?Es Madrid ciudad para festivales? Un a?o agridulce para los macroeventos musicales
Cuatro de los espect¨¢culos m¨¢s grandes organizados entre junio y septiembre han venido acompa?ados de pol¨¦mica: problemas de movilidad, roces entre los promotores y el Ayuntamiento, multas o cancelaciones de ¨²ltima hora
No ha sido el mejor a?o para los grandes festivales de m¨²sica en Madrid. Si no es por una cosa, es por otra: cambios de recinto, conciertos a 40 kil¨®metros del centro de la ciudad, horas de espera dentro de un coche para llegar, autobuses colapsados, quejas de los vecinos, espacios que se inundan, roces entre los promotores y el Ayuntamiento, multas de miles de euros o cancelaciones de ¨²ltima hora. Cuatro de los espect¨¢culos m¨¢s grandes organizados entre junio y septiembre ¨DPrimavera Sound, Mad Cool, Reggaeton Beach y Brava Madrid¨D se han visto eclipsados por numerosas pol¨¦micas. El ¨²ltimo salpicado ha sido Brava Madrid, que se celebr¨® el pasado fin de semana y donde miles de asistentes pagaron hasta 10 euros por utilizar un servicio de autob¨²s el Gobierno de Almeida anunci¨® como gratuito. Un verano e inicio de oto?o malditos en la capital, que compite con Barcelona por convertirse en la ciudad de los macroeventos musicales.
Todo empieza con el accidentado arranque del Primavera Sound, que acumula 21 ediciones en la capital catalana y este junio se celebr¨® por primera vez en Madrid. Problema principal, el sitio: la por temporadas abandonada Ciudad del Rock, a casi 40 kil¨®metros del centro de la ciudad, un recinto de 350.000 metros cuadrados en medio de la nada entre Arganda del Rey y Perales de Taju?a. La organizaci¨®n valor¨® otros espacios en la villa, pero ninguno se adecuaba al tama?o y condiciones necesarias para llevar a cabo un evento de tal envergadura. ?Resultado? Los casi 90.000 asistentes, seg¨²n cifras de la organizaci¨®n, tuvieron que ir en coche o en algunos de los 100 autobuses gratuitos puestos por la empresa para llevarlos al festival desde el estadio Metropolitano.
Paloma Cabrera, de 29 a?os, recuerda la experiencia de regreso del festival como ¡°lo peor que ha visto en su vida¡±. Las historias son similares entre los asistentes. Personas que optaron por ir en los autobuses gratuitos y se encontraron con atascos ¡°infernales¡± en los que tardaron m¨¢s de una hora en recorrer los ¨²ltimos 500 metros de carretera que los separaban del recinto. Lo mismo aquellos que optaron por el taxi o el coche particular. El s¨¢bado, el d¨ªa fuerte, hubo quienes esperaron hasta cuatro horas de cola para subir a la lanzadera y volver a Madrid. Al colapso del tr¨¢fico se le sum¨® la suspensi¨®n del primer d¨ªa de festival debido a las fuertes lluvias, que dejaron todo anegado de agua y embarrado. Ante estos problemas, los organizadores del Primavera Sound tomaron la decisi¨®n de no celebrar una segunda edici¨®n madrile?a en 2024.
Un portavoz del Primavera Sound, preguntado por si la capital est¨¢ preparada para acoger eventos de esta envergadura, responde tajante: ¡°Ahora mismo no¡±. ¡°Tenemos una visi¨®n muy clara del festival que queremos y por el momento no hay un recinto adecuado que cumpla con ella¡±, insiste. Tambi¨¦n reconoce que la Ciudad del Rock es el sitio ¡°perfecto¡± para desarrollarlo, pero que est¨¢ ¡°demasiado lejos¡± y los accesos no son capaces de absorber el volumen de tr¨¢fico. ¡°El car¨¢cter y cultura propios de la ciudad, con las infraestructuras potentes propias de una capital, hacen que pueda ser muy atractivo el ir a visitarla y disfrutar de un festival. El no contar con un recinto apropiado para estas necesidades, no obstante, imposibilita todo lo dem¨¢s¡±, a?ade.
Quien tambi¨¦n est¨¢ desde 2016 a vueltas con el lugar donde asentarse en la ciudad es el Mad Cool, el mayor festival de m¨²sica que acoge Madrid (unas 70.000 personas) y lleva ya seis ediciones. Se celebra cada a?o a principios de julio y las dos primeras ediciones fueron en la Caja M¨¢gica, en el distrito de Usera y junto al r¨ªo Manzanares. Para las tres siguientes, los conciertos se trasladaron a Ifema y ya en 2021 el futuro del macroevento pend¨ªa de un hilo: la organizaci¨®n se puso en contacto con ciudades de otras comunidades para trasladar el espect¨¢culo, porque no encontraban un espacio en condiciones en la capital. Un a?o despu¨¦s, los asistentes denunciaban tarifas desorbitadas de Uber y enormes colas en el transporte p¨²blico para llegar.
