La ¡°incomprensible¡± muerte de do?a Rosa en una residencia p¨²blica
Una mujer de 96 a?os sali¨® sola en silla de ruedas de un hogar de mayores y muri¨® tras caer por una rampa. La Fiscal¨ªa investiga a cinco empleadas por unos hechos por los que ni la concesionaria, ni la Comunidad de Madrid han tomado medidas
Rosa Garc¨ªa cre¨ªa estar preparada para recibir la triste noticia del fallecimiento de su madre anciana. ¡°?Que por ley de vida ten¨ªa que morir? Claro. Pero pensaba que ser¨ªa una muerte normal¡±.
Hace casi tres a?os, su madre de 96 a?os sali¨® sola de la residencia p¨²blica donde viv¨ªa, en un peque?o pueblo 60 kil¨®metros al oeste de Madrid capital, Villa del Prado. A pesar de que sus fr¨¢giles brazos le imped¨ªan mover por s¨ª sola su silla de ruedas, Do?a Rosa Rodr¨ªguez cruz¨® las puertas de cristal autom¨¢ticas, recorri¨® un rellano de unos 20 metros, cay¨® por una rampa empinada y choc¨® contra un muro de cemento. Esto pas¨® a la hora del almuerzo, mientras las cuidadoras trasladaban a los mayores desde las habitaciones hasta el comedor. Supuestamente, Do?a Rosa hizo ese recorrido sola y sin que nadie la interceptara a pesar de que los informes de seguimiento que los especialistas de la residencia rellenaron durante a?os indican que era incapaz de ¡°autopropulsar¡± la silla.
De nada sirvieron las atenciones m¨¦dicas en el hospital. Do?a Rosa perdi¨® la vida poco m¨¢s de 24 horas despu¨¦s de su ingreso.
Fue el 10 de abril de 2019, una fecha simb¨®lica porque ese mismo d¨ªa sali¨® a la luz un caso de maltrato en una residencia de la capital gracias a que un hombre grab¨® con c¨¢mara oculta las vejaciones y agresiones f¨ªsicas que sufr¨ªa su madre. Aquella noticia conmocion¨® a Espa?a y suscit¨® un debate sobre la calidad de la atenci¨®n en las residencias de mayores, un sector muy lucrativo que tiene entre manos una tarea muy delicada. Sin embargo, este otro suceso en Villa del Prado ha sido desconocido por la opini¨®n p¨²blica hasta hoy. Cinco cuidadoras est¨¢n siendo investigadas en el juzgado de instrucci¨®n n¨²mero 4 de Navalcarnero en una causa en la que est¨¢ personada la Fiscal¨ªa de Madrid.
La hija de Do?a Rosa ha accedido a hablar con este peri¨®dico sobre lo sucedido porque se le revuelve el est¨®mago cada vez que ve noticias sobre injusticias en las residencias de mayores. Al recordar el accidente de su madre durante un encuentro en un bar de M¨®stoles esta mujer de 63 a?os rompe a llorar: ¡°No te puedes imaginar lo que duele ver a una persona que quieres as¨ª. Un m¨¦dico del hospital me dijo que reciben a personas mayores de residencias con accidentes incomprensibles, pero lo de mi madre no era normal. Me dijo ¡®denuncia esto¡¯¡±.
A pesar de la muerte tr¨¢gica de su madre, nada ha cambiado en esta residencia propiedad de la Comunidad de Madrid y gestionada desde 2012 por un gigante empresarial, la constructora Sacyr, que tiene una filial dedicada al cuidado de mayores, Sacyr Social. La Comunidad conoce los hechos investigados, pero en abril del a?o pasado renov¨® el contrato a Sacyr por 5,4 millones de euros que ser¨¢n abonados a la empresa hasta abril de 2023. Sacyr tampoco ha adoptado ninguna medida disciplinaria contra las trabajadoras.
