Cascada de renuncias entre los tutores voluntarios de los residentes de m¨¦dicos de familia en Madrid
Al menos 203 doctores han escrito a la Administraci¨®n para avisar de que no asumir¨¢n la docencia pr¨¢ctica de los pr¨®ximos MIR, que llegan en junio
La atenci¨®n primaria era un vaso de agua lleno de agujeros antes de la pandemia y la covid actu¨® como un tsunami que arras¨® con todo. Lo ¨²ltimo en tambalearse, la docencia que aquellos m¨¦dicos de familia asum¨ªan de forma voluntaria con los residentes que llegan cada a?o para especializarse en su ¨¢rea. Con ese ejemplo tan gr¨¢fico del vaso de agua, Eduardo D¨ªaz, doctor en un centro de salud de Legan¨¦s, ha explicado por qu¨¦ ha mandado una carta a la Comunidad de Madrid para avisar de que, a partir de junio, ya no asumir¨¢ la tutor¨ªa de ning¨²n nuevo m¨¦dico interno residente (MIR). No es un caso aislado. Un goteo de renuncias fue llegando la semana pasada a la Administraci¨®n. Ya van, al menos, 203 facultativos de familia que se han bajado de un carro tan necesario para el engranaje de la sanidad, como el de la formaci¨®n de los futuros m¨¦dicos de atenci¨®n primaria. Las razones son variadas, aunque repiten una y otra vez que les falta tiempo, que est¨¢n saturados y, por tanto, hartos de decir que no pueden m¨¢s. Una portavoz de la Consejer¨ªa de Sanidad cifra esas bajas en 193, un 28,3%, pues hab¨ªa hasta ahora 681 tutores de esta especialidad en la regi¨®n. Pero el n¨²mero sigue subiendo, uno a uno, y el sindicato de m¨¦dicos Amyts cree que se supera con creces el 30% de m¨¦dicos ya ha dicho basta.
Que no se tutorice a los residentes que elijan la especialidad de m¨¦dico de familia en la atenci¨®n primaria, es decir, en los centros de salud, puede ser letal para la sanidad madrile?a, porque si no encuentran qui¨¦n les ense?e, los j¨®venes buscar¨¢n amparo en otras especialidades, en los hospitales o en otras comunidades aut¨®nomas. ¡°Y Madrid, entonces, se quedar¨ªa sin mano de obra barata¡±, recuerda Aurora L¨®pez Gil, otra de las m¨¦dicos de familia que avis¨® a la Administraci¨®n por escrito de que ya no iba a ense?ar m¨¢s.
¡°Estamos haciendo un plan¡±, explican fuentes de la Consejer¨ªa de Sanidad.
¡°Mentira. No hacen nada. Se han reunido con nosotros y han acabado asumiendo que tenemos raz¨®n. Nada m¨¢s¡±, se queja L¨®pez Gil.
D¨ªaz pertenece a la zona sur de Madrid, la que se encuentra m¨¢s saturada y, por tanto, de donde proviene la mayor¨ªa de los 100.000 madrile?os que sufren el cambio de m¨¦dico constante por bajas prolongadas. L¨®pez Gil, sin embargo, es de la zona noroeste, de Torrelodones: ¡°Una de las zonas VIP, lo s¨¦, y aun as¨ª la cosa tambi¨¦n est¨¢ mal, porque esto es como una bomba expansiva¡±. Ambos hablan de los beneficios de la medicina de familia con orgullo, como la base para aumentar la calidad de vida de la poblaci¨®n y una de las razones m¨¢s importantes para evitar que muchos casos se cronifiquen y acaben en el hospital. ¡°A la larga evitamos infartos, ictus... hasta depresiones¡±, recuerdan.
Sin embargo, llevan a?os ara?ando tiempo al reloj, asumiendo m¨¢s y m¨¢s pacientes y sufriendo al ver c¨®mo la calidad de la sanidad p¨²blica ca¨ªa en picado con m¨¢s listas de espera (dos o tres semanas para una consulta normal) y menos tiempo para atender (siete minutos de media por paciente). Los dos han estado d¨¦cadas tutorizando, paralelamente a su trabajo, a futuros m¨¦dicos y los dos han renunciado a seguir haci¨¦ndolo.
