral de Vox
?Incita al odio un cartel que contrapone el supuesto coste de mantener a menores extranjeros solos en Espa?a a la pensi¨®n media de una jubilada en Espa?a? Tres jueces de la Audiencia Provincial de Madrid han respondido esta pasada semana que no. Aunque la denuncia solo trataba de la medida cautelar en la que se solicitaba la retirada de la propaganda electoral que Vox utiliz¨® en las elecciones auton¨®micas del 4-M en Madrid, los magistrados entraron a valorar el fondo de la cuesti¨®n. Una decisi¨®n judicial en contra de la opini¨®n de la Fiscal¨ªa, que sosten¨ªa en su argumentaci¨®n jur¨ªdica que el cartel pretende ¡°trasladar una imagen prejuiciosa¡±, vinculando a los menores extranjeros con la delincuencia al representarlos ¡°embozados y encapuchados¡±. Los jueces consideraron que la publicidad del partido de ultraderecha era un ¡°eslogan electoral¡± y ¡°con independencia de si las cifras que se ofrecen son o no veraces, [los menores extranjeros] representan un evidente problema social y pol¨ªtico¡±.
?Qu¨¦ debe primar la libertad de expresi¨®n o el delito de odio? No es la primera vez que el criterio de la Fiscal¨ªa y el de los magistrados de la Audiencia Provincial difieren en este punto. Y, por eso, como ha ocurrido la pasada semana, el debate vuelve a la opini¨®n p¨²blica cada vez que se revelan las diferencias entre ambas instituciones a cuenta de una decisi¨®n judicial.
El ponente del auto de Vox es Eduardo de Urbano. Este magistrado es el mismo que dio luz verde en 2017 a que siguiera circulando por las calles el autob¨²s de Hazte O¨ªr con el mensaje ¡°Los ni?os tienen pene. Las ni?as tienen vulva. Que no te enga?en¡±.
En el auto en el que aval¨® el derecho de la asociaci¨®n a usar este mensaje se amparaba en la libertad de expresi¨®n, algo que tambi¨¦n ha aplicado a su argumentaci¨®n para archivar la causa del cartel de Vox. ¡°Admitir la persecuci¨®n de ideas que molestan a algunos o bastantes, no es democr¨¢tico, supone apoyar una visi¨®n sesgada del poder pol¨ªtico como instrumento para imponer una filosof¨ªa que tiende a sustituir la antigua teocracia por una nueva ideocracia¡±, argumentaba entonces el magistrado. ¡°Las ideas, como tales, no deben ser perseguidas penalmente, en especial, cuando no se focalizan espec¨ªficamente sobre ning¨²n grupo determinado¡±, prosegu¨ªa.
La Fiscal¨ªa, sin embargo, opinaba que el autob¨²s provocaba ¡°alteraci¨®n de la paz p¨²blica y la creaci¨®n de un sentimiento de inseguridad o temor entre las personas por su raz¨®n de su identidad u orientaci¨®n sexual, concretamente entre los menores que puedan verse afectados por el mensaje¡±. Esta postura la apoyaron la Generalitat de Catalu?a y la Delegaci¨®n del Gobierno de Madrid, entonces presidida por la popular Cristina Cifuentes. ¡°Yo creo en la libertad de expresi¨®n, pero tiene un l¨ªmite que son las leyes¡±, expres¨® entonces Cifuentes.
Por aquel entonces sali¨® a la carretera el Tramab¨²s de Podemos, que mostraba rostros de personajes del mundo de la pol¨ªtica y las finanzas, como el ya fallecido expresidente de Caja Madrid Miguel Blesa, la expresidenta de la Comunidad de Madrid Esperanza Aguirre o el expresidente del Gobierno Felipe Gonz¨¢lez. De Urbano tambi¨¦n hizo referencia a este veh¨ªculo en su argumentaci¨®n. ¡°No deja de llamar la atenci¨®n que el denominado Tramab¨²s , autob¨²s fletado por el partido pol¨ªtico Podemos hace unos meses, que tuvo amplia cobertura informativa, llevaba, adem¨¢s de leyendas sobre la corrupci¨®n, las figuras perfectamente identificables, de pol¨ªticos y alg¨²n periodista, que con independencia del juicio que cada uno pueda tener de ellos, tienen derecho a ver respetada su dignidad y presunci¨®n de inocencia, y sin embargo ninguna autoridad impidi¨® su circulaci¨®n¡±, se?alaba.