Sorprendentemente, la Comunidad ha renovado su confianza en Sacyr a pesar de que muy poco antes de la muerte de Do?a Rosa detect¨® que en esa residencia faltaban trabajadores, seg¨²n expedientes de sanci¨®n a los que ha tenido acceso EL PA?S. Solo 14 d¨ªas antes del suceso, el 27 de marzo de 2019, uno de los inspectores de la Consejer¨ªa de Pol¨ªtica Social hab¨ªa descubierto que esta residencia de 120 plazas no cumpl¨ªa con lo acordado en el contrato con respecto al n¨²mero de empleados. Y en otra visita el 18 de diciembre de 2018 tambi¨¦n hab¨ªan detectado el mismo problema. La empresa fue sancionada a pagar m¨¢s de 7.000 euros.
El d¨ªa fat¨ªdico, a Rosa le dijeron por tel¨¦fono que su madre se hab¨ªa ca¨ªdo, pero no dieron m¨¢s detalle. Ella se encontraba descansando en su casa de campo de Almorox, a 15 minutos, y de inmediato se subi¨® a su coche. Lleg¨® a la residencia justo cuando la ambulancia sal¨ªa por la puerta. Se mont¨® en el veh¨ªculo sanitario y vio el rostro ensangrentado de su madre. Los enfermeros le revelaron lo que hab¨ªa pasado.
En la ambulancia agarrando la mano de su madre supo que no iba a sobrevivir. Rosa ha sido enfermera durante casi 40 a?os y dedujo acertadamente que su madre estaba sufriendo una hemorragia cerebral. La madre a¨²n ten¨ªa consciencia. Ya no hablaba, pero con la mano derecha trataba de quitarse los esparadrapos en nariz y frente.
Tras varias semanas de dolor y tras hablarlo con sus tres hijos, decidieron poner una querella por homicidio imprudente. Pensaron en revelarlo a la prensa, pero finalmente decidieron que no lo har¨ªan. Rosa estuvo tentada al ver en la tele los tel¨¦fonos de denuncias de los programas matutinos. ¡°Me lo pens¨¦, pero no sab¨ªa qu¨¦ tratamiento le iban a dar al tema¡±. Desgraciadamente tambi¨¦n influy¨® la percepci¨®n que tienen muchos ciudadanos de que la prensa es partidista: ¡°Si t¨² eres de un medio que entiende que esto puede atacar a [la presidenta Isabel D¨ªaz] Ayuso, pues a lo mejor te lo callas. Y si eres del otro bando, pues a lo mejor lo agrandas¡±.
As¨ª las cosas, todo qued¨® en silencio. Ni la Fiscal¨ªa, ni la Comunidad de Madrid revelaron nada. En el pueblo de Villa del Prado, de algo m¨¢s de 6.600 habitantes, corri¨® el rumor pero nadie estaba seguro. Cuentan que la residencia es un mundo herm¨¦tico y misterioso. Quienes saben lo sucedido callan porque les conviene: las trabajadoras para conservar su empleo y los familiares para no perjudicar a sus mayores. Adem¨¢s, muchos ni se enteraron. Como pasa en la inmensa mayor¨ªa de las residencias, en el hogar de mayores de Villa del Prado no existe un consejo de usuarios, un ¨®rgano demandado por la asociaci¨®n madrile?a de familias Pladigmare para mejorar la transparencia.
Oferta de la empresa
Hace algo m¨¢s de un a?o el abogado de Rosa, Sergio Mellado, le avis¨® de que Sacyr se hab¨ªa comunicado con ¨¦l para ofrecer a la familia de la fallecida una indemnizaci¨®n de casi 100.000 euros a condici¨®n de que retiraran la querella. Lo primero que hizo Rosa fue rechazar la oferta, porque quer¨ªa justicia. Su madre no hab¨ªa tenido una muerte digna. Pero el letrado le advirti¨® de que pod¨ªan perder el juicio y quedarse sin nada. Ella tambi¨¦n pens¨® en la pena que sent¨ªa por las cuidadoras. ¡°Mi abogado me dijo que las trabajadoras pod¨ªan pasar hasta tres a?os en la c¨¢rcel y a m¨ª eso me tir¨® para atr¨¢s, sobre todo por la persona que est¨¢ en la recepci¨®n. ?C¨®mo voy a mandar yo a la c¨¢rcel a esa criaturita?¡±.
