La ni?a que so?¨® con las estrellas mientras vendimiaba
La astr¨®noma Elena Manjavacas trabaja desde Estados Unidos en uno de los equipos que participa en el proyecto del mayor telescopio que la humanidad ha puesto jam¨¢s en ¨®rbita, el James Webb Space
El d¨ªa en el que Elena Manjavacas aprob¨® su ¨²ltima asignatura de F¨ªsica en la Universidad Complutense de Madrid, su padre, feliz y orgulloso de su hija, le dijo antes de colgar: ¡°Bueno, pues ahora vente a vendimiar y as¨ª no te aburres¡±. Su destino estaba escrito en el cielo, pero no dej¨® nunca de tocar la tierra, la del pueblo conquense de 6.000 habitantes de Mota del Cuervo, donde tantas veces ech¨® una mano a sus padres en el campo. Hoy es miembro de uno de los equipos que trabaja para la NASA en el lanzamiento del mayor telescopio que la humanidad haya puesta jam¨¢s en ¨®rbita, el James Webb Space Telescope.
Un maestro fue en gran parte el responsable de que aquella ni?a de un peque?o municipio manchego so?ara con las galaxias lejanas. ¡°Era muy bueno, recuerdo c¨®mo nos hablaba de las estrellas y nos contaba que eran como nuestro sol, que pod¨ªan existir planetas como la Tierra. A m¨ª esa idea me chiflaba, me obsesion¨¦ un poco, empec¨¦ a fijarme m¨¢s en el cielo¡±, cuenta al otro lado del tel¨¦fono. Los Reyes Magos le trajeron ese a?o un telescopio y una enciclopedia del universo. La imagen de portada de su p¨¢gina web son los molinos de su pueblo frente a un cielo estrellado.
El lugar desde el que mira hacia arriba hoy es el Space Telescope Science Institute, en Baltimore (Estados Unidos). ¡°Ahora miro a pantallas de ordenador m¨¢s que a las estrellas¡±, bromea Manjavacas. Su labor consiste en hacer todo tipo de pruebas para preparar el lanzamiento del telescopio llamado a ser el heredero de Hubble. ¡°Vamos a conseguir estudiar objetos que no hab¨ªamos conseguido ver hasta ahora¡±, explica la astr¨®noma. ¡°Va a ser una revoluci¨®n¡±, a?ade con emoci¨®n en su voz. A ella, el lanzamiento, previsto para el 31 de octubre, le pillar¨¢ previsiblemente en su pueblo. ¡°Por el coronavirus, llevo casi dos a?os sin ir¡±, se lamenta.
Cuando lleg¨® a Madrid, su t¨ªo, que ya viv¨ªa en la capital, dedic¨® una ma?ana a ense?arle c¨®mo funcionaba el metro. ¡°Y por otro lado, estaban mis compa?eros de facultad que no hab¨ªan visto una vid en su vida¡±, se r¨ªe. Despu¨¦s de la Complutense, se doctor¨® en el prestigioso instituto Max Planck de Astronom¨ªa de Heidelberg (Alemania), y se especializ¨® en enanas marrones. ¡°Son una especie de t¨¦rmino medio entre las estrellas y los planetas¡±, explica para ignorantes en la materia. Como astr¨®noma ha aprendido a leer el cielo en los dos de los tres observatorios m¨¢s importantes del planeta: el de Canarias y el de Hawai. ¡°Ahora que trabajo sobre todo con gr¨¢ficas y programando, a veces pierdes un poco la conexi¨®n con lo que en un primer momento te llev¨® a dedicarte a esto. Recuerdo el cielo de Hawai, que era precioso. Lo miraba y pensaba: ¡®Por esto estoy aqu¨ª¡±. Manjavacas vivi¨® como un paso natural salir de Espa?a para progresar en su carrera: ¡°Creo que salir fuera es muy ¨²til. En Estados Unidos se aproximan a la ciencia de otra manera, siempre piensan a lo grande, en qu¨¦ se va a hacer dentro de 20 o 50 a?os¡±, se?ala.
Otra cient¨ªfica espa?ola, la gallega Bego?a Vila, trabaja en el proyecto del telescopio James Webb Space. El camino de ambas es muy similar y muestra de la importancia creciente de la mujer en el campo de la ciencia y la tecnolog¨ªa. Ambas se formaron en universidades p¨²blicas, se marcharon de su casa para seguir creciendo y han acabado siendo dos de los centeares de cerebros que trabajan sin descanso en este telescopio que nos permitir¨¢ conocer el origen del universo. ¡°Las cosas est¨¢n cambiando, pero todav¨ªa pasa que a partir de cierta edad hay una presi¨®n social por tener hijos. Muchas veces veo que las mujeres siguen a sus compa?eros hombres cuando tienen que irse a trabajar a otro pa¨ªs, pero no es tan a com¨²n el caso contrario. Las mujeres no se ven en otra que dejar la ciencia o dejar a su pareja e irse a vivir su sue?o¡±, apunta. Concienciada este tema, Manjavacas public¨® en su blog una gu¨ªa precisamente para fomentar la igualdad y auguraba que ojal¨¢, alg¨²n d¨ªa, no sea necesario celebrar el d¨ªa de la mujer en la ciencia.
En un texto posterior de su blog, la cient¨ªfica recuerda los veranos de su infancia manchega, y la incansable labor de su madre en el cultivo de ajos. Un ¨ªntimo homenaje a todas esas mujeres que, con su trabajo y sacrificios, han conseguido que hijas como Elena hayan podido aspirar al universo.
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