Tres a?os m¨¢s tarde, la Audiencia Nacional confirm¨® la decisi¨®n que hab¨ªa tomado el Ministerio del Interior de retirar a Hazte O¨ªr la condici¨®n de utilidad p¨²blica. ¡°La campa?a realizada a trav¨¦s de un autob¨²s puesto en circulaci¨®n por las calles de Madrid resulta contrario a la ley¡±, sostuvo entonces la Abogac¨ªa del Estado.
En ambas resoluciones, el ponente cita el caso Zapata. Se trata de la causa en la que el concejal de Ahora Madrid Guillermo Zapata qued¨® absuelto del delito de humillaci¨®n, porque en este caso tambi¨¦n prim¨® la libertad de expresi¨®n cuando escribi¨® unos tuits con bromas sobre el Holocausto y la v¨ªctima de ETA Irene Villa. En este caso, la Fiscal¨ªa s¨ª sostuvo que exist¨ªa delito, pero al juez Santiago Pedraz le bastaron dos horas de declaraci¨®n de Zapata para decidir que no hab¨ªa incurrido en ninguno.
Muchas de estas resoluciones pol¨¦micas est¨¦n relacionadas con delitos de odio, porque tienen limites muy difusos e interpretables¡±Fernando de la Fuente, magistrado de la Audiencia Provincial
Fernando de la Fuente es magistrado de la Audiencia Provincial y portavoz de Jueces para la Democracia. Recalca que no quiere pronunciarse sobre el auto del cartel de Vox espec¨ªficamente. ¡°Hay muy pocas decisiones que se compartan por todo el mundo. Siempre hay alguien que no est¨¢ de acuerdo y es frecuente que muchas de estas resoluciones pol¨¦micas est¨¦n relacionadas con delitos de odio, porque tienen l¨ªmites muy difusos e interpretables¡±, explica.
Por este motivo, el magistrado hace hincapi¨¦ en que hay que tener m¨¢s cuidado si cabe en los fundamentos que sostienen este tipo de resoluciones: ¡°No hay que entrar en valoraciones de contenido ¨¦tico, en general has de prescindir de lo que para ti, como juez, es moralmente criticable, porque puede no serlo para el de enfrente, que es igual de ciudadano que t¨²¡±.
El pasado 13 de febrero unas 300 personas rindieron homenaje a la Divisi¨®n Azul, los voluntarios espa?oles que lucharon en la Segunda Guerra Mundial en las filas nazis conta el ej¨¦rcito sovi¨¦tico. En ella, los participantes lanzaron proclamas: ¡°El enemigo siempre va a ser el mismo, aunque con distintas m¨¢scaras: el jud¨ªo¡±. La Fiscal¨ªa pidi¨® investigar si esta reuni¨®n pod¨ªa suponer un delito de odio, pero la jueza Carmen Rodr¨ªguez Medel archiv¨® el caso.
Medel es la misma que deneg¨® en primera instancia la retirada del cartel de los menores extranjeros de Vox, decisi¨®n que acaba de ser ratificada por la Audiencia Provincial. El Ministerio p¨²blico recurri¨® ante la Audiencia Provincial la desestimaci¨®n de Medel y critic¨® que ni siquiera se hab¨ªa ¡°practicado diligencia de investigaci¨®n alguna¡±. La jueza decidi¨® el archivo del caso en menos de 24 horas. Ahora, como en la denuncia del cartel de Vox, le toca a la Audiencia Provincial pronunciarse.
