El auge de la escalada amenaza a las cr¨ªas de aves rapaces en la sierra de Guadarrama
La Comunidad de Madrid proh¨ªbe el acceso a una veintena de tramos del parque nacional durante el periodo de anidaci¨®n


A menos de una hora de la capital, desde la calle del Clavel en Manzanares El Real, se observa el primer risco que aglutina a una decena de escaladores. Al alzar la vista, una bandada de buitres sobrevuelan los puntos m¨¢s altos de La Pedriza, un enorme batolito gran¨ªtico situado en la sierra de Guadarrama al que acceden con frecuencia 15.000 escaladores, seg¨²n la Comunidad de Madrid. El Gobierno regional ha prohibido la escalada en 25 tramos del parque nacional y la ha restringido en otros 18 para que buitres leonados, halcones peregrinos y ¨¢guilas reales puedan criar a sus polluelos durante el periodo de anidaci¨®n, que dura siete meses, desde enero a julio. La norma se establece en ¨¦poca de nidificaci¨®n y reproducci¨®n de aves y se modifica cada a?o, porque los nidos cambian de lugar.
El reglamento publicado en el BOCM indica que ¡°la escalada en los ¨²ltimos a?os ha visto incrementado el n¨²mero de practicantes, en ocasiones con cifras que parecen poco compatibles con la conservaci¨®n¡±. El boom de la escalada es una realidad y los datos la avalan como el deporte de moda. Desde el Gobierno regional se?alan que de las 240.000 personas que visitan al a?o La Pedriza, algo m¨¢s del 6,5% van a escalar, y a?aden que ¡°ha aumentado bastante la cifra de los que practican la escalada de bloque¡±.
Tambi¨¦n las licencias de monta?a en la comunidad se han disparado durante la ¨²ltima d¨¦cada. En 2009 hab¨ªa 8.000 y en 2021 superaban las 21.300, seg¨²n los datos proporcionados por la Federaci¨®n Madrile?a de Monta?ismo. Su director, Pablo Santos, confirma que las licencias van en aumento, aunque explica que para poder escalar no es obligatorio estar federado.
En el risco de Gusarapo, el m¨¢s cercano a la poblaci¨®n de Manzanares El Real, uno de los escaladores desciende con una cuerda azul por la pared de piedra inclinada. ¡°Tensa, que voy hacia abajo¡±, le ordena a su pareja de actividad que asegura la maniobra. Los rayos de un sol radiante y el cielo despejado posibilitan el disfrute de las vistas desde este lugar privilegiado de masas gran¨ªticas. Los amantes de la escalada llegan totalmente equipados: pies de gato, arn¨¦s, cuerdas, cintas y cascos. Tampoco faltan los aseguradores (conocidos como grigris), que sirven para detener una posible ca¨ªda.
Para evitar que los escaladores se topen con los nidos, la Comunidad ha propuesto 400 v¨ªas alternativas. Aunque, muchos de ellos llegan con la lecci¨®n aprendida. Con las manos blancas por el magnesio, el madrile?o Sim¨®n Rojo chequea una gu¨ªa que indica las zonas restringidas por sectores, se?aladas con l¨ªneas rojas, y recuerda la importancia de revisar la normativa antes de acceder a la zona de escalada.
Las restricciones est¨¢n se?alizadas con carteles en los que se lee ¡°?rea de escalada limitada¡±, ubicados en los riscos afectados por la normativa que se establece anualmente. Como novedades a destacar para 2022, se ha regulado la escalada en la cara este del P¨¢jaro y en una v¨ªa en Musgog¨¦nesis. Algunos de los riscos con restricci¨®n en esta zona son Cueva de la Mora, Colina Hueca o El Indio.

Canchales y paredes rocosas construyen este berrocal, donde la m¨¢xima altura roza los 2.000 metros. Desde las alturas, se aprecia una panor¨¢mica de los tejados de las casas unifamiliares que conforman la localidad madrile?a junto al formidable embalse de Santillana. La senda empieza en el dep¨®sito de agua municipal, junto al que hay un aparcamiento de coches, que est¨¢ a 10 minutos del primer punto de escalada. Su f¨¢cil acceso provoca que este sea uno de los lugares favoritos de los escaladores, senderistas y apasionados de la naturaleza.
El camino de tierra se abre entre brezos, cantuesos y enebros. Tras dos horas de actividad, un grupo de escaladores desciende por el estrecho sendero, repleto de arbustos y matorrales. Sergio Garc¨ªa cuenta que empez¨® a escalar hace apenas dos a?os. Tanto ¨¦l como sus compa?eros confirman que cada vez son m¨¢s los que se acercan a esta ¨¢rea natural de formaciones rocosas, que cuenta con 2.000 v¨ªas de escalada. El tr¨ªo pertenece a un grupo de unas 30 personas que organizan salidas entre semana, ¡°porque los fines de semana hay mucha gente¡±. Como ellos, muchos aficionados se organizan en redes sociales para disfrutar de la experiencia deportiva al aire libre. Todos admiten estar acostumbrados a las regulaciones. El monta?ero, que visita asiduamente a esta zona, explica que ¡°las restricciones no afectan tanto a la escalada deportiva, de unos 20 metros de altura, sino a la escalada cl¨¢sica que supera los 150¡å.
Este es el caso de Diego Rodr¨ªguez, que a los 55 a?os se atreve con las elevaciones m¨¢s altas. El madrile?o, que practica la escalada tradicional desde hace 30 a?os, lamenta que la ¨¦poca ¨®ptima para escalar coincida con la ¨¦poca de anidamiento: ¡°En La Pedriza no se puede escalar en verano porque es un sitio muy c¨¢lido, la orientaci¨®n de las paredes es sur, la piedra est¨¢ muy caliente y te deshidratas. Con estas restricciones se corta la temporada buena para escalar y se limita solo a tres meses en oto?o¡±.
La asociaci¨®n Escalada Sostenible, que acoge a 750 socios, se encarga de negociar con el comit¨¦ t¨¦cnico del parque, que se ocupa de revisar los nidos, para llegar a un consenso. Su portavoz, Jos¨¦ Luis N¨²?ez, cuenta que las restricciones les afectan de manera simb¨®lica: ¡°Hay una regulaci¨®n flexible y la respetamos. Nos limita, pero no mucho, solo de manera simb¨®lica¡±. El monta?ista Jos¨¦ Mart¨ªn, de 39 a?os, que vive en el municipio vecino de Soto del Real y lleva cinco a?os practicando la escalada, coincide con su compa?ero: ¡°Hay riscos emblem¨¢ticos restringidos como el de Pe?a Sirio, pero la gente lo respeta¡±.
Suscr¨ªbete aqu¨ª a nuestra newsletter diaria sobre Madrid.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.