Esperando la llegada de las pantallas a las urgencias de Madrid: ¡°Un m¨¦dico tiene que tocar, ver y oler¡±
Los centros de salud 24 horas reciben los dispositivos para las videoconsultas con las que el Gobierno regional quiere subsanar la falta de profesionales. Las enfermeras temen su desamparo
Una mujer y su marido pasan con su pastor alem¨¢n por delante del centro de salud de Perales del R¨ªo, pedan¨ªa de Getafe (Madrid), que linda con la capital y a 10 kil¨®metros de su n¨²cleo urbano. ¡°?Qu¨¦ va a pasar aqu¨ª?¡±, pregunta la mujer a la enfermera que est¨¢ en la puerta. ¡°Pues nada, que vamos a estar enfermeras con el m¨¦dico en una pantalla¡±, le responde. ¡°Es una verg¨¹enza y un maltrato y s¨¦ de lo que hablo, porque adem¨¢s de vecina y usuaria, yo tambi¨¦n soy enfermera en un hospital¡±, se lamenta Mar¨ªa, la mujer que acaricia a su perro, en apoyo a su compa?era, que prefiere dar solo su inicial, T. As¨ª esperan las urgencias de Madrid y sus usuarios la llegada de las pantallas por las que se supone que deber¨¢n atenderlos y diagnosticarlos facultativos que estar¨¢n de guardia en otro centro. Es la soluci¨®n que incluye el tercer plan que ha planteado el Gobierno de Isabel D¨ªaz Ayuso para tratar de paliar la escasez de profesionales y afrontar el caos generado por la falta de previsi¨®n en la vuelta de este servicio.
¡°Han llegado unas cajas con c¨¢maras y dispositivos, que ni he abierto. No tengo instrucciones por escrito, no s¨¦ si nos van a dar formaci¨®n... Solo s¨¦ que he recibido dos mails de la empresa Zoom¡±, se?ala la enfermera. Un grupo de miembros de la asociaci¨®n vecinal se acercan el viernes por la noche tambi¨¦n al centro y ense?an la pancarta que han preparado para la manifestaci¨®n convocada este domingo en defensa de la sanidad p¨²blica en Madrid. ?ngel Castiblanque recuerda una fecha sin un atisbo de duda: 16 de diciembre de 2016. ¡°Es el d¨ªa que abrieron las urgencias en nuestro barrio. Cuando has luchado tanto por algo, el d¨ªa que sucede no se te olvida. Este sitio salv¨® la vida de mi mujer, que entr¨® aqu¨ª con un infarto, y ahora lo estamos perdiendo¡±, se queja. Su esposa, Alicia S¨¢nchez, asiente al lado.
La enfermera T. pasar¨¢ esta noche de guardia sin m¨¦dico, como viene sucediendo desde que el 28 de octubre Ayuso reabri¨® 78 centros que se cerraron con la pandemia sin contratar m¨¢s sanitarios. Esa situaci¨®n se da esa misma noche en casi la mitad de los centros de urgencias. Treinta y cinco de estos puntos abrieron el viernes sin el equipo completo ¡ªmedicina, enfermer¨ªa y celador¡ª y seis se mantuvieron cerrados, seg¨²n los datos recabados por el colectivo de Afectados por el cierre de Servicios de Urgencias de Atenci¨®n Primaria (SUAP) y la Plataforma SAR, que agrupa a los profesionales del entorno rural. El desastre de la vuelta del servicio ha provocado una huelga convocada por el sindicato de m¨¦dicos Amyts desde el pasado lunes, en la que los servicios m¨ªnimos son del 100%.
Hasta ese d¨ªa en este servicio trabajaban cuatro enfermeras y cuatro m¨¦dicos que ahora han quedado reducidos a la mitad y uno de los doctores est¨¢ de baja. Esa madrugada, muchos de los profesionales sanitarios recibieron correos electr¨®nicos de madrugada anunci¨¢ndoles su nuevo destino, horarios y planillo de guardias. ¡°Todos estos a?os hemos estado aqu¨ª los mismos siempre, la poblaci¨®n nos conoc¨ªa y nunca hemos fallado. Nunca. Aqu¨ª hemos estado para afrontar la covid, (el temporal) Filomena... Todo¡±, recalca la enfermera.
Muchos temores
Ahora tienen una caja con c¨¢maras y un correo electr¨®nico de Zoom. Y muchos temores. La profesional enumera las carencias ante las que se halla cada noche que pasa en estas urgencias sola: ¡°?Qu¨¦ amparo legal tenemos? Yo no puedo administrar medicaci¨®n y mucho menos intravenosa. Tampoco tengo formaci¨®n para el diagn¨®stico, por mucho que la experiencia me indique una cosa u otra. Puedo poner un electrocardiograma, pero no leer los resultados¡±. Y contin¨²a con los miedos: ¡°Si pasa algo grave, que pasar¨¢, ?de qui¨¦n ser¨¢ la culpa? ?Del m¨¦dico que no se conect¨® a la videollamada a tiempo porque estaba atendiendo otra urgencia? ?Del t¨¦cnico que instal¨® el sistema que ha fallado? ?De la enfermera que no fue lo suficientemente r¨¢pida? Es como si a los bomberos les pones una c¨¢mara para que te indiquen desde la distancia cu¨¢ntos cubos de agua tienes que echar en un fuego. Un m¨¦dico tiene que tocar, ver y oler para poder diagnosticar una urgencia¡±.
A su lado, su compa?era de profesi¨®n y vecina de Perales del R¨ªo la secunda: ¡°De nuevo, se invisibiliza y menosprecia la labor de la enfermera. Este nuevo plan nos deja en la indefensi¨®n. Cualquier situaci¨®n es potencialmente grave¡±. Las dos hablan del nivel de ansiedad que les produce esta situaci¨®n. T. se toca con la mano la zona de la boca del est¨®mago para explicar c¨®mo se siente un profesional sanitario ante una emergencia: ¡°Se te pone aqu¨ª un nudo y sabes que tienes que actuar r¨¢pido. ?C¨®mo voy a hacerlo sola, teniendo que conectarme a una c¨¢mara?¡±.
El l¨ªder vecinal ?ngel Castiblanque teme la vuelta a la ¨¦poca en la que ten¨ªan que desplazarse hasta el hospital 12 de Octubre, el que les corresponde. ¡°Si no tienes coche, tienes que coger un autob¨²s que pasa cada 20 minutos o m¨¢s, o si no, un taxi. Pero en el caso de una persona mayor o impedida esto no es tan sencillo...¡±, indica. A su lado, la enfermera de urgencias recuerda que en el caso de un infarto o un ictus cada minuto es ¡°crucial¡±.
Los usuarios enrollan la pancarta que desplegar¨¢n este domingo en la manifestaci¨®n por la sanidad p¨²blica. La enfermera vuelve a entrar en su centro de salud enmarcado por carteles de los vecinos en los que se leen mensajes de apoyo a los profesionales sanitarios. T. espera que no pase nada grave esta noche en la que vuelve a estar sola.
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