Pastillas de fresa para combatir el VIH en los ni?os

Primera opci¨®n. Un jarabe que se toma dos veces al d¨ªa, que hay que conservar y transportar en condiciones muy espec¨ªficas y que sabe tan mal que muchos ni?os lo acaban vomitando. Segunda opci¨®n. Una pastilla que sabe a fresa y se puede disolver. El equipo internacional coliderado por el pediatra del hospital 12 de Octubre Pedro Rojo (Madrid, 48 a?os) tuvo claro que quer¨ªa apostar por la segunda alternativa para mejorar el tratamiento de beb¨¦s con VIH. As¨ª se puso en marcha en 2016 el proyecto Odyssey, con el objetivo de evaluar la eficacia de antirretrovirales m¨¢s baratos, c¨®modos y gustosos para los peque?os. Cuatro a?os despu¨¦s, los investigadores han comprobado que el medicamento funciona. No solo eso, sino que han negociado en paralelo con las farmac¨¦uticas para poder fabricar gen¨¦ricos que lo hagan accesible a todos. Las pastillas de fresa ya son una realidad.

A pesar de que su centro de operaciones se encuentra en Madrid, la mirada de Rojo siempre se ha dirigido a ?frica. Ya en la carrera, se march¨® a Sud¨¢n a participar en un proyecto de formaci¨®n de salud. Durante su residencia en pediatr¨ªa, realiz¨® una estancia de dos meses en Guinea Ecuatorial en un centro de medicina tropical del Instituto de Salud Carlos III. ¡°Eso s¨ª me cambi¨® la visi¨®n, ver morir a ni?os uno detr¨¢s de otro...¡±, apunta. Tambi¨¦n cambi¨® su mentalidad de ¡°salvador¡± y comenz¨® a entender una realidad en la que con el paso del tiempo no ha dejado de sumergirse. Por suerte, muchos a?os despu¨¦s, ese panorama ha cambiado. ¡°Hay mucho m¨¢s acceso a los tratamientos y hay muchos m¨¢s m¨¦dicos y mejor formados¡±, recalca. De hecho en sus proyectos con el continente africano siempre existe la colaboraci¨®n entre sanitarios europeos y locales.

En el proyecto de los antirretrovirales de fresa han participado 792 ni?os de ocho pa¨ªses distintos. ¡°Se trata de un medicamento que ya est¨¢ presente en muchos pa¨ªses porque se usa en el tratamiento con adultos¡±, especifica el pediatra, que califica los resultados de la investigaci¨®n como una ¡°revoluci¨®n¡± en la prevenci¨®n del VIH para ni?os. ¡°Las diferentes partes implicadas hemos acordado un precio que ronda los 80 euros por paciente al a?o¡±, detalla. Los f¨¢rmacos se fabricar¨¢n en India, el pa¨ªs que genera el 80% de los gen¨¦ricos que se consumen en los lugares de renta media y baja de todo el mundo. En vista de los resultados preliminares, tanto la agencia de medicamentos estadounidense como la Organizaci¨®n Mundial de la Salud han dado el visto bueno a su uso. Seg¨²n datos de ONUSida, en 2020 hab¨ªa en el mundo 37,7 de millones de personas infectadas, de las que 1,7 millones son menores de hasta 14 a?os.

Pero el cient¨ªfico est¨¢ inmerso en otro proyecto financiado con 7,6 millones de euros para mejorar la supervivencia en menores con algunas de las patolog¨ªas m¨¢s letales para los peque?os. Le han bautizado como Empirical. ¡°Est¨¢n muy fr¨¢giles, tienen las defensas muy bajas a causa del VIH y por eso el tratamiento a veces falla¡±, indica. El ensayo cl¨ªnico que est¨¢ llevando a cabo equipos de investigadores en seis pa¨ªses africanos estudiar¨¢n los mejores modos de abordar el citomegalovirus y la tuberculosis en ni?os con VIH y neumon¨ªa asociada. El doctor resalta que el 5% de los ni?os africanos con esta ¨²ltima enfermedad no sobreviven. ¡°En Espa?a es muy raro ver a un bebe morir por neumon¨ªa¡±, a?ade. El ensayo que incorporar¨¢ a m¨¢s de 600 pacientes en Uganda Zimbabue, Zambia, Malawi, Mozambique y Costa de Marfil, cuenta con la participaci¨®n de 14 instituciones de alto nivel.

Rojo siempre tiene un pie entre ambos continentes. ¡°Digamos que un 25% de mi tiempo lo paso en alguno de los pa¨ªses en los que se desarrolla el proyecto¡±, calcula. El pediatra visit¨® Uganda el pasado marzo y en octubre vuelve a irse a Mozambique. El trabajo en terreno es fruto de otra labor muchas veces m¨¢s invisible pero que ocupa m¨¢s tiempo si cabe en la vida de los investigadores: la presentaci¨®n de los proyectos. A este, el equipo de Rojo lo trat¨® como ¡°nuestro hijo¡±. Sin embargo, la primera respuesta que recibieron en 2016 fue un ¡°no¡±. Con esta peque?a decepci¨®n, el grupo de m¨¦dicos se march¨® de vacaciones. Un mes despu¨¦s, cuando estaba en un camping de Oropesa con su familia, le lleg¨® un mail que no esperaba. ¡°Hab¨ªan ampliado la financiaci¨®n y nuestro proyecto estaba aprobado¡±, relata con satisfacci¨®n el doctor. Un ejemplo de que por una vez, comprobar el correo en vacaciones, trae alegr¨ªas.

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