Al menos una decena de cruces franquistas siguen en pie en la Comunidad de Madrid
La falta de censos oficiales y de voluntad pol¨ªtica son algunas de las barreras para retirarlas, seg¨²n los expertos
Una cruz y una placa en honor a Jos¨¦ Primo de Rivera y a los Ca¨ªdos por Dios y por Espa?a reciben, todos los d¨ªas, a los feligreses de la parroquia de San Pedro Apostol, en el distrito madrile?o de Barajas. Pese a que est¨¢n junto a la puerta de la iglesia, pasan casi inadvertidas, como tambi¨¦n ocurre con la cruz de los Ca¨ªdos frente al cementerio municipal de Brunete o con la que est¨¢ junto al templo de Nuestra Se?ora de la Concepci¨®n, en Morata de Taju?a.
Aunque estos s¨ªmbolos han permanecido pese a la Ley de Memoria Hist¨®rica de 2007 ¨Dreemplazada en 2022 por la Ley de Memoria Democr¨¢tica¨D ahora se abre una puerta para que sean retiradas. En diciembre, el Tribunal Supremo no solo reafirm¨® el desmonte de la cruz falangista de Callosa de Segura (Alicante), hecho en 2018, sino que aval¨® la retirada de cruces que homenajean solo a v¨ªctimas del bando franquista en la Guerra Civil.
En el caso de Callosa de Segura, el Supremo sostuvo que una placa que menciona a Primo de Rivera y a otros falangistas le quitan a la cruz su neutralidad y el simbolismo art¨ªstico o art¨ªstico-religioso. La sentencia asegur¨® que retirarla ¡°no es incompatible con la libertad religiosa¡±. Se ha abierto un precedente para el resto de Espa?a. En la Comunidad de Madrid hay por lo menos una decena de cruces con estas caracter¨ªsticas, de acuerdo con datos del proyecto Deber¨ªa Desaparecer, del soci¨®logo ?scar Rodr¨ªguez y de otras fuentes consultadas por este diario.
Deber¨ªa Desaparecer, subvencionado por el Gobierno de Espa?a, ha verificado la presencia de siete cruces en Brunete, Santa Mar¨ªa de la Alameda, Villarejo de Salvan¨¦s, Los Molinos, Navalcarnero, Soto del Real y Navalafuente. El soci¨®logo Rodr¨ªguez tiene fotograf¨ªas de otra en Lozoyuela; la Plataforma Justa Freire, de la que hay en la plaza del Gobernador en el municipio de Pinilla del Valle y miembros de la Asociaci¨®n de Amigos de los Brigadistas Internacionales apuntan tambi¨¦n a la cruz de Morata de Taju?a.
Pero podr¨ªan ser muchas m¨¢s, de acuerdo con algunos historiadores. Una de las mayores dificultades para conseguir desmontar estas cruces es que no hay un cat¨¢logo oficial de estos elementos en Espa?a, aunque as¨ª lo orden¨® la ley de 2007. Eduardo Espa?a, promotor del proyecto web Deber¨ªan Desaparecer, asegura que no contar con un listado oficial ayuda a su permanencia. ¡°Para que haya una resignificaci¨®n y una retirada necesitas tener un cat¨¢logo bien documentado para saber qu¨¦ tipos hay, de qu¨¦ forma est¨¢n incumpliendo la ley para, as¨ª, dar los siguientes pasos¡±, explica Espa?a.
Deber¨ªan Desaparecer, una iniciativa de la Fundaci¨®n Jes¨²s Pereda de CC OO, cuenta con una base de datos que ha detectado m¨¢s de 6.000 s¨ªmbolos del franquismo que a¨²n ocupan espacios p¨²blicos y privados. En el listado m¨¢s reciente figuran 209 s¨ªmbolos franquistas en la Comunidad de Madrid: 148 placas, 34 nomenclaturas de calles, siete cruces, seis escudos, seis l¨¢pidas, un relieve, una escultura, dos inscripciones y cuatro conjuntos monumentales. En esta ¨²ltima categor¨ªa se incluye el valle de Cuelgamuros; el Arco de la Victoria, ubicado en Moncloa; el Homenaje a Jos¨¦ Calvo Sotelo, en La Castellana; y el monolito de Majadahonda a miembros de la Guardia de Hierro.
Las cruces que conmemoraban a los ca¨ªdos aparecieron en 1936 e, inicialmente, fueron hechas de madera, seg¨²n recoge el historiador Miguel ?ngel del Arco en su libro Cruces de memoria y olvido. Luego, se utiliz¨® la piedra y, entre 1937 y 1938, se unific¨® el modelo para hacer estos y otros monumentos a los ca¨ªdos a trav¨¦s de la Comisi¨®n de Estilo en las Conmemoraciones de la Patria. ¡°El naciente Nuevo Estado se preocup¨® por controlar el proceso de construcci¨®n y la est¨¦tica de los monumentos, cincelando la memoria oficial de la guerra¡±, escribe Del Arco.
