El Ayuntamiento elimina el proyecto piloto de una calle escolar del Retiro, reservada 20 minutos al d¨ªa a los colegios

Los coches han regresado a la calle de Juan Esplandi¨² (distrito de Retiro) las 24 horas y, poco a poco, han desplazado a la acera a los ni?os que, en los ¨²ltimos cuatro a?os, hac¨ªan suya la v¨ªa durante 20 minutos al d¨ªa para ir al colegio. As¨ª hab¨ªa funcionado desde 2019, cuando comenz¨® un proyecto piloto que permit¨ªa que, de lunes a viernes, de 8.45 a 9.05, los estudiantes de los colegios Montserrat y Ciudad de Roma pudieran transitar libremente en la calle en bicicleta, patinetes o caminando. La estrategia era un ¨ªcono de movilidad escolar sostenible y segura en Madrid y beneficiaba a cerca de 1.400 alumnos. Por eso, en septiembre, tras las vacaciones de verano, los padres de los peque?os esperaban que se reactivara, como siempre hab¨ªa sucedido; sin embargo, este martes la Junta Municipal del distrito de Retiro les ha comunicado que el proyecto de movilidad escolar sigue, pero sin los cortes de tr¨¢fico.

Ahora, en lugar de los cierres viales, habr¨¢ un equipo de Polic¨ªa Municipal que ayudar¨¢ a los ni?os a cruzar las calles y les ense?ar¨¢n ¡°las normas b¨¢sicas de circulaci¨®n¡±, seg¨²n ha explicado la Junta de Distrito. Los cortes de tr¨¢fico ¡°se evitar¨¢n¡± porque, de acuerdo con la Junta, hab¨ªan causado ¡°conflictos en el barrio¡±. ¡°Afectan tanto a vecinos como a todo aquel que necesita coger esa v¨ªa, cortada durante m¨¢s de 30 minutos el tr¨¢fico en hora punta. En cuanto a los vecinos de la zona, muchos de ellos tienen que solicitar un permiso a la junta para poder salir y acceder a sus garajes en esa franja horaria¡±, ha argumentado la Junta. La calle sigue siendo escolar, ha precisado el Ayuntamiento, es decir, que el l¨ªmite de velocidad para los veh¨ªculos ser¨¢ de 20 kil¨®metros por hora.

La Asociaci¨®n Vecinal Retiro Norte cuestiona la decisi¨®n de la Junta. ¡°El personal que coordinaba los cierres ten¨ªa un listado de matr¨ªculas autorizadas para pasar durante la restricci¨®n. Entre ellas estaban las de residentes, usuarios del centro Deportivo M86 o padres que, por ejemplo, pod¨ªan ingresar si el ni?o estuviese en muletas¡±, explica F¨¦lix S¨¢nchez, portavoz de la Asociaci¨®n. Reconoce que aunque hubo ¡°alguna queja¡± en los primeros a?os de implementaci¨®n, al final ¡°el cambio de movilidad¡± fue parte de la cotidianidad del barrio y ¡°funcionaba con ¨¦xito¡±.

Las calles escolares con cierres viales se implementan en Europa desde finales de los 80 y han tenido un nuevo auge tras la pandemia, de acuerdo con el informe ¡°Calles escolares para modelar ciudades adecuadas para los ni?os¡±, publicado en 2022 por la campa?a Clean Cities que cita casos exitosos y respaldados por estudios en ciudades como Londres, Edimburgo, Viena y La Haya. Sin ir m¨¢s lejos, en Rivas Vaciamadrid se cierra el tr¨¢fico en calles vecinas a nueve colegios bajo la figura de Zonas de Bajas Emisiones Escolares.

No descartan protestas

Algunos padres eval¨²an movilizarse para que les regresen a los ni?os la calle de Juan Esplandi¨². ¡°Eliminar el corte de tr¨¢fico es un aut¨¦ntico retroceso. Cuando la v¨ªa est¨¢ cortada, los ni?os vienen muy contentos al cole, es un ambiente casi festivo¡±, dice Javier Lloret, mientras empuja un carrito en el que lleva a su beb¨¦, al tiempo que no le quita el ojo a sus otros dos hijos que juegan en la acera minutos antes de entrar al colegio Montserrat. Ahora debe tener m¨¢s precauci¨®n porque a la hora del inicio de clases aumenta el tr¨¢fico: algunos son conductores que, con prisas, frenan, dejan el veh¨ªculo encendido en primera, bajan a los ni?os, y r¨¢pidamente arrancan para evitar atascos. ¡°As¨ª puede haber un accidente¡±, comenta Marta Mari?o, vicepresidenta de la Asociaci¨®n de Familias de Alumnos (AFA) del Montserrat, que lleva a sus dos hijos a ese colegio.