Rosa no echa la culpa a las trabajadoras, sino a la empresa y a la directora, Bego?a Hinojosa. ¡°Yo he estado trabajando 40 a?os en un hospital p¨²blico y s¨¦ que ellas lo est¨¢n dando todo, porque tienen en sus manos a personas y no a objetos. S¨¦ bien lo que es trabajar con escasez de recursos y con la presi¨®n de hacer bien tu trabajo¡±. Hinojosa no ha contestado a una solicitud de entrevista.
Tras el acuerdo, los familiares desistieron de la querella y el abogado de las trabajadoras solicit¨® el sobreseimiento de la causa, pero la Fiscal¨ªa se opuso, por lo que el proceso sigue su curso.
Sacyr hizo su propia investigaci¨®n de los hechos, pero no sancion¨® a las trabajadoras, al considerar que no se pod¨ªa acreditar que hubieran incurrido en responsabilidad alguna, seg¨²n responde por correo electr¨®nico un portavoz. ¡°Siguiendo su normativa interna de cumplimiento, en funci¨®n de c¨®mo se desarrolle el proceso judicial, la empresa tomar¨¢ o no nuevas decisiones sobre este caso¡±, a?ade.
La Comunidad de Madrid explica que renov¨® el contrato de gesti¨®n indirecta de Sacyr, porque durante 2020 y 2021 la Consejer¨ªa de Pol¨ªtica Social ha prorrogado una gran parte de las concesiones de este tipo. En total hay 18 residencias p¨²blicas gestionadas por empresas privadas en una regi¨®n donde a final de 2021 hab¨ªa 473 hogares de mayores activos. Este grupo de residencias bajo ese modelo de gesti¨®n indirecta son vistas como las ovejas negras del sector porque acumulan un alto n¨²mero de sanciones. Los cr¨ªticos denuncian que las concesiones por pocos a?os disuaden a las empresas ganadoras de hacer inversiones a largo plazo para mejorar la atenci¨®n.
El portavoz de la Consejer¨ªa considera que Sacyr Social estaba haciendo un trabajo ¨®ptimo, a pesar de la tr¨¢gica muerte de Do?a Rosa y de las sanciones que su Gobierno impuso a la empresa por escasez de trabajadores: ¡°Lo l¨®gico era prorrogar un contrato que no s¨®lo pod¨ªa prorrogarse sino que, adem¨¢s, funcionaba y funciona relativamente bien¡±.
Este portavoz agrega que ¡°no se puede penalizar el servicio por un hecho que no ha sido juzgado¡±.
Rosa lleva casi tres a?os pensando en esta tragedia. Ella conoce bien la residencia, porque visitaba a su madre con mucha frecuencia desde que ingres¨® all¨ª en 2016 tras romperse la cadera. All¨ª dentro, recuerda, ocurr¨ªan muchas irregularidades: a su madre le desaparec¨ªa la ropa y a veces la aparcaban en un sill¨®n, aislada. Apenas hab¨ªa trabajadores para tantos residentes. Vecinos del pueblo hablaban de abuelos con alzheimer que sal¨ªan de la residencia y deambulaban perdidos por las calles.
Le da rabia no haber podido estar all¨ª ese d¨ªa a la hora del almuerzo. Su madre probablemente qued¨® deslumbrada por el sol, triste y sola: ¡°Yo llevaba tres d¨ªas sin ir a verla y estar¨ªa busc¨¢ndome¡±.
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