El uso de las cruces fue amplio en Espa?a, de acuerdo con el historiador. ¡°Pr¨¢cticamente cualquier municipio con una cierta importancia ten¨ªa un monumento a los ca¨ªdos y si no lo ten¨ªan, las autoridades franquistas se preocupaban en que por lo menos tuviesen uno¡±, cuenta del Arco, v¨ªa telef¨®nica, ¡°por eso a¨²n quedan¡±. Durante la Transici¨®n, detalla, algunas se retiraron y otras se ¡°resignificaron¡±. Algunos ayuntamientos intervinieron monumentos y retiraron s¨ªmbolos como el yugo y las flechas de los falangistas, eliminaron frases como el ¡°Jos¨¦ Antonio Primo de Rivera, presente¡± o cambiaron las l¨¢pidas a ¡°Todos los Ca¨ªdos¡±, en ¡°un intento por ser m¨¢s inclusivos¡±, de acuerdo con Del Arco.
Eduardo Espa?a anota que hay comunidades que tienen m¨¢s ¡°conciencia¡± que otras sobre la importancia de los cat¨¢logos. Catalu?a, Pa¨ªs Vasco, Islas Baleares y Comunidad Valenciana, menciona, son algunas de las que m¨¢s han avanzado en documentaci¨®n. En el caso de la Comunidad de Madrid, la capital, por ejemplo, aprob¨® en 2017 un Plan de Revisi¨®n del Callejero Municipal. Luego, en 2018, el Comisionado de Memoria Hist¨®rica, creado por Manuela Carmena, elabor¨® un cat¨¢logo de 12 vestigios franquistas, entre los que estaban la cruz y la placa de la parroquia de Barajas.
En ese momento se asegur¨® que la iniciativa inclu¨ªa un ¡°estudio jur¨ªdico, t¨¦cnico y art¨ªstico¡± para determinar qu¨¦ vestigios deb¨ªa retirar el Ayuntamiento y cu¨¢les eran ¡°objeto de protecci¨®n legal¡±. Un acta del Comisionado, fechada en junio de 2018, dice sobre la placa de Barajas: ¡°Procede proponer a los responsables de la Iglesia que, si quieren mantener la placa, lo hagan en el interior del edificio y no en el espacio p¨²blico¡±. Casi seis a?os despu¨¦s, la placa y la cruz a Primo de Rivera siguen ah¨ª.
El Ayuntamiento, al ser preguntado por ese tema, ha remitido a este diario a la Archidi¨®cesis. Algo similar ha respondido el Ayuntamiento de Navalcarnero sobre su caso: ¡°Esa cruz pertenece a la Iglesia [Nuestra Se?ora de la Asunci¨®n]¡±. ?scar Rodr¨ªguez, que lleva varios a?os fotografiando cruces, se?ala que es una pr¨¢ctica com¨²n. ¡°En ocasiones, las iglesias se resisten a las leyes que les obligue a quitarlas bajo la coartada de que es un edificio privado¡±. La ley de Memoria Democr¨¢tica establece que cuando estos elementos est¨¦n ubicados en edificios privados o de car¨¢cter religioso, pero que tengan proyecci¨®n a un espacio p¨²blico, su desmonte depende de los propietarios o instituciones titulares.
En cuanto a las cruces ubicadas en el espacio p¨²blico, apenas ha habido cambios. En Brunete, la Comunidad de Madrid blind¨® en 2016 los elementos franquistas de la plaza Mayor ¨Dentre los que hay una cruz¨D con la declaraci¨®n de Bien de Inter¨¦s Cultural del conjunto. El Ayuntamiento ha respondido a este diario que tanto esa cruz como la que est¨¢ ubicada frente al cementerio son ¡°bienes del patrimonio cultural espa?ol¡± y que ¡°al estar enclavadas en el paraje hist¨®rico de la batalla de Brunete, son motivo de visitas y rutas tur¨ªsticas¡±. El Ayuntamiento de Los Molinos, en 2015, cambi¨® el nombre de la plaza de la Cruz de los Ca¨ªdos por el de plaza del Doce de Octubre, pero se neg¨® a retirar el monolito, argumentando que ya se hab¨ªa quitado la placa que hac¨ªa alusi¨®n a uno de los bandos.
Otras cruces en la regi¨®n han sido objeto de vandalismo. La Cruz de los Ca¨ªdos de Lozoyuela, levantada en los a?os cincuenta al final de una calle que lleva ese mismo nombre, ha sido rayada con pintura varias veces. Lo mismo le ha ocurrido a la que est¨¢ ubicada frente a la parroquia de Morata de Taju?a.
El promotor de Deber¨ªa Desaparecer se?ala que ¡°en la Comunidad de Madrid no hay ninguna voluntad para la retirada de los s¨ªmbolos¡±. El autor de Cruces de memoria y olvido opina que, aunque las modificaciones y ¡°simplificaciones¡± de los monumentos en la Transici¨®n fueron una de las soluciones, ya no son suficientes. Sin embargo, tampoco es sencillo conseguir el desmonte de estos y otros vestigios franquistas. Por eso, la Asociaci¨®n para la Recuperaci¨®n de la Memoria Hist¨®rica (ARMH) da asesor¨ªa a los ciudadanos que quieran reclamar a ayuntamientos e iglesias que cumplan con la Ley de Memoria y retiren estos elementos. ¡°Pero los ciudadanos no deber¨ªan estar desgast¨¢ndose en eso¡±, asegura Emilio Silva, presidente de la ARMH, ¡°deber¨ªa ser de oficio, venir de los ayuntamientos¡±.
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