La calle escolar de Juan Esplandi¨² no solo cortaba el tr¨¢fico, sino que implementaba, de forma pionera en Madrid, el modelo Kiss & Go, que asignaba unos puntos especiales y r¨¢pidos de aparcamiento a los padres que tra¨ªan a sus hijos en coches. Los adultos pod¨ªan aparcar en estas zonas, que quedaban a unos metros de la entrada del colegio, y dejar a sus hijos para que fueran caminando bajo el cuidado de personal de la Unidad Distrital de Colaboraci¨®n de Retiro, que funcionaba en alianza con La Rueca Asociaci¨®n. El Ayuntamiento destacaba que el modelo buscaba ¡°mejorar la movilidad y seguridad de peatones y conductores en el entorno de ambos centros¡±.

Las familias de los estudiantes reconocen las ventajas de este modelo. David Fontane, que llega en bicicleta con su hija de ocho a?os, destaca que una calle libre de coches le permit¨ªa llegar tranquilo pedaleando con la ni?a. ¡°Yo le doy la educaci¨®n vial, para eso estamos los padres. Lo que el Distrito nos tiene que facilitar es un espacio para movernos de forma segura¡±, afirma Fontane. Beatriz Garde, una madre que llega en bus y hace el ¨²ltimo tramo caminando, reconoce que el corte de tr¨¢fico le permit¨ªa a sus hijos ¡°vivir un modelo de ciudad diferente¡± y celebra que ¡°era una forma segura y saludable de llegar a clase, sin ruido ni gases contaminantes¡±. La vicepresidenta de la AFA del Montserrat recalca que una calle segura tambi¨¦n motivaba a los padres a dejar a los ni?os solos un tramo e impulsaba su autonom¨ªa.

Por eso, no se resignan a perder los cortes de tr¨¢fico en la ma?ana ni el modelo de convivencia que hab¨ªan alcanzado. La estrategia tiene origen en el proyecto europeo STARS (Acreditaci¨®n y Reconocimiento de Desplazamientos Sostenibles para Colegios, en la traducci¨®n de las siglas al espa?ol) que premia a los centros educativos que impulsen la movilidad sostenible y activa. Ramiro G¨®mez, el profesor del Montserrat que impuls¨® la acreditaci¨®n para el colegio en 2016, afirma que esta instituci¨®n fue la primera en conseguir el corte de tr¨¢fico y en implementar el Kiss & Go. ¡°Antes unas tres familias llegaban en bici, pero ahora son tantos que hemos tenido que poner un punto para que los ni?os puedan dejar sus bicicletas y patinetes¡±, dice y se?ala una zona donde se aparcan decenas de peque?as bicicletas sin pedales o con ruedines de entrenamiento. Lo que extra?a a los colegios y a los padres afectados es que el modelo no solo se hab¨ªa sostenido durante cuatro a?os, sino que se hab¨ªa ampliado. Al principio, mientras la presidencia de la Junta de Distrito estaba en manos del partido Ahora Madrid, el corte de tr¨¢fico operaba solo los viernes; luego, cuando lleg¨® Ciudadanos, se ampli¨® de lunes a viernes. La directora del Montserrat, incluso, pensaba pedir a la nueva Junta, ahora liderada por el PP, que cerraran la calle junto a la otra sede donde tienen a los alumnos de bachillerato.

A la vuelta de la esquina, sobre la misma calle de Juan Esplandi¨², las familias del CEIP Ciudad de Roma tambi¨¦n piden que vuelvan los cortes porque tener la calle libre evitaba que m¨¢s de 450 familias se concentraran en la acera, como explica Blanca Arias, presidenta de la Asociaci¨®n de Madres y Padres de Alumnos (AMPA). Ahora, la escena es ca¨®tica: decenas de personas se apretujan en la acera para no terminar en la v¨ªa donde los coches han regresado. Algunos padres, incluso, se ubican en los bordillos de la acera en una especie de cadena para evitar que los ni?os corran a la calle que, hasta antes de las vacaciones, hab¨ªa sido suya, al menos por 20 minutos al d¨ªa.

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