Otras interpretaciones contrarias
Adem¨¢s del delito de odio, otros como el de profanaci¨®n religiosa suelen ser objeto de interpretaciones contrarias, porque tambi¨¦n entra en juego la libertad de expresi¨®n. El 13 de junio de 2014, las activistas de Femen Ana Urbina y Carlota C¨¢novas se encaramaron al altar mayor de la Almudena con el torso descubierto y gritaron lemas en favor del derecho al aborto. La asociaci¨®n de Abogados Cristianos y la Fiscal¨ªa consideraron que exist¨ªa un delito de profanaci¨®n religiosa, pero un tribunal las absolvi¨®. En este caso, el criterio de la Audiencia Provincial y el ministerio p¨²blico s¨ª fueron de la mano, porque este ¨²ltimo revoc¨® la sentencia y las conden¨® a pagar 2.000 euros de multa a cada una. Aqu¨ª, el derecho a la libertad de expresi¨®n no prevaleci¨® sobre el de la ofensa religiosa.
La complejidad del delito de odio es muy grande. La definici¨®n de homicidio ocupa unas dos l¨ªneas en el C¨®digo Penal. Para explicar el delito de odio son necesarias algo as¨ª como dos p¨¢ginasEndika Zulueta, abogado
El letrado de Urbina y C¨¢novas en ese caso fue Endika Zulueta. ¡°La complejidad del delito de odio es muy grande. La definici¨®n de homicidio ocupa unas dos l¨ªneas en el C¨®digo Penal. Para explicar el delito de odio son necesarias algo as¨ª como dos p¨¢ginas¡±, puntualiza. Para el abogado, ¡°es normal que los partidos tengan un inter¨¦s pol¨ªtico, pero que los jueces lo refuercen. Eso s¨ª es lo preocupante¡±.
Dos a?os despu¨¦s, la ahora portavoz de M¨¢s Madrid en el Ayuntamiento de la capital, Rita Maestre, fue absuelta del delito de ofensa contra los sentimientos religiosos y lo curioso es que el magistrado de la Audiencia Provincial argumentaba que la sociedad ya estaba ¡°habituada¡± a las activistas de Femen. En 2011, Maestre irrumpi¨® en sujetador en la capilla de la Universidad Complutense y lanz¨® proclamas contra la jerarqu¨ªa de la Iglesia cat¨®lica.
Aunque en primera instancia fue condenada, la pol¨ªtica acudi¨® a la Audiencia Provincial. La Fiscal¨ªa se opuso a este recurso con uno de los escritos m¨¢s duros que se recuerdan. En ¨¦l, la representante del Ministerio p¨²blico expres¨®: ¡°Es obvio que las se?oritas est¨¢n en su derecho de alardear de ser putas, libres, bolleras o lo que quieran ser, pero esa conducta realizada en el altar, espacio sagrado para los cat¨®licos al encontrarse all¨ª el Sagrario, lugar donde seg¨²n sus creencias se encuentra su Dios, implica un ¨¢nimo evidente de ofender¡±.
El tribunal de la Audiencia Provincial no apoy¨® la tesis de la fiscal y argument¨®: ¡°En una sociedad democr¨¢tica avanzada como la nuestra que dos j¨®venes se desnuden y se besen no debe escandalizar ya a nadie. Estamos habituados a que activistas de Femen lleven a cabo actos de protesta de esta naturaleza en los lugares m¨¢s inveros¨ªmiles y ante personalidades de toda ¨ªndole¡±.
Cuando los l¨ªmites son difusos, cada argumentaci¨®n y cada decisi¨®n admite m¨²ltiples interpretaciones. Lo importante para el letrado Zulueta es ¡°estudiar con detalle caso a caso porque cada uno tiene unos condicionantes particulares¡±. Tal y como afirma el magistrado Fernando de la Fuente: ¡°Matar a otro es un delito y eso no es discutible, pero hay otros que dan pie a una valoraci¨®n ¨¦tica en los que los jueces no tenemos que entrar. No obstante, yo soy de la opini¨®n de que m¨¢s vale que nos excedamos en la protecci¨®n de los derechos fundamentales¡±.
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