Entonces llega la edici¨®n de 2023: el festival se traslada a un solar entre el distrito de Villaverde y Getafe ¨D185.000 metros cuadrados bajo el nombre de Iberdrola Music¨D, pensado no solo para el MadCool, sino tambi¨¦n para otros macroeventos, como el concierto del brit¨¢nico Harry Styles, el Coca Cola Music Experience o el Reggaeton Beach Festival. Las broncas empiezan antes incluso que el festival, porque el nuevo espacio se encuentra a solo 200 metros de las viviendas. Los vecinos tem¨ªan sobre todo por el ruido, que ya hab¨ªa afectado a los ciudadanos cuando se celebraba en Ifema y de lo que durante a?os se quej¨® la Asociaci¨®n de Vecinos de Valdebebas. Las cr¨ªticas tambi¨¦n advert¨ªan de posibles problemas de movilidad y naci¨® as¨ª la plataforma ciudadana Stop Mad Cool Villaverde.
Como una profec¨ªa autocumplida, las preocupaciones vecinales se hicieron realidad. El Ayuntamiento ha abierto un expediente de sanci¨®n al Mad Cool por superar los niveles sonoros m¨¢ximos permitidos y el festival deber¨¢ pagar 22.001 euros de multa. Durante los tres d¨ªas de conciertos, tambi¨¦n hubo much¨ªsimos problemas de movilidad, porque la capacidad del metro y de los autobuses no fue suficiente para transportar a decenas de miles de personas. Los trenes y lanzaderas iban hasta los topes y quienes no entraban tuvieron que recurrir a transporte privado, taxis y VTC, que por la alta demanda subieron los precios. Lo mismo ocurri¨® tras el concierto de Harry Styles (65.000 asistentes) celebrado siete d¨ªas despu¨¦s.
Los gestores del Iberdrola Music defienden que Madrid s¨ª puede competir con otras capitales europeas para alojar espect¨¢culos de asistencia masiva. Tambi¨¦n aseguran que el espacio de Villaverde ¡°se plante¨® como la opci¨®n m¨¢s v¨¢lida tanto por las instituciones p¨²blicas como por la iniciativa privada¡° y que ¡°cumple con las necesidades para celebrar este tipo de eventos¡±.
Pero no todo son desastres. La ciudad lleva a?os acogiendo festivales ¨DTomavistas, Noches del Bot¨¢nico, Bombastic o R¨ªo Babel, por ejemplo¨D sin apenas incidencias. Eso s¨ª, son m¨¢s peque?os. David Moya, responsable de comunicaci¨®n de la promotora Sonde 3 Producciones, que organiza R¨ªo Babel, opina que la mala organizaci¨®n suele ser culpa del evento que del propio recinto en s¨ª. ¡°Madrid es una ciudad que s¨ª est¨¢ preparada y claro ejemplo es que toda la semana hay partidos de f¨²tbol con mayor asistencia. No s¨¦ qu¨¦ pasa para que estos festivales tengan esas problem¨¢ticas, pero la ciudad en s¨ª misma s¨ª est¨¢ lista para evacuar a tantas personas¡±, comenta por tel¨¦fono. Para Moya, la principal carencia de la capital es que no tiene recintos para albergar los macroeventos.
La maldici¨®n del reggaet¨®n
El siguiente superevento que iba a acoger el espacio Iberdrola Music, a pesar de las constantes protestas vecinales, era el Reggaet¨®n Beach Festival, entre el 22 y 23 de julio. Pero un d¨ªa antes de que 38.000 personas llenaran el recinto, el Ayuntamiento de Madrid deneg¨® la licencia, el festival se cancel¨® y tuvieron que devolver todas las entradas vendidas. Los motivos del Consistorio para no autorizarlo fueron los problemas de seguridad y movilidad del recinto. La promotora denunci¨® que la noticia lleg¨® antes a los medios que a ellos y que la decisi¨®n de suspender los conciertos estaba motivada por una guerra pol¨ªtica por las quejas de los vecinos de Villaverde y Getafe.
Los organizadores ¨Dque ahora no quieren hacer declaraciones¨D criticaron en su momento que el recinto se hab¨ªa construido con todos los permisos y licencias para grandes conciertos, y que ya se hab¨ªan celebrado dos eventos a¨²n mayores, apenas 15 d¨ªas antes. La misma suerte corri¨® un a?o antes el Madrid Puro Reggaet¨®n Festival, que fue cancelado a un d¨ªa la apertura y cuyo cabeza de cartel era el puertorrique?o Daddy Yankee. El espect¨¢culo iba a ser en la Caja M¨¢gica, pero luego se traslad¨® al estadio Metropolitano para que no hubiera, una vez m¨¢s, problemas de movilidad. Al final, qued¨® en nada.
El ¨²ltimo evento en sumarse a la lista de pol¨¦micas festivaleras ha sido el Brava Madrid, que se celebr¨® entre el viernes y el s¨¢bado pasados en Ifema. Para ir y volver, los asistentes pod¨ªan recurrir al coche privado, el metro o el autob¨²s, la opci¨®n m¨¢s demandada de madrugada, cuando ya hab¨ªan terminado los conciertos y el metro estaba cerrado. Por eso, la EMT puso en marcha un servicio especial de lanzadera gratuita para facilitar el regreso y as¨ª lo anunci¨® el Ayuntamiento de Madrid. Pero al final, no fue gratis, o al menos no para todos. La empresa que organizaba el evento obligaba a pagar entre 8 y 10 euros a los asistentes para que pudieran subir a los autobuses, porque lo permit¨ªa el contrato firmado con el Consistorio. Muchos lo hicieron y al d¨ªa siguiente de acabar los conciertos, nadie hablaba de ellos. Las redes se llenaron de quejas por la en¨¦sima pifia en un gran festival de la capital.
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