Reuni¨®n ¡°muy tensa¡±
¡°No tienes tiempo para explicar bien c¨®mo atender un caso en consulta, es lamentable. Y lo siento en el alma porque siempre me ha gustado mucho hacerlo, creas una relaci¨®n paterno-filial muy bonita, es muy gratificante y te hace mejor m¨¦dico y mejor persona, pero cuando ya no hay calidad para ellos, que no aprenden como antes aprend¨ªan otros, es mejor dejar de hacerlo¡±, lamenta ¨¦l, que cuenta que estuvo presente en una reuni¨®n ¡°muy tensa¡± con la Direcci¨®n Asistencial sur de la Administraci¨®n para tratar este tema.
Ocurri¨® el viernes 11 de febrero. En la Comunidad de Madrid hab¨ªan saltado las alarmas porque en el sur, que siempre hab¨ªa gozado de cierto prestigio, 50 de 76 tutores renunciaron en cuesti¨®n de d¨ªas a ampliar su cupo de residentes. Al a?o, un m¨¦dico puede tener hasta cuatro personas a su cargo para ense?arles la especialidad. Lo hacen, eso s¨ª, de manera altruista y voluntaria. No cobran ninguna remuneraci¨®n por hacerlo y el tiempo que le dedican es el suyo, exclusivamente. En la reuni¨®n con la direcci¨®n asistencial, cuenta D¨ªaz, les pidieron explicaciones e insistieron en la importancia que tiene la docencia para el futuro de la sanidad. ¡°Es alucinante, porque hacen cero autocr¨ªtica y nos planteaban ¡®?qu¨¦ puedes hacer para salvar la docencia?¡¯ No, hombre, no, no me tires la pelota a m¨ª, ?qu¨¦ vas a hacer t¨² para mejorar las condiciones?¡±, se queja el doctor. Porque ya no se trata de una remuneraci¨®n econ¨®mica, aseguran, sino de disponer de tiempo, de disminuir la saturaci¨®n.
Las reuniones se sucedieron por igual en el resto de zonas, y seg¨²n varios de los presentes, todas en los mismos t¨¦rminos.
¡°La pandemia ha sido el detonante, el gatillo¡±, explica D¨ªaz, que incide en que el problema viene de lejos y ¡°hace falta un cambio organizativo profundo¡±. ¡°Y nos dicen que es verdad, que est¨¢n de acuerdo, pero que tiene que surgir de los propios centros de salud. Pero yo no puedo decidir el n¨²mero de pacientes que tengo¡±, reclama. De hecho, mantiene a su cargo a 2.000. ¡°Cuando lo normal ser¨ªa tener 1.300¡å.
L¨®pez Gil hace un an¨¢lisis similar desde la otra punta de la regi¨®n. En su caso, los ocho m¨¦dicos de su centro de salud que tutorizaban a residentes decidieron renunciar a la docencia en bloque. Ella se declara una enamorada de la atenci¨®n primaria, una especialidad que eligi¨® cuando, por nota, podr¨ªa haber optado a cualquier otra. ¡°Pero es que si se hace bien es muy bonita, ves que cambias realmente la vida de la gente. Y los estudios lo dicen, que un pa¨ªs con buena atenci¨®n primaria evita hospitalizaciones innecesarias y alarga un 30% la calidad de vida¡±. Sin embargo, asegura, hace tiempo que ya no tiene tiempo ni de investigar, ni de aprender, ni de atender, ni tampoco de ense?ar.
Y en ese contexto, lleg¨® el coronavirus.
Fuentes de la Consejer¨ªa de Sanidad aseguran que ha aprobado un conjunto de actuaciones contempladas en el Plan de Mejora Integral de la Atenci¨®n Primaria 2022-2023, que suponen una inversi¨®n de 200 millones de euros, de las que 80,8 millones corresponde a incentivos retributivos y creaci¨®n de m¨¢s de 1.200 plazas. ¡°Eso no es real, porque faltan desde hace tiempo 1.400 y porque 1.250 m¨¦dicos est¨¢n a punto de jubilarse. Luego las condiciones son tan malas que los residentes se acaban yendo fuera¡±, insiste la m¨¦dico de familia y presidenta del sector de Atenci¨®n Primaria Amyts, Mar¨ªa Justicia.
¡°Por otro lado¡±, a?aden las fuentes de Sanidad, ¡°se est¨¢n estableciendo medidas que tienen por objeto la revisi¨®n completa de la figura del tutor de residentes, tanto desde el punto de vista normativo como formativo¡±. ?En qu¨¦ consiste esa revisi¨®n? La portavoz de la consejer¨ªa no lo aclara. Pero, sobre todo, ?est¨¢ preocupada la Comunidad de Madrid por la p¨¦rdida de tutores? ?Piensa hacer algo? Silencio.
L¨®pez Gil no es optimista. ¡°No somos los mismos que antes de la pandemia. Antes aguant¨¢bamos y aguant¨¢bamos. Ahora no. Estamos desbordados y muy cansados. Ves a la gente quemada, que ya no puede m¨¢s. Incluso encorvada, como que hemos envejecido. Una cosa que parece una chorrada, pero no lo es: los m¨¦dicos ya ni se cuidan, casi todos se han dejado las canas porque ya pasan de todo¡±, explica la doctora que recuerda que adem¨¢s durante los peores meses de la pandemia dej¨® a sus hijos peque?os ¡°al cuidado de una universitaria¡±, mientras ella se jugaba la vida. ¡°Lo haces por responsabilidad, desde luego. Pero cuando ves que luego nada mejora, pues te plantas¡±, zanja. ¡°Tambi¨¦n por responsabilidad, por los que vienen detr¨¢s¡±.
Depresiones, crisis de identidad, ideas suicidas: la salud mental tambi¨¦n afecta a los m¨¦dicos
La bomba de la renuncia a la docencia no ha llegado de la nada. Los médicos de familia arrastraban problemas de salud mental que se han agudizado con la pandemia, cuando han visto cómo entraban en una espiral de ansiedad y de cansancio. Lo cuenta Ángel Luis Rodríguez, médico de familia, psicoterapeuta y responsable del gabinete de salud mental del sindicato Amyts. Ya en 2018 abrieron ese espacio para los médicos afiliados, porque veían que la sobrecarga estaba pasando factura. Con la pandemia ha sido tal el desgaste general en la profesión, que abrieron sus teléfonos y sus consultas para todos los que lo necesitaran, no solo para los sindicados. Y los datos que Rodríguez ha recabado desde entonces son demoledores.
Los primeros meses de la pandemia los sanitarios sufrían de ansiedad, insomnio, irritabilidad, estrés... "Pero cuando la adrenalina en la sangre empezó a bajar poco a poco, llegaron los síntomas de la depresión", explica. Desde marzo de 2020 hasta ahora, el burnout, que es lo que se conoce como crisis de identidad profesional, ha pasado del 40% al 60% entre los médicos de familia. Entre un 20% y un 25% se han planteado dejar la profesión definitivamente, "a pesar de estar 13 o 14 años formándose". El 56% quiere dejar su puesto actual y pedir un cambio, el que sea, para probar suerte en otro sitio. Un 3,5% de médicos tiene ideas suicidas. Y más de la mitad están polimedicados, es decir, que tienen que tomar al menos dos fármacos para pasar consulta.
"Generalmente, son síntomas difíciles de revertir porque los médicos cuando acuden a ti es porque no pueden más. Están acostumbrados a ser los cuidadores, no los cuidados, y les cuesta pedir ayuda", explica. Sin embargo, llevan sufriendo mucho tiempo las bajas de sus compañeros por enfermedad, por depresión o porque han renunciado a su puesto. "Y se ha producido un efecto cascada: cuando antes sacaban adelante el trabajo entre ocho, pasaron a hacerlo entre seis, y acabaron quemados porque no podían más. Después se quedaron cuatro y así sucesivamente. Eso sí, siempre con la misma cantidad de pacientes. Y no había sustitutos porque de hecho, de 223 residentes que acabaron el año pasado solo 17 decidieron quedarse en Madrid en atención primaria". Eso ha provocado que los que estaban ya, se cuestionaran la profesión. "Al ser algo tan vocacional, muchos se sienten luego vacíos, sin saber qué hacer".
Para colmo, explica Rodríguez, los pacientes han notado que se les atendía peor, porque hay menos médicos, y no han dudado en mostrar su malestar. "Han acabado hasta insultando al médico cuando salía de la consulta para ir al baño. Es realmente